Nuevo ensayo nuclear de Corea del Norte

Corea del Norte y la diplomacia nuclear

Corea del Norte aseguró hoy que ha realizado una segunda prueba nuclear subterránea «con éxito» y con «un nivel superior en términos de poder explosivo y tecnologí­a» al ensayo realizado el 9 de octubre del 2006, según la agencia estatal KCNA. «Como habí­an solicitado nuestros cientí­ficos y técnicos, nuestra República ha llevado a cabo con éxito otra prueba nuclear subterránea el 25 de mayo, como parte de las medidas para fortalecer su poder nuclear en defensa propia», indicó la KCNA.

Las agencias sí­smicas de Corea del Sur y Estados Unidos detectaron un temblor de entre 4,5 y 4,7 grados de magnitud en la escala Ritchter, frente a los 3,6 grados que registró el instituto sismológico surcoreano en la rimera prueba nuclear, realizada en 2006. Las primeras informaciones desde Seúl apuntan a que el ensayo se habrí­a realizado a unos 15 kilómetros del primer centro de pruebas norcoreano en la localidad de Kiljum, al noroeste del paí­s comunista, según los cálculos de la Agencia Meteorológica citados por la agencia local Yonhap.El ensayo nuclear del 2006, confirmado por Washington, fue de una potencia de entre 5 y 15 kilotones mientras que el realizado hoy ha alcanzado 20 kilotones (un kilotón equivale a 1.000 toneladas de explosivo trinitrotolueno o TNT), que serí­a ligeramente inferior a la detonada en 1945, al término de la Segunda Guerra Mundial, sobre la ciudad japonesa de Nagasaki, según los cálculos de la inteligencia rusa. El régimen norcoreano afirma que la prueba de hoy fue «segura», lo que indica que no se ha detectado ninguna filtración al exterior de material radiactivo, algo que también aseguró tras la explosión controlada de hace tres años.Corea del Sur lo ha calificado como un «acto de provocación intolerable» y una «grave amenaza» para la paz mundial. En su reacción, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, ha manifestado su «profunda decepción» por el test nuclear norcoreano y abogó por una respuesta de su Gobierno «severa y firme». Además, ha pedido que se refuercen las medidas de seguridad en el paí­s para no provocar incertidumbre entre la población, según su principal portavoz. Su portavoz abogó para que el Consejo de Seguridad de la ONU decida «contramedidas» de castigo contra el régimen de Pyongyang.El presidente estadounidense Barack Obama ha dicho hoy que la segunda prueba nuclear de Corea del Norte es «un asunto preocupante para todas las naciones » y ha prometido que la comunidad internacional tomará medidas. «Corea del Norte directamente e imprudentemente ha desafiado a la comunidad internacional. El comportamiento de Corea del Norte no hace más que aumentar las relaciones tensas con el resto de paí­ses y minar la estabilidad en el Noreste Asia». «Las tentativas de la Corea del Norte de desarrollar armas nucleares, así­ como su programa de misil balí­stico constituyen una amenaza a la paz internacional y a la seguridad», ha recalcado Obama.Fuentes de la embajada norcoreana en Moscú han dicho a la agencia rusa Itar-Tass que Pyongyang «está dispuesta a efectuar nuevos ensayos nucleares si Estados Unidos y sus aliados continúan con su polí­tica de intimidación». Expertos surcoreanos consideran que el ensayo nuclear tiene como objetivo presionar al gobierno estadounidense de Barack Obama para que éste abra negociaciones bilaterales entre Pyongyang y Washington.Oficialmente las dos Coreas siguen en guerra desde 1953 y el cambio de gobierno en el sur ha deteriorado las relaciones entre los dos paí­ses. El presidente surcoreano, el conservador Lee Myung-Bak, aboga por una lí­nea más intransigente hacia Corea del Norte, tras una década de polí­tica de mano extendida practicada por su predecesor liberal. En represalia, Corea del Norte rompió a finales de enero todos los acuerdos polí­ticos y militares con Corea del Sur. Y horas antes de que Clinton llegara a Seúl en su primer viaje como ecretaria de Estado, hizo la última de una serie de advertencias a su vecino del sur, declarando que sus soldados estaban «totalmente listos» para la guerra. Sin embargo, aún está por ver claramente el papel de Pekí­n en este asunto. Si bien es evidente que el régimen norcoreano actúa en buena medida de acuerdo a sus intereses y exigencias, y que sus agresivas formas y maneras nada tienen que ver con la sutilidad y la finura de la diplomacia china, tampoco es ningún secreto que Corea del Norte -un paí­s aislado y hundido económicamente- puede actuar así­ gracias al plácet de China. Sobre el Mar Amarillo no chocan simplemente Pyongyang contra Seúl o Tokio. Sobre sus aguas colisionan las esferas de influencia de una superpotencia en declive y la cabeza de un Asia en ascenso.Corea del Sur y Estados Unidos, que tiene cerca de 28.000 soldados en el paí­s, han dicho que no hay armas nucleares en la nación asiática. Las dos Coreas están técnicamente en guerra debido a que el conflicto que los enfrentó en 1950-53 terminó con un cese al fuego y no con un tratado de paz. Las amenazas de Pyongyang podrí­an señalar que se está preparando para una confrontación armada, pero solamente con la finalidad de incrementar la presión sobre Seúl para que desista de su posición de lí­nea dura, así­ como para llamar la atención del presidente estadounidense Barack Obama. La última vez que Corea del Norte, utilizo una posición de fuerza fue cundo en 2006 realizo su primera prueba de una explosión nuclear, lo que sirvió para que se instaurara la negociación, consiguiendo petróleo y suministros a cambio de firmar un acuerdo de no proliferación nuclear que continua estancado.Como si fuera el niño travieso y revoltoso de la clase, Corea del Norte ya se ha hecho notar ante el nuevo maestro del mundo. Al más puro estilo de su «diplomacia atómica», ha presentado sus credenciales al flamante presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que éste no se olvide de que sigue siendo uno de los problemas pendientes del planeta. Y lo ha hecho, además, de la manera más ruidosa posible: rompiendo todos sus acuerdos de paz y no agresión con Corea del Sur.

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