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A partir del 1 de julio comenzará a implantarse el copago farmacéutico. Por partida doble en Cataluña. Hasta los pensionistas deberán pagar por las medicinas. Nos dicen que es una medida «dolorosa pero inevitable», porque, según Rajoy, «no hay dinero para mantener los servicios públicos». Pero ahora nos anuncian que el Estado deberá hacerse cargo de 3.800 millones de pérdidas de las autopistas propiedad de las grandes constructoras. Todo un plan de rescata para los gigantes del ladrillo, mientras a pensionistas y trabajadores nos aplican el copago. ¿Qué no hay dinero? ¡Que no nos tomen el pelo!
Se acabó la sanidad gratuita para los pensionistas. A partir del 1 de julio deberán pagar por los medicamentos.
El 10% de su precio, que a partir de ahora deberán abonar, supondrá un nuevo bocado para muchos pensionistas arrojados al límite de la pobreza.
El resto de trabajadores deberemos pagar entre el 40% y el 60% del precio de los medicamentos. «No es que “no haya dinero”. Es que nos lo quitan a nosotros para dárselo a ellos.»
Pero no va a quedarse la cosa en el copago farmacéutico. En noviembre se fijarán los precios a pagar por las prótesis, el transporte sanitario o los tratamientos dietoterápicos, hasta ahora gratuitos.
El rechazo al copago es masivo. Especialmente en Cataluña, donde al nacional se une el euro por receta aprobado por el gobierno autonómico.
La presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores lo ha denunciado tajantemente: “Le decimos a todos ciudadanos insumisión. Que no pague el euro nadie”.
Además, ha denunciado cuatro casos de negligencia médica que achaca a los recortes en la sanidad catalana, sumados a los tres presentados en noviembre, y que llevarán a los tribunales.
Con el copago, el gobierno pretende “ahorrarse” 500 millones, que se amplían hasta los 1.500 sumando todos los recortes en el gasto farmacéutico.
¿Era necesario? ¿De verdad “no hay dinero” y estamos obligados a apechugar con los recortes?
Acabamos de saber que nueve concesionarias de autopistas están al borde de la quiebra, con un agujero valorado en 3.800 millones de euros. Sus propietarios son grandes constructoras como Ferrovial, ACS, OHL, Sacyr, Cintra… Y necesitan dinero urgentemente para pagar a los bancos nacionales y extranjeros sus deudas.
¿Quién se hará cargo de las pérdidas? Nosotros. Se anuncia un “rescate” a estas grandes constructoras, a través de diferentes vías: alargar las concesiones, créditos públicos, cuentas de compensación, imposición de peajes en las autovías…
En 2.010 el gobierno de Zapatero ya ofreció a estos gigantes del ladrillo un crédito blando de 80 millones de euros. Ahora, el gobierno de Rajoy tendrá que hacerse cargo de los 3.800 millones de pérdidas. Más del doble de la suma de todos los recortes farmacéuticos. Casi ocho veces más que el “ahorro” conseguido a través del copago.
No es que “no haya dinero”. Es que nos lo quitan a nosotros para dárselo a ellos.