SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Confirmación estadí­stica y demográfica de que «los recortes matan»

«Los recortes matan» fue el eslogan dominante en las primeras manifestaciones contra la destrucción de la sanidad pública por la Generalidad. Ahora ya no es sólo un eslogan sino una verdad documentada y probada por datos estadísticos y demográficos oficiales, alguno de los cuales la Generalidad esconde. Se tapa lo que es un desastre histórico para Cataluña, además de miles de otros desastres individuales, es decir muertos que podrían estar vivos y pérdidas incalculables en calidad de vida.

Los datos sanitarios y demográficos oficiales, que se expondrán, evidencian un continuado aumento de la mortalidad en Cataluña, con graves consecuencias en todos los órdenes. En una encuesta efectuada por el sindicato Metges de Catalunya, relativa solo a un año, un 78 por ciento de los médicos lo atribuyó a los recortes sanitarios. Comenzar a recortar y dispararse la mortalidad son hechos que han ido unidos.

Inicio de los recortes e inicio de más mortalidad

Desde 2010, en que comenzaron los recortes, ha habido un aumento continuado de la mortalidad en Cataluña. Se puede llegar a la inversión de la pirámide poblacional, en el sentido de que el número de defunciones llegue a superar el de los nacimientos. El tránsito hacia este drama queda probado estadísticamente, como se expondrá.

El primer toque de alarma muy grave fue el aumento de la mortalidad en el año 2012 en un 5,3 por ciento respecto al año anterior. Fue una barbaridad sin precedentes. El dato fue hecho público por los servicios estadísticos de la Generalidad, Idescat. Iba acompañado de un informe técnico bueno y adecuado.

Informe desaparecido en internet

Ese informe ha desaparecido de la página web de Idescat, mientras que no ha habido ningún otro informe para los años siguientes, sino una retención ilícita de un dato clave, el del número de defunciones del año 2013. El eslogan sanitario «Los recortes matan» ha dejado de ser una previsión para pasar a ser un hecho objetivo.

Ahora bien, ningún medio reprodujo los datos, bien oficiales, de 2012. Sólo quien esto escribe lo ha ido publicando, una docena de veces, precisando su gravedad. Lo efectué en los dos medios en que colaboro, el Diari de Girona y este medio digital. La Generalidad quiso ahogarlos. TV3 y las infinitas radios de propaganda de la Generalidad no dijeron ni una sola palabra. Tampoco se ha referido nunca la subvencionada La Vanguardia, ni su radio, ni su TV. Lógicamente, hicieron lo mismo los diarios ultras, como Ara y El Punt Avui.

Metges de Catalunya: recortes y muertes

En cambio, el boletín del sindicato Metges de Catalunya reprodujo los datos que yo publiqué, usándolos para efectuar una encuesta entre los médicos. Un 78 por ciento de los facultativos manifestó que la causa de aquel inmenso aumento de la mortalidad eran los recortes sanitarios.

Aquella verdad ahogada mediáticamente ha resultado ser mucho más grave. Hoy puedo afirmar, en base a datos cien por cien oficiales, que no se trataba de un hecho puntual, debido a un único año, sino de una realidad continuada. Ahora se puede probar que la Generalidad ha sido capaz de dejar de hacer público un dato clave y coincidente, que ya expondré, gracias, ay, a las estadísticas del Estado. Es exacto decir que la Generalidad sabe y esconde.

La Generalidad, escondiendo un dato clave

He estado al tanto de los datos del año siguiente a aquel (2012) del monstruoso aumento de la mortalidad, o sea de 2013. En la actualidad, pasados catorce meses, la Generalidad aún no ha publicado las defunciones relativas a 2013. Lo tenía que hacer y lo podía hacer, sin ningún problema, ya que siempre lo había efectuado antes de catorce meses. Su no publicación hay que ubicarla entre una ilicitud y una insolencia radical. En cambio, con descarada intencionalidad preelectoral, la Generalidad acaba de difundir datos sobre el número de extranjeros en Cataluña.

Ahora bien, aquellos datos de las defunciones en 2013 ya las ha publicado, hace un cierto tiempo, el Instituto Nacional de Estadística (INE), del Estado. Se trata de datos objetivos, con unas mismas fuentes e imposibles de retocar. No puede haber diferencias de base técnica, que es muy simple. Desde siempre, este tipo de datos son idénticos en todos los organismos de estadística, desde el más local al europeo. Se usan unas mismas fuentes y técnicas idénticas. Nunca ha habido discrepancias numéricas. Lo que es nuevo es que la Generalidad lo haya escondido. Pero se entiende: está en juego la continuidad en el poder de Artur Mas, de CDC y el inefable «proceso». La maldad sanitaria facilita pulsar toda la realidad de los últimos cuatro años.

Datos publicados en Madrid y no aquí

Resulta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ya tiene publicados los datos de mortalidad de 2013. Los publicó a nivel estatal y de cada autonomía. En cambio, la Generalidad no lo ha hecho. Cometí el error de estar pendiente del Idescat y no del INE.

Empezando por el principio, hay que destacar que el índice de mortalidad en Cataluña, sobre el total de la población, en 2010 fue del 0,78%. En 2011 pasó al 0,79. En 2012 al 0,83, y en 2013 al 0,81. El cálculo del año 2013 ha sido posible por los datos de defunciones del INE. La Generalidad siempre las había facilitado y hasta ahora todavía no lo ha hecho. En el período mencionado. ha variado muy poco la población pero sí lo ha hecho la mortalidad. Queda claro que la mortalidad, sobre el total de la población de Cataluña, ha aumentado en 0,3 puntos desde 2010, lo cual es una barbaridad.

Tendencia clara al aumento de la mortalidad

Si establecemos la comparación a partir del aumento de la mortalidad anual en relación a la mortalidad del año precedente, hubo un máximo escalofriante del 5,3% de aumento de la mortalidad en 2012 (en comparación a la mortalidad propia del año 2011 y no respecto al total de la población). El año siguiente (2013) hubo una ligera disminución respecto a aquel gran incremento de 2012.

La tendencia general clara y patente ha sido el aumento de mortalidad. Entre el máximo de 2012 y 2013 hubo una disminución 2,9 puntos, pero si la comparación se hace entre 2011 y 2013 continúa habiendo un aumento de la mortalidad de 2,4 puntos. Es la diferencia entre el aumento de mortalidad de 2012 (5,3) y la disminución del 2,9 en 2013. Por tanto, la tendencia sigue siendo al aumento de mortalidad. No hay ninguna duda.

Pasando de los 60.000 muertos

Mientras la población se ha estabilizado o ha tendido a bajar resulta que los índices citados equivalen a un gran aumento de muertes de personas concretas, que es lo que cuenta, al menos para las personas que no somos como Boi Ruiz.

Para mayor precisión, menciono el hecho de que en 2010 hubo 59.069 muertes en Cataluña. En 2011, 59.586. En 2012, 62.724, a pesar de que los medios de la Generalidad y los serviles lo pasaran por alto. Finalmente, gracias a los datos del INE (escondidos por Idescat) en 2013 hubo 60.807 defunciones, lo que representó una mejora, pero inferior al empeoramiento de 2012. Nunca se había llegado a 60.000 muertes en un año en Cataluña, y menos en periodo de estancamiento o disminución de la población. Alguien tendría que pagar las consecuencias, creo yo.

Reflexión preelectoral

La Generalidad ha preferido callar las defunciones de 2013 (por eso Idescat no ha dicho nada) porque hubiera tenido que hablar del aumento de las defunciones de 2012 (año clave de los recortes) y de que la tendencia, incluso saltándonos los pésimos datos de 2012, es al aumento de la mortalidad. Lo acredita la comparación entre 2010 y el 2013, en que sólo se recuperaron 2,9 puntos del aumento (5,3) de muertes de 2012 en relación a 2011, en que también habían aumentado respecto al 2010.

¿Qué pasará con respecto a 2014? Por el momento no hay datos disponibles, a pesar de que ya los podría haber. Valdría la pena que las hubiera antes del 27S. Constatar la destrucción brutal, despiadada y deliberada de la sanidad púbica catalana debería ser un excelente elemento de reflexión preelectoral. Que ERC no lo considere así se entiende por su apoyo constante a CiU. Pero no se entienden los otros silencios.

La Consejería de Economía

Querer debatir seriamente sobre salud es un criterio que no comparte Boi Ruiz, ni Mas ni Andreu Mas-Colell, máximos y, ay, satisfechos responsables de todo lo que revelo. A tal efecto, destaco que Idescat depende de la Consejería de Economía y Conocimiento, o mejor dicho de «Desconocimiento Deliberado de la Ciudadanía».

Todo ha sido aderezado por el hecho de que, a estas alturas, Idescat todavía no ha publicado las defunciones (pero si los nacimientos) de 2013, que ya estaban publicados por el INE, y que los ha obtenido de las mismas fuentes oficiales de las que los ha obtenido (pero escondido) Idescat. Lo podría explicar con bastante detalle porque fui, entre más funciones jurisdiccionales, Juez Encargado del Registro Civil. Aquí todos nos afeitamos.

Descenso de la natalidad

Además hay que considerar que en este período no ha habido variaciones poblacionales importantes. En cambio, el Tripartito sí que tuvo que hacer frente a un fuerte aumento de población, lo que llevó a cabo bastante bien, sin los incrementos de mortalidad que expongo. Esto a pesar de que el aumento de población era esencialmente debido a la llegada de inmigrantes de países pobres y, por tanto, poco atendidos sanitariamente, en especial en cuanto a prevención. Hoy no aumenta la población pero lo hacen las defunciones.

Ocupémonos ahora del descenso de la natalidad, un tema que siempre hay que comparar con el número de defunciones, teniendo en cuenta que los datos sanitarios y demográficos suelen actuar como si fueran vasos comunicantes. Siempre según datos estadísticos oficiales, resulta que en 2010 el total de nacimientos en Cataluña en relación al total de población fue de 1,12% en 2.010 En 2011 del 1,07. En 2012 del 1,02 y en 2013 fue del 0,95.

Mueren más personas y nacen menos

El contraste continuado entre los índices de mortalidad y de natalidad sería considerado en cualquier país democrático -y por tanto con una comunicación social libre- como un hecho gravísimo, así como una causa para hacer caer el Gobierno. Aquí la culpa reside en un Gobierno -responsable «exclusivo» en sanidad- que osó autocalificarse de «el de los mejores».

Todo ello indica que, al morir más personas y nacer menos, estamos yendo hacia una inversión de la pirámide poblacional, es decir a ser candidatos a la bajada demográfica, por la bajada de los nacimientos y el aumento de la mortalidad.

Un futuro aún más catastrófico

Los datos digamos microsanitarios del presente y las de 2014 sólo permiten efectuar presagios aún más catastróficos. Todos los hospitales de Cataluña, que yo sepa, tienen plantas cerradas. En todos ellos, y en especial en los grandes, ha aumentado el número de reingresos. Es un dato terrible. Indica que se había dado el alta a pacientes ingresados recientemente (por una intervención u otras razones) antes de tiempo, para poder ingresar a toda prisa a otros, que con frecuencia han pasado días y días en urgencias y atendidos de manera inhumana, a pesar de la buena voluntad y la dedicación del personal sanitario.

Hay que ser de una maldad infinita para tener plantas cerradas y haber reducido el personal cuando los hospitales están colapsados precisamente por la supresión de medios humanos y técnicos.

Escándalos de corrupción sanitaria

Hemos llegado a un máximo de defunciones, a un mínimo de personal y de sueldos de este (los más bajos del Estado), a un máximo de reingresos, a un máximo de colapsos de los servicios de urgencias, a otro máximo descarado de escándalos de corrupción ligados a la sanidad y, para no hacerlo más largo, a una consideración inhumana e ideológica de la sanidad, donde ser pragmático (es decir curar y querer mejorar) se ha convertido en una herejía.

En el futuro inmediato, todo solo puede empeorar. Los gerentes de hospitales que conservan un sentido mínimo de la dignidad te dicen que se han zampado los fondos de amortización (el dinero apartado para la mejora del equipamiento médico) para tapar (mal) agujeros urgentes. Muchos médicos te dicen «estamos haciendo medicina de guerra» o «ya he olvidado qué es la prevención», imprescindible para evitar que todo empeore.

Contra el derecho administrativo

Ahora bien, la lucha destructora de la cúpula de sanidad y de la Presidencia de la Generalidad va dirigida a liquidar, ay Dios mío, el derecho administrativo, es decir el necesario control del dinero público. Lo quieren usar arbitrariamente como si fuera suyo. Si lo piensas y lo constatas te puedes creer que te has vuelto loco.

La mancha de aceite de la maldad sanitaria surgió, según he expuesto desde hace años, por la voluntad de servir a «la CDC de los negocios sanitarios». Nunca he encontrado a nadie, incluidos dirigentes y militantes de CDC, que intente contradecirme. Ahora esta maldad originaria ha hecho más mancha de aceite, afectando incluso al Idescat, los servicios estadísticos de la Generalidad.

Políticos contra técnicos

Esto último, confirma un viejo axioma consistente en creer que cuando un técnico no hace bien el trabajo es porque tiene tras de sí a un político, con vocación de lo que en la URSS se llamaba comisario político. Si además, el político tiene detrás a un «hombre de negocios» poco o nada honesto, enriquecido por la política (o la política sanitaria), ya hemos entrado en el infierno de Dante.

Lo tenemos en los pasillos, donde ya se han trazado líneas, en el suelo o en la pared, para distinguir dónde comienza el espacio máximo (es decir, muy mínimo ) de una camilla con un enfermo para empezar, a pocos centímetros, el espacio de otro. Para disminuir el desorden en estos espacios de celda medieval, cada pedacito ha sido bautizado con el nombre de «box». El box número uno está al comienzo de un pasillo y el ocho, o el nueve, o el diez, en la otra punta.

Fuga en masa de Bellvitge

Se explica que la directora de enfermería del Hospital de Bellvitge, junto con 120 enfermeras y auxiliares de enfermería, hayan pedido el traslado a centros de atención primaria. Lo que ya no se entiende es que no se las piense reemplazar.

Por su parte, Boi Ruiz está llevando a cabo un pretendido «plan de comunicación» del que ya escribí. Escribiré más. A la vez, en Lérida ha habido una manifestación contra el consorcio territorial, antesala de la destrucción del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y en Tarragona está a punto de estallar el escándalo del CAP Muralla. En Barcelona, anoche había en urgencias 76 pacientes pendientes de poder ser ingresados, algunos de los cuales esperan desde el día 19. Etcétera.

¿La Vanguardia, sin fotógrafos?

A pesar de esto y de mil cosas más, La Vanguardia debe estar tan mal de dinero que no ha podido enviar ni un fotógrafo, ni, por supuesto, TV3 un cámara a ningún hospital colapsado.

Ha sido una pequeña ironía, en un artículo que nos debería hacer llorar de vergüenza. O decirnos a nosotros mismos que Artur Mas, Andreu Mas-Colell y Boi Ruiz no pueden tener ninguna función en una sociedad civilizada. De lo contrario, somos nosotros los que nos ponemos al margen de la civilización, de la compasión y de la solidaridad humana.

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