Puigdemont se someterá en septiembre a una moción de confianza en el parlament catalán

Confianza cero, rechazo total

El 28 de septiembre el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se someterá en el parlamento catalán a una moción de confianza en la que está en juego el futuro de su gobierno. Incapaz de aprobar los presupuestos, sometido a un cerco judicial cada vez más estrecho y acosado por los escándalos de corrupción, el heredero de Artur Mas acumula muchos más problemas de los que puede resolver. La aprobación de la resolución de «desconexión con España» en el parlament catalán, ideada para contentar a las CUP, no solo no ha desatascado la situación, sino que solo ha servido para contaminar la formación de gobierno en Madrid… en un sentido que solo favorece al PP. Independientemente de lo que decida el parlament, la mayorí­a de la sociedad catalana ya ha emitido su veredicto: ninguna confianza y todo el rechazo hacia el gobierno -antes de Mas, ahora de Puigdemont- que impone la fragmentación y ha ejecutado los mayores recortes.

Contaminando la vida política españolaEl pasado 27 de julio, con los votos de Junts x Sí y las CUP y el rechazo del resto de formaciones, el parlament catalán aprobaba la hoja de ruta para avanzar en la “desconexión con España”, primero con un referéndum unilateral de independencia, y finalmente con la promulgación de la constitución de un nuevo Estado catalán.

Inmediatamente, el Tribunal Constitucional ha dado una contundente respuesta al desafío de ruptura, invalidando la resolución del parlament y amenazando con encausar a su presidenta, Carmè Forcadell.

Pero al rechazo se ha sumado incluso la plataforma Reinicia, donde se agrupan algunas de las entidades que apoyan el derecho a decidir. Su presidente, Jaume López, ha criticado que “el proceso debería ser más inclusivo y no tener el sesgo independentista que ha adquirido”. «Igual que Rajoy en Madrid, Puigdemont maniobra en Barcelona para garantizar la continuidad de su gobierno, a pesar de que cuenta con el rechazo de la mayoría de la sociedad»

Claro que el Estado español se moviliza, hurgando en las heridas de la corrupción de la ex Convergencia o estrechando el cerco judicial. Pero el principal problema de los Mas y Puigdemont viene del rechazo entre cada vez más sectores de la sociedad catalana al camino de fragmentación impuesto.

Paradójicamente -o no- la resolución independentista del parlament ha intoxicado la vida política española cuando el futuro del nuevo gobierno está por decidir. Ofreciendo al PP más cartas con las que presionar para imponer un nuevo gobierno de los recortes… los mismos que la nueva Convergencia quiere seguir ejecutando en Cataluña.

Presupuestos que traen recortesPuigdemont liga el voto favorable a la continuidad de su gobierno en la moción de confianza con la aprobación de los presupuestos para 2017.

Pero ese fue precisamente el punto donde se rompió la cuerda. El actual presidente catalán se negó en redondo a subir los impuestos a las grandes fortunas para aumentar los gastos sociales. Y para las CUP fue imposible no votar en contra de unos presupuestos que perpetúan los recortes ejecutados por Mas mientras se niegan a tocar un pelo a los más ricos.

Este es el auténtico fondo de la cuestión. Muy por encima de la discusión sobre una independencia que hoy todos saben imposible, lo que está en juego es si en Cataluña los herederos de Mas siguen ejecutando los recortes, o si se empieza a avanzar por un camino de redistribución de la riqueza, como la mayoría social demanda.

Al participar en el gobierno de Puigdemont, ERC no está favoreciendo que se avance hacia la independencia, sino en primer lugar garantizando la continuidad de los recortes contra los catalanes.

Si las CUP vota a favor de Puigdemont a cambio de que se fije para 2017 la fecha de un referéndum unilateral por la independencia, estará dando oxígeno político a las políticas antipopulares que la inmensa mayoría de sus base y votantes rechazan.

Una mayoría social contra los recortes y por la unidadIgual que Rajoy en Madrid, Puigdemont maniobra en Barcelona para garantizar la continuidad de su gobierno, a pesar de que cuenta con el rechazo de la mayoría de la sociedad.

La refundación de Convergencia, ahora Partit Demócrata Català, ha sido menos que un lavado de cara. Su coordinadora general, Marta Pascal, estrenó su cargo… reivindicando el legado de Jordi Pujol, anegado por hedor a corrupción.

Todas las elecciones, desde el 27-S al 26-J, han expresado una mayoría social en Cataluña que rechaza los recortes y no comulga con la fragmentación.

Si En Comú Podem ha ganado las dos rondas de las generales en Cataluña no es porque haya defendido el derecho a decidir, sino por representar el rechazo a los recortes desde una izquierda que no se proclama independentista.Lo que necesitamos es la unidad, del pueblo trabajador catalán con el conjunto del pueblo español, para defender nuestros intereses comunes. Frente a los recortes y la corrupción de los Rajoy en Madrid, y de los Mas o Puigdemont en Cataluña.

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