El Consejo de Ministros acaba de aprobar el mayor plan de aumento del gasto militar de los últimos 20 años. Margarita Robles, ha recibido autorización para comprometer más de 12.000 millones de euros en la compra y modernización de material militar. Con esta decisión el gobierno muestra en los hechos su compromiso con el objetivo exigido por Donald Trump de elevar el gasto militar de los países de la OTAN, cuanto menos al 2% del PIB nacional.
El plan de gasto militar del gobierno tiene dos grandes capítulos.El más importante son los 7.331 millones de euros en fragatas, cazas y blindados.La principal partida (4.325 millones) es para la construcción de 5 fragatas F-110 que sustituirán a las actuales fragatas de clase “Santa María” con 35 años de antigüedad. La siguiente (2.100 millones) para la adquisición de 348 vehículos blindados de combate VRC 8×8, para reemplazar a los BMR actuales. Y una tercera (906 millones) para modernizar los cazas Eurofighter que estarán en servicio hasta 2.045.Además hay un segundo capítulo de más de 5.000 millones de euros que el gobierno viene implementando desde julio para helicópteros, submarinos y satélites. De ellos 1.772 millones para los sobrecostes de los 4 submarinos S-80 por errores de ingeniería que se construyen en Cartagena; 1.381 millones para la compra de 23 helicópteros NH-90 y otros 819 para modernizar los helicópteros Chinook. Y por último completar los 1.397 millones para la renovación de los satélites militares.Con esta partida segunda partida la ministra actual de Defensa completará el llamado “nuevo ciclo inversor” puesto en marcha por su predecesora en el cargo, la ministra de Rajoy María Dolores de Cospedal, una partida de inversiones militares que no recogen los Presupuestos Generales del Estado y que Cospedal comprometió con la OTAN en una carta enviada en secreto en diciembre de 2017 al Secretario General de la Alianza Atlántica.En esa carta Cospedal se comprometía a aumentar el gasto militar desde el 0,93% actual al 1,53% en 2024 y a destinar el 20% del gasto militar a inversiones y nuevos equipos. Es decir, a pasar de 11.500 millones previstos en Defensa a más de 18.000.El gobierno ha justificado su plan por la necesidad de “modernizar el sistema defensivo” y el “retorno para la industria militar española” y, por lo tanto “el impacto en el empleo”, unos 7.000 puestos de trabajo directos en empresas como Navantia, las fábricas de armamento de la antigua Santa Bárbara o Indra; y varios miles más indirectos en empresas auxiliares. ¿Pero este aumento espectacular del gasto militar está motivado por los intereses de la Defensa Nacional o hay otros aún más poderosos detrás?
Cumplir con la OTAN y las exigencias internacionales de EEUU
Pedro Sánchez declaró en julio, tras la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas con la presencia de Trump, que no solo hacía suyo el compromiso de aumentar el gasto militar progresivamente hasta el 2%, sino que el plan de “nuevo ciclo inversor” del anterior gobierno le parecía “razonable, posible, realista y acorde con las necesidades y capacidades económicas de España”. Esto es lo primero.En segundo lugar, basta una breve mirada a las inversiones para ver que va mucho más allá de los intereses de la Defensa Nacional.Las fragatas son una de las armas fundamentales con las que España participa en las misiones internacionales de la OTAN y el despliegue de Estados Unidos. Actualmente toman parte en la Operación Atalanta en el Océano Índico, pero desde 1990 han participado en labores de escolta y seguridad junto a buques norteamericanos en la guerra del Golfo, en el conflicto de los Balcanes de 1992 a 1995 y en la operación “Libertad Duradera” de 2002 a 2003 en el Golfo de Adén.La Armada Española pidió al ministerio nuevas fragatas F-110 que pudieran cubrir mejor sus misiones de “escolta y seguridad”, para “responder a las amenazas convencionales y asimétricas, incorporando entre otras mejoras operativas operar con drones, tanto aéreos como en superficie y bajo superficie. Los nuevos vehículos 8×8 van a cumplir un papel fundamental sustituyendo a la veintena de blindados que ya hay sobre el terreno en Letonia, donde España ha desplegado por primera vez un contingente de carros de combate en una misión exterior. Así como a los que cumplen o han cumplido funciones de seguridad en otras misiones militares como Líbano, Irak o Afganistán.Los Eurofighter en Lituania forman parte de las labores de vigilancia del espacio aéreo de los países Bálticos. Mientras que la compra y modernización de los helicópteros Chinook está directamente relacionada con su participación en las misiones en Irak, junto a la unidad de la US Army “449 Combat Avation Brigade”. Y anteriormente en Afganistán.La renovación de los satélites militares forma parte de los nuevos compromisos y la necesidad, según fuentes militares de “conectividad” de las Fuerzas Armadas españolas con los “aliados” en las misiones internacionales.La conclusión es evidente y tiene como objetivo aumentar la eficacia, como se decía en un documento sobre las reformas del Ejército de Tierra, para actuar en todos los escenarios posibles de conflicto bélico, “tanto en la defensa del territorio nacional como en operaciones internacionales”.El código rojo, un código de silencio
El ‘Código Rojo’ no es algo palpable, no está escrito en ningún libro ni reglamento militar, pero todos sabemos que no solo se sigue aplicando en la vida militar norteamericana, también en otros campos de la vida política.En España una decisión estratégica y de enormes consecuencias en el terreno militar, pero también en el económico y político, está pasando casi desapercibida, tanto por las principales fuerzas políticas, PSOE, PP, Ciudadanos, pero también Podemos (actores del nuevo modelo político en gestación), como por los grandes medios de comunicación.Todos ellos aplican un “código rojo” de silencio o bajo perfil ante el tema. Por encima de sus diferencias actúan aceptando como un marco “ineludible” los límites o “líneas rojas” que no pueden cuestionarse: la mayor participación de España en la estructura militar norteamericana a través de la OTAN, el consiguiente salto en los gastos militares y el papel que juegan las bases militares americanas en nuestro país.Zapatero acabó su mandato autorizando la instalación del escudo antimisiles en Rota. Una de las primeras cosas que hizo Mariano Rajoy al llegar al gobierno en 2012 fue concretar los nuevos objetivos en la Directiva de Defensa Nacional. Con Cospedal al frente del ministerio de Defensa se dio un paso más. Y Pedro Sánchez se suma a la “hoja de ruta” exigida desde el Pentágono y el Cuartel General de la OTAN, sin que se haya abierto un debate nacional sobre un tema de vital importancia. Funciona el “código Rojo”.