CiU roza la mayorí­a absoluta y el tripartito se hunde

«La ventisca que ha sumido Catalunya en el caos ha coincidido también con un auténtico terremoto en el escenario polí­tico. El último sondeo del Instituto Noxa para La Vanguardia pone a Convergí¨ncia i Unió al borde de la mayorí­a absoluta, con un alza de doce puntos con respecto a su resultado de los comicios del 2006. La federación nacionalista obtendrí­a ahora casi el 44% de los votos y una cosecha de escaños que oscila entre 65 y 67 (con la mayorí­a absoluta del Parlament situada en 68)»

Paralelamente, los socios rincipales del actual Govern tripartito experimentan un severo retroceso que en el caso de Esquerra Republicana alcanza magnitudes catastróficas. Así, mientras los socialistas pierden tres puntos y hasta cinco escaños, los republicanos ceden más de seis puntos y casi la mitad de sus escaños. El PSC desciende hasta una cuota electoral del 23,9% y sumaría un mínimo de 32 diputados. Los socialistas tienen ahora 37 y llegaron a sumar 52, en 1999, con Pasqual Maragall al frente. Por su parte, Esquerra se situaría en un porcentaje de voto por debajo del 8% y su cómputo de escaños quedaría reducido a 11 o 12, frente a los 21 con que cuentan actualmente (LA VANGUARDIA) EL PAÍS.- Los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) concentran hoy día el 15% del PIB mundial. Como hicieron en 2009 (con la excepción de Rusia), sus economías crecerán este año a tasas superiores a las de los países de la OCDE. Entre 2000 y 2009, los BRIC también vieron sus exportaciones e importaciones crecer a tasas elevadas: su cuota en el comercio mundial pasó del 6% a más del 15%. Todos los rincones del mundo se verán impactados por este auge: Asia, América Latina e incluso África. En este continente, la irrupción de los BRIC en la primera década del siglo XXI ha supuesto un cambio mayúsculo y ha reactivado incluso el interés medio adormecido de los países OCDE por ese continente LA VOZ LIBRE.- Diga lo que diga Zapatero, estoy convencido de que, tras la presidencia europea, tendremos una crisis de Gobierno. Es imprescindible y, por tanto, habrá de hacerse. Porque la peor de las hipótesis que se abren ante el presidente del Gobierno es no hacer nada y continuar con un Gobierno en el que una parte es inoperante, está descoordinado, algunos de cuyos integrantes acumulan agravios contra otros… Un Gobierno, en suma, que suscita escasa credibilidad en su conjunto. Encuesta. La Vanguardia CiU roza la mayoría absoluta y el tripartito se hunde en plena nevada La última nevada parece haber sepultado definitivamente cualquier expectativa electoral del actual Govern tripartito. De hecho, la ventisca que ha sumido Catalunya en el caos ha coincidido también con un auténtico terremoto en el escenario político. El último sondeo del Instituto Noxa para La Vanguardia, realizado justamente durante los primeros compases de la borrasca, pone a Convergència i Unió al borde de la mayoría absoluta, con un alza de doce puntos con respecto a su resultado de los comicios del 2006. Concretamente, la federación nacionalista obtendría ahora casi el 44% de los votos –como en los mejores tiempos de Jordi Pujol– y una cosecha de escaños que oscila entre 65 y 67 (con la mayoría absoluta del Parlament situada en 68). Paralelamente, los socios principales del actual Govern tripartito experimentan un severo retroceso que en el caso de Esquerra Republicana alcanza magnitudes catastróficas. Así, mientras los socialistas pierden tres puntos y hasta cinco escaños –y podrían obtener incluso menos diputados que en 1980–, los republicanos ceden más de seis puntos y casi la mitad de sus escaños. De hecho, el PSC desciende hasta una cuota electoral del 23,9% –un punto por debajo del que se creía su suelo electoral, dibujado en 1995 por Joaquim Nadal– y sumaría un mínimo de 32 diputados. Los socialistas tienen ahora 37 y llegaron a sumar 52, en 1999, con Pasqual Maragall al frente. Por su parte, Esquerra se situaría en un porcentaje de voto por debajo del 8% y su cómputo de escaños quedaría reducido a 11 o 12, frente a los 21 con que cuentan actualmente. La descomposición del bloque electoral de ERC contrasta con la resistencia que exhibe el tercer socio del tripartito, ICV-EUiA, que apenas pierde tres décimas y podría, como mucho, ceder un diputado de los 12 con que cuenta ahora. Por su parte, el Partido Popular se limita a mantener levemente a la baja sus expectativas electorales, con una pérdida de cuota de voto que se cifra en tres décimas y que podría suponerle la cesión de un escaño de los 14 que sumó en los últimos comicios. En cambio, Ciutadans, la formación antinacionalista que irrumpió en la Cámara catalana en el 2006, parece condenada a la extinción, ya que su porcentaje de voto estimado no va más allá del 0,1% (logró el 3% hace casi cuatro años). Finalmente, la oferta independentista radical que encarnan Joan Laporta y Joan Carretero exhibe una escasa capacidad de penetración en el espacio que deja libre el naufragio de Esquerra Republicana. En este momento, una marca electoral que congregara a Laporta y Carretero en torno a Reagrupament.Cat no tendría ninguna posibilidad de entrar en la Cámara catalana, ya que su estimación de voto no llega al 2%. Sin duda, la falta de una respuesta eficaz por parte del Govern a la situación de caos que desató la nevada del lunes pasado ha podido contribuir al hundimiento electoral de socialistas y republicanos que detecta la encuesta. Ahora bien, y más allá de una aceleración de coyuntura, el conjunto de indicadores del sondeo sugiere causas más estables a la hora de explicar el formidable avance de CiU. Para empezar, la federación nacionalista viene exhibiendo una elevadísima tasa de fidelidad de su electorado, ya que el 96% de quienes le votaron en el 2006 tiene intención de hacerlo de nuevo. Y al mismo tiempo, CiU ha adquirido una notable capacidad de atrapar votantes de otros partidos. Según el sondeo, uno de cada cinco electores del PSC o de Esquerra en el 2006, uno de cada diez votantes del PP e incluso uno de cada tres electores de Ciutadans tienen decidido apostar ahora por Artur Mas. El resto de las formaciones muestra tasas de fidelidad mucho más bajas, y sólo el PP logra compensar en parte sus pérdidas hacia CiU con votos procedentes de Ciutadans, mientras que ICV sustancia las suyas con electores desencantados del PSC o de Esquerra. Sin embargo, el sondeo ofrece otros datos que explican las actuales expectativas electorales. Este es el caso del deseo de cambio, que suma incluso dos puntos a la elevada tasa que ya se registraba en noviembre pasado. Si hace apenas cuatro meses alcanzaba al 71% de los catalanes, ahora llega al 73%. Y lo que resulta más elocuente: más de la mitad de los votantes del PSC, un 74% de los de Esquerra y un 61% de los de ICV consideran muy o bastante necesario un cambio político. Paralelamente, la valoración de los líderes observa cierta concordancia con la evolución del horizonte electoral. Así, mientras el candidato de CiU mantiene desde noviembre del 2008 una calificación inalterada (un 5,8, lo que lo ratifica como el líder mejor valorado), su inmediato seguidor, el president Montilla, sigue experimentando un descenso sostenido y ha pasado del 5,6 que cosechó hace algo más de un año a un 5,1 ahora. El resto de los líderes se limita a mantener su nota, siempre por debajo del aprobado, aun cuando el republicano Puigcercós acentúa el suspenso que viene cosechando desde octubre del 2007. Y en este ámbito, destaca como un indicador congruente con sus expectativas electorales la pésima nota que obtiene Joan Laporta (un 2,9), que lo convierte al mismo tiempo en el líder peor valorado. Asimismo, las preferencias sobre el próximo president de la Generalitat no dejan lugar a dudas y coinciden plenamente con las expectativas electorales. En este momento, la mitad de los catalanes (y uno de cada cuatro votantes del PSC) quiere a Mas como futuro president (cinco puntos más que en noviembre pasado), y sólo un 30% se inclina por Montilla, cuatro puntos menos que en otoño. El único consuelo que le queda a José Montilla es que la valoración de su gestión es bastante mejor que la de su Gobierno (hasta doce puntos por encima), aunque los indicadores también registran un desplome brusco con respecto a noviembre pasado: entonces, un 45% juzgaba buena o muy buena la actuación de Montilla; ahora, en cambio, sólo un 32% opina así. LA VANGUARDIA. 14-3-2010 Opinión. El País Los BRIC miran hacia África Javier Santiso Los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) concentran hoy día el 15% del PIB mundial. Como hicieron en 2009 (con la excepción de Rusia), sus economías crecerán este año a tasas superiores a las de los países de la OCDE. Entre 2000 y 2009, los BRIC también vieron sus exportaciones e importaciones crecer a tasas elevadas: su cuota en el comercio mundial pasó del 6% a más del 15%. Estas cifras todavía son relativamente modestas, pero la tendencia es clara: el peso de los BRIC irá creciendo a lo largo de la década que ahora se abre. Todos los rincones del mundo se verán impactados por este auge: Asia, América Latina e incluso África. En este continente, la irrupción de los BRIC en la primera década del siglo XXI ha supuesto un cambio mayúsculo y ha reactivado incluso el interés medio adormecido de los países OCDE por ese continente. China, la India y Brasil se han convertido en el segundo, sexto y décimo socio comercial del continente, respectivamente. En 2009, el principal socio comercial de la mayor economía del continente no ha sido un país OCDE, sino China. Los intercambios comerciales entre los BRIC y África pasaron de unos 22.000 millones de dólares en el año 2000 a 166.000 millones en 2008, y las estimaciones para 2009 apuntan hacia un nuevo récord. China domina esta relación entre las mayores economías emergentes y el continente africano. Con más de 107.000 millones de productos intercambiados en 2008, los flujos comerciales entre China y África representan dos tercios del volumen total de los BRIC, muy por delante de la India (20%), Brasil (11%) y Rusia (4%). En noviembre de 2009, en el marco de la cumbre China-África, Pekín afianzó todavía más sus lazos con el continente africano al anunciar la concesión de 10.000 millones de dólares en préstamos bonificados para África (equivalente al 10% del de la ayuda oficial de los 23 países OCDE que componen el Comité de Ayuda al Desarrollo), además de la cancelación de la deuda de ciertas naciones de ese continente. Sin embargo, esta relación no debe ocultar el creciente interés por parte de los demás BRIC por África. Entre 2003 y 2009, la India invirtió en más de 130 proyectos en el continente, totalizando 25.000 millones de dólares de inversiones, un monto relativamente cercano al invertido por China (28.000 millones de dólares y 86 proyectos) y por delante de Brasil (10.000 millones de dólares y 25 proyectos) y Rusia (93.000 millones de dólares y 47 proyectos). La multinacional india Tata ha sido el segundo inversor extranjero más activo en términos de número de proyectos de inversiones, por delante de Coca-Cola y Lafarge. En total, los BRIC han sido, con más de 60.000 millones de dólares invertidos en África entre 2003 y 2009, uno de los principales inversores en el continente, justo por detrás de Europa (190.000 millones de dólares), Oriente Próximo (170.000 millones) y América del Norte (120.000 millones). Si el activismo de la diplomacia china en África ha sido ampliamente comentado, no deja de llamar la atención que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó más países africanos que cualquier otro dirigente de un país BRIC. Es llamativo que Lula, que visitó la Unión Europea por primera vez en 2007, haya viajado ya en seis ocasiones a África, cubriendo un total de 16 países. Cerca de 90 millones de brasileños (sobre un total de 198) declaran tener ascendencia africana, y en los países de habla portuguesa como Angola o Mozambique las posiciones de las empresas brasileñas como Petrobras, Vale u Odebrecht se han hecho singularmente fuertes. Los intercambios comerciales entre Brasil y África pasaron de apenas 3.000 millones de dólares en 2000 a más de 26.000 millones en 2008. Nigeria, Angola, Argelia y Suráfrica son los principales socios de Brasil. Igualmente, los intercambios entre la India y África pasaron de algo menos de 5.000 millones a más de 32.000 millones a lo largo del mismo periodo. Las crecientes relaciones comerciales, industriales y financieras entre los BRIC y África han estimulado la creación de fuertes vínculos entre empresas. Una de las mayores inversiones extranjeras directas realizadas hasta la fecha por una compañía china ha sido la entrada, con un 20%, en el capital del banco surafricano Standard Bank. La operación fue realizada por el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) en 2007 por un monto de 5.500 millones de dólares. Igualmente, el banco de inversión ruso Renaissance Capital ha construido una franquicia de banca de inversión y gestión de activos que ha apostado fuertemente por el continente africano. En 2008, mientras el mundo industrializado se desplomaba, África recibía un récord histórico de casi 90.000 millones de inversiones extranjeras. Buena parte de estos flujos procedían de los países BRIC. La consolidación de las relaciones entre estos países y el continente africano ilustra la creciente descentralización de la economía mundial. En 2009, la mayor operación de compra por parte de un operador extranjero jamás lanzada en el continente africano no procedía de un país OCDE, ni tampoco estaba vinculada a las materias primas: se trató del intento del operador de telecomunicaciones indio Bharti Airtel de hacerse con el surafricano MTN. Es una prueba más de que el mundo de ayer, dominado por los flujos procedentes de los países OCDE, está cambiando. Lo que está ocurriendo en el continente africano adelanta también lo que será sin duda una de las grandes tendencias de este siglo emergente. EL PAÍS. 14-3-2010 Opinión. La Voz Libre El gobierno que Zapatero dice que no hará… Fernando Jaúregui Diga lo que diga Zapatero, estoy convencido de que, tras la presidencia europea, tendremos una crisis de Gobierno. Es imprescindible y, por tanto, habrá de hacerse. Porque la peor de las hipótesis que se abren ante el presidente del Gobierno es no hacer nada y continuar con un Gobierno en el que una parte es inoperante, está descoordinado, algunos de cuyos integrantes acumulan agravios contra otros… Un Gobierno, en suma, que suscita escasa credibilidad en su conjunto y que necesita savia nueva y potente que lo refuerce. Así, la segunda peor hipótesis para Zapatero sería que procediese a una remodelación ministerial, pero sustituyendo a algunos ministros de escaso peso y fuste por más de lo mismo. Llegamos así a la tercera posibilidad. Que Zapatero abra una crisis profunda allá por el mes de julio, que se quede con los mejores integrantes de su Gabinete -que los hay muy buenos-, que reduzca el número de ministerios y que cree ‘superdepartamentos’ regidos por personajes políticos de primera categoría, aunque no sean militantes socialistas. Personalmente, me gustaría ver a un Javier Solana ocupando cualquier cartera, o a Josep Antoni Duran i Lleida, a Josu Jon Imaz y hasta, por qué no, a algún representante de opciones más conservadoras; una vez que un Gobierno de amplio espectro con el PP, para salir de la crisis de aquí a mediados de 2011, no parece factible, logremos que, al menos, el nuevo Ejecutivo incorpore la mayor cantidad posible de valores que realcen una labor de gobierno en estos tiempos alterados que corren. ¿Será capaz Zapatero de poner en marcha este plan de emergencia? Si nos atenemos a sus últimas declaraciones al respecto, temo que no. El dice que está satisfecho con su equipo: será porque no cree en las encuestas, que muestran que él debe de ser el único que siente satisfacción ante el conjunto del elenco ministerial. Pero ya sabemos que los vientos hacen girar a las veletas y que de sabios es cambiar de opinión, máxima que, tomada literalmente, convertiría al presidente en un pozo de sabiduría. Comprendo -sólo a medias- que Zapatero se sienta contento con algunos de sus actuales ministros: es notable la labor de Pérez Rubalcaba en Interior, de José Blanco en Fomento, de Trinidad Jiménez en Sanidad. A mi juicio, es buena la actuación, por mucha polémica que suscite, del titular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos. A partir de ahí, supongo que casi todo es opinable y hay uno o dos casos que no admiten discusión: son un desastre, no tanto por culpas personales cuanto porque el Departamento está casi vacío de competencias. Igualmente, debería el presidente, a mi juicio, reestructurar las vicepresidencias, que no se entienden demasiado bien entre sí ni tienen, en el caso de la tercera, desempeñada por Manuel Chaves, las funciones demasiado claras. Es patente que no se trata solamente de un cambio de rostros, sino de conceptos. El Gobierno no puede ser ya ‘de’ partido ni monopartidista. El papel de Zapatero debe ser de mayor reparto de juego, menos presidencialista. Y la comunicación de los logros y defectos habría de ser, ahora que se han producido cambios en este área, más generosa, mucho más abierta y permeable que hasta ahora, que no solamente a través de una entrevista cada trimestre en una televisión podemos enterarnos los españoles de por dónde van los pensamientos presidenciales. A mi entender, si todos estos giros no se producen -algunos se han dado ya, afortunadamente, como la mano tendida a los pactos económicos tras decir que eran imposibles ‘por la distancia ideológica’ entre PSOE y PP-, el desgaste de Zapatero entre el electorado se acentuará, porque no habrá cumplido las expectativas de la opinión ciudadana. A veces da la impresión de que el Gobierno confía en la llegada de acontecimientos extraordinariamente positivos -¿el fin de las actividades de ETA, pongamos por ejemplo?- para, sin mojarse excesivamente con iniciativas novedosas, remontar el vuelo antes de las elecciones generales. Lo cual es cuando menos una estrategia altamente peligrosa: primero, porque no es seguro que esos acontecimientos positivos se produzcan; segundo, porque pueden no bastar para evitar la actual caída de ZP, evidente en todos los sondeos. LA VOZ LIBRE. 11-3-2010

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