Televisión

Concha por la puerta grande

El oficio de la interpretación es en muchas ocasiones cruel, sobre todo cuando se alcanza cierta madurez, especialmente en el caso de las mujeres. Pero hay una mujer en España que ha roto la norma, y después de más de medio siglo ejerciendo su profesión en cine, teatro y televisión, todaví­a es capaz de firmar papeles memorables y acaparar galardones. Concha Velasco, a punto de cumplir los 70 años, fue la auténtica protagonista de la noche de ayer en la entrega de los Premios de la Academia de Televisión, no sólo por el homenaje recibido con el premio a «Toda una Vida», la mayorí­a de las ocasiones concedido a actores en retirada; sino porque por segundo año consecutivo se llevaba también el Premio a la Mejor Actriz por su brillante trabajo en la exitosa serie «Herederos».

Los remios honoríficos suelen ser en muchas ocasiones galardones otorgados como reconocimiento a actores ya abandonados por la industria. Por una vez se rompió este esquema, y pese a la edad de la actriz, su trabajo presente, pasado y futuro avalaba la entrega de la estatuilla. Precisamente la primera dedicatoria de Concha Velasco fue para las actrices, subrayó que son "pocas mujeres" las que han ganado este reconocimiento y aprovechó para reivindicar la figura de la mujer en la televisión. Todo un gesto de elegancia, esa que le ha caracterizado durante toda su carrera.Una carrera que comenzó en el ya lejano 1957, con su debut cinematográfico en la película La reina mora. En esta disciplina ha firmado hasta la fecha 71 largometrajes –una cifra astronómica-, y la calidad de sus interpretaciones sin duda ha ido en aumento con el paso de los años. Desde las inocentes peliculillas de cine de barrio, como Las chicas de la Cruz Roja o La Verbena de la Paloma, hasta obras más recientes donde ha desarrollado enormemente su talento para la interpretación dramática, como en su último film, Rabia, estrenado este mismo año.Como buena profesional incansable, su trabajo también ha destacado sobre las tablas del teatro, donde debuto dos años después de hacerlo en el cine (en 1959), con la obra Ven y ven al Eslava. Escenarios a los que ha vuelto periódicamente, consiguiendo también cosechar premios, como el recibido hace unos años por su trabajo en Hello Dolly, y vertiente interpretativa en la que también persiste y mejora, como el buen vino, con el paso de los años, manteniendo en cartel actualmente la obra La vida por delante.Su presencia en la televisión, a la que hace referencia este último premio recibido, llegaría algo más tarde, concretamente en 1965, con La dama del alba. En la pequeña pantalla su trabajo también ha sido ecléctico, combinando las labores de presentadora con las de intérprete en series de ficción. Precisamente con la última que ha protagonizado, la excelente Herederos, nos deja uno de los papeles más memorables de su carrera, interpretando a la ambiciosa y maquiavélica empresaria Carmen Orozco.Un ínfimo repaso por una carrera que contradice en los hechos las tendencias dominantes en los star systems, en los que aparentemente sólo se buscan a chicas jóvenes para interpretar frívolos papeles, para luego ser abandonadas por la industria al cumplir los 40. La inmensa profesionalidad de Concha Velasco ha hecho que en su caso sea al contrario, la madurez en la vida ha conllevado una madurez y un crecimiento profesional sin precedentes en nuestro país, rompiendo con las imposiciones de este mundo del espectáculo a veces tan desagradecido. Concha es un ejemplo para actores y actrices, pero también para cualquier persona que pretenda dedicar su vida a su pasión, encajando y superando con trabajo y persistencia cada uno de los golpes recibidos.

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