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Cien veces Rossi

Una fiera sobre dos ruedas. Así­ sigue demostrando Rossi que es un rival incontestable, trece años después de haber debutado en el Mundial. Sin duda el mejor motorista de la historia. Todo y que Jorge Lorenzo, Casey Stoner y Dani Pedrosa pujan sin descanso hasta haber obligado a Rossi a mirar hacia atrás permanentemente. Ayer, su victoria número 100.

En La Catedral, el italiano udo desplegar el montaje plasmado en una enorme pancarta que celebraba la centésima victoria, imagen a imagen. Solo Giacomo Agostini, con 122 victorias, sigue superándolo, aunque es de suponer que por poco tiempo. Lorenzo quedo segundo y Stoner tercero. Rossi ha conseguido con este triunfo abrir la brecha que le separa del español en la clasificación. En la salida Lorenzo perdió seis puestos que tubo que remontar para quedar justo al roce de la rueda de Rossi. Éste aprovecho la oportunidad colocándose en primera posición en dos vueltas. La remontada de Lorenzo tubo a Pedrosa y Stoner como víctimas en un par de movimientos de idéntica ejecución: por el interior, entrando en la curva y apurando la frenada unos segundos más que su rival. En la quinta vuelta Pedrosa patinó, lo que dejó para los aficionados españoles al mallorquín en el punto de mira. Lorenzo decidió fijar su atención en el caucho del italiano, esperando la posibilidad de repetir la jugada de Rossi en Montmeló; devolvérsela, en definitiva, en la última curva de la última vuelta, como nadie se atrevería a hacer. La secuencia de vértigo: un segundo para el español, segundo y medio para el italiano, y detrás todos los demás. Yamaha anda a tientas para no romper el delicado equilibrio que bascula entre los dos pilotos. Cabe recordar el toque de atención que los mecánicos de Rossi recibieron ante la exhibición de exultante alegría con la victoria ante Lorenzo. Lo que importa, en última instancia es el equipo, la máquina y la imagen que se da de ella. A nueve vueltas del final Lorenzo decidió cerrar la paraeta y reservar la artillería para una ocasión más propicia, no fuera que se repitiese lo de Jerez. Con dos segundos de diferencia respecto al italiano las oportunidades ya eran mínimas. Los circuitos de MotoGP se han convertido en un auténtico cruce de espectáculo, competición y sana rivalidad que tiene absolutamente movilizados a los aficionados. Rossi manda, pero no se sabe si por mucho tiempo. Satisfecho por sus cien victorias, él mismo reconoce que los jóvenes pilotos, Lorenzo, Pedrosa, y Stoner le han obligado a superar límites que no se creía capaz de dejar atrás.

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