«Desde el estallido de la crisis financiera mundial, la demanda de mercado de China ha impulsado la recuperación económica de los países vecinos e incluso del mundo, al propiciar un rápido repunte de los precios de los productos a granel, como en los casos del petróleo crudo y el mineral de hierro. En 2009, China acaparó el 46 por ciento del consumo total mundial de carbón, aluminio y zinc, en tanto que su consumo de acero crudo fue el doble que el total de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón. Además, la demanda de teléfonos móviles en China superará la demanda combinada de todos los otros países del mundo.»
China se ha convertido en un mercado exortador clave para muchos países. Fue el mayor mercado de exportación de Japón, Australia, Corea del Sur, la ANSEA, Brasil y Sudáfrica, y el tercero de Estados Unidos, la Unión Europea y la India. Su política ha transitado de fomentar las exportaciones y restringir las importaciones a defender un mayor equilibrio en la balanza comercial. La estructura de productos básicos que regía antes de la crisis financiera de 2008 colocaba a las materias primas industriales y los bienes de capital en la mayor proporción de importaciones de China. En 2010, sin embargo, la búsqueda de un intercambio comercial equilibrado propició un incremento en las importaciones de automóviles y piezas de repuesto (DIARIO DEL PUEBLO) THE WALL STREET JOURNAL.- ¿Cómo entender un mundo que ha demostrado ser mucho más complejo que lo que asumían los modelos más avanzados? La pregunta dista de ser académica. Durante décadas, la mayoría de los economistas, incluyendo los presidentes de los bancos centrales más poderosos del mundo, han dado por sentado que la gente es lo suficientemente racional y que el funcionamiento de los mercados es lo suficientemente fluido, como para que el conjunto de la economía pueda ser reducida a un puñado de ecuaciones. Luego transforman estas fórmulas en modelos matemáticos con los que intentan imitar la conducta de la economía. Desde Washington a Fráncfort, pasando por Tokio, los modelos son utilizados a la hora de tomar decisiones cruciales para todo, desde el nivel adecuado de las tasas de interés hasta la regulación de los bancos. China. Diario del Pueblo China lista para encabezar el crecimiento económico mundial De acuerdo con datos del tercer trimestre de 2010, la tasa de crecimiento económico de China se situó en 9,6 por ciento en ese período, lo que implica un enfriamiento de la misma. El Fondo Monetario Internacional dijo que las cifras de crecimiento económico de China ocupan casi una quinta parte del total mundial, mientras que su poder adquisitivo es de sólo una cuarta parte del total global. En 2009, China acaparó el 46 por ciento del consumo total mundial de carbón, aluminio y zinc, en tanto que su consumo de acero crudo fue el doble que el total de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, según las cifras publicadas por el Instituto Mundial del Carbón. Además, la demanda de teléfonos móviles en China superará la demanda combinada de todos los otros países del mundo. Aumentan exportaciones mundiales hacia China Desde el estallido de la crisis financiera mundial, la demanda de mercado de China ha impulsado la recuperación económica de los países vecinos e incluso del mundo, al propiciar un rápido repunte de los precios de los productos a granel, como en los casos del petróleo crudo y el mineral de hierro, según la Administración General de Aduanas. En los tres primeros trimestres de este año, el nivel de precios de las importaciones de productos primarios registró un incremento del 37 por ciento, mientras que el volumen real de las importaciones creció en casi un 24 por ciento, sin incluir la subida de precios, que ha sido significativamente mayor que el de otras economías importantes, más dependientes de las importaciones de China. Yao Jian, portavoz del Ministerio de Comercio, dijo recientemente que China se ha convertido en un mercado exportador clave para muchos países. China fue el mayor mercado de exportación de Japón, Australia, Corea del Sur, la ANSEA, Brasil y Sudáfrica, y el tercero de Estados Unidos, la Unión Europea y la India. Y la proporción de las exportaciones de China a estos países registrará un crecimiento en diferentes niveles. China se esfuerza por reducir el superávit comercial China ha comprendido la importancia de las importaciones, de ahí que su política haya transitado de fomentar las exportaciones y restringir las importaciones a defender un mayor equilibrio en la balanza comercial, según dijo un experto a la edición extranjera del Diario del Pueblo. El Gobierno chino ha facilitado el trasiego de las importaciones chinas de 2010. La estructura de productos básicos que regía antes de la crisis financiera de 2008 colocaba a las materias primas industriales y los bienes de capital en la mayor proporción de importaciones de China. En 2010, sin embargo, la búsqueda de un intercambio comercial equilibrado propició un incremento en las importaciones de automóviles y piezas de repuesto, comprados en su mayoría en Estados Unidos, Europa y los países desarrollados. Este paso resultó muy útil en el tratamiento del desequilibrio comercial bilateral. A partir de octubre de 2010, el volumen de exportaciones e importaciones ascendió a 2.400 millones de dólares, o un aumento del 36 por ciento respecto al mismo período del año pasado, de los cuales, las exportaciones representan 1.300 millones de dólares, un aumento del 33 por ciento, en tanto que las importaciones alcanzaron los 1.100 millones de dólares, para un alza del 41 por ciento. La tasa de crecimiento de las importaciones ha superado la de las exportaciones, lo que implica una reducción del superávit comercial, a la vez que disminuye las presiones para una apreciación del Renminbi. El papel de China es crucial Los analistas concuerdan en que las oportunas políticas de estímulo económico de China garantizaron la estabilidad económica interna y el desarrollo desde la crisis financiera de 2008. A pesar de haber sufrido los embates de la recesión global, China ha alcanzado un acelerado crecimiento económico. El crecimiento económico originó una gran demanda de bienes de capital y productos industriales. Las importaciones de estos productos desempeñan un importante papel en la promoción de las exportaciones de los países desarrollados y los países de reciente industrialización hacia China. Además, la demanda china de un cúmulo de materias primas necesarias para su producción industrial es una buena noticia para los países en desarrollo con abundantes recursos y economías orientadas a la exportación. El rápido crecimiento económico de China ha desempeñado un papel crucial en el entorno económico mundial actual. Tal coyuntura deberá desembocar en la consolidación de China como fuerza dominante en el crecimiento económico mundial futuro, según dijo en un discurso el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. DIARIO DEL PUEBLO. 14-12-2010 EEUU. The Wall Street Journal En busca de un modelo económico post-crisis Mark Whitehouse El físico Doyne Farmer piensa que deberíamos analizar la economía igual que estudiamos las epidemias y el tráfico. El psicoanalista David Tuckett cree que la clave para los vaivenes del mercado está en las obras de Sigmund Freud. A su vez, el economista Roman Frydman cree que nunca podremos pronosticar con exactitud lo que pasará con la economía. Pese a que sus ideas pueden parecer divergentes, estos tres expertos tratan de resolver un acertijo con el que esperan catalizar una revolución en la economía: ¿cómo entender un mundo que ha demostrado ser mucho más complejo que lo que asumían los modelos más avanzados? La pregunta dista de ser académica. Durante décadas, la mayoría de los economistas, incluyendo los presidentes de los bancos centrales más poderosos del mundo, han dado por sentado que la gente es lo suficientemente racional y que el funcionamiento de los mercados es lo suficientemente fluido, como para que el conjunto de la economía pueda ser reducida a un puñado de ecuaciones. Luego transforman estas fórmulas en modelos matemáticos con los que intentan imitar la conducta de la economía. Desde Washington a Fráncfort, pasando por Tokio, los modelos son utilizados a la hora de tomar decisiones cruciales para todo, desde el nivel adecuado de las tasas de interés hasta la regulación de los bancos. Luego de la crisis financiera y una dura recesión que los modelos no lograron predecir, un creciente número de economistas está comenzando a cuestionar las bases intelectuales sobre las que se construyen. Investigadores están comenzando a ofrecer una serie de ideas con las que esperan formar los bloques para construir un nuevo paradigma. Algunas de las voces más reconocidas del mundo académico aseguran que las nuevas ideas están fuera de la corriente principal de pensamiento por una buena razón: están todavía muy lejos de producir un modelo que haya probado ser mejor que el status quo. "Me parece que esperaré hasta ver lo que pueden y no pueden hacer estos modelos", dice Robert Lucas, un economista de la Universidad de Chicago que ganó el premio Nobel por su trabajo sobre las "expectativas racionales", el concepto en tela de juicio por la ortodoxia moderna. Los modelos de hoy emergieron de su propia revolución. En la década de los 70, los economistas querían entender la forma en que las decisiones de política económica, como subir los impuestos o recortar las tasas de interés, podían cambiar el comportamiento de la gente. También estaban ansiosos por someter sus propios razonamientos a la implacable lógica económica. Así que poblaron sus modelos con gente racional que pudiera calcular el valor de varias opciones y optar por el mejor camino. Al traducir las preferencias de las personas en ecuaciones, y determinar el punto en que coinciden con las de empresas y otros implicados, los modelos predecían una trayectoria exacta para la economía. Esto los convierte en una herramienta atractiva para los economistas, que pueden limitarse a introducir una modificación en los tipos de interés y ver exactamente cómo afectaba toda la producción de un país para los próximos años. El problema, dice Farmer, es que los modelos tienen poca relación con la realidad. La gente no es tan racional como asumen los modelos, señala. Farmer apunta a un defecto quizás mayor en la estructura matemática de los modelos. Un modelo típico como el de "equilibrio general dinámico estocástico" —así llamado porque incorpora los elementos de tiempo y cambios al azar— consiste en unas cuantas, a veces decenas, de ecuaciones relacionadas entre sí, que deben concordar antes de que el modelo pueda ofrecer una solución. Si las ecuaciones se vuelven demasiado complejas, los modelos tienen dificultades para encontrar el punto en el cual todas las preferencias de los actores de la economía se encuentran. Para mantener las cosas simples, los economistas suelen dejar fuera partes importantes de la realidad. Antes de la crisis, la mayoría de los modelos no incluía bancos, cesaciones de pago ni mercados de capital, un hecho que resultó problemático cuando golpeó la crisis financiera. Normalmente incluyen solamente familias, empresas, bancos centrales y el gobierno. La propuesta de Farmer consiste en crear una simulación compleja por computadora como las que utilizan los científicos para modelar los patrones climáticos, las epidemias y el tráfico. Con suficiente respaldo de las computadoras, estos modelos basados en los distintos agentes económicos pueden incluir a millones de actores individuales, que no tienen por qué ser racionales o estar de acuerdo unos con otros. La parte difícil es crear reglas que tengan relación con la realidad. Con ese objetivo, Farmer y tres economistas (Robert Axtell, de la Universidad George Mason; John Geanakoplos, de la Universidad de Yale, y Peter Howitt, de la Universidad Brown) tienen la esperanza de incluir a decenas de expertos en conducta de los consumidores, inversionistas y empresas, en un proyecto masivo de construcción de un modelo. Idear mejores reglas que expliquen la conducta humana requerirá que los investigadores caven más profundo en la psique humana, dice Tuckett, profesor de la University College de Londres. En concreto, está investigando cómo las necesidades inconscientes y los miedos pueden causar grandes altibajos en los mercados financieros. Extensas entrevistas con gestores de dinero lo han llevado a afirmar que dado que algunos instrumentos financieros son tan volátiles y difíciles de valorar, disparan la tendencia humana a fantasear. Valiéndose de la jerga de Freud, llama a esos activos financieros "objetos fantásticos", que la gente ve alternativamente como capaces de cumplir sus sueños de riqueza y poder o totalmente repulsivos e inútiles. Los modelos económicos necesitan tener en cuenta la forma en que los cambios de la conducta de la gente varían con el contexto psicológico. Cuando la gente está fantasiosa, es capaz de concederle un valor astronómico a lo que sea, desde tulipanes holandeses hasta complicados valores vinculados a las hipotecas. Tuckett quiere crear una encuesta de cómo piensan distintos inversionistas, con la que construir un modelo basado en agentes, parecido al que está desarrollando Farmer. Por su parte, Frydman, profesor de la Universidad de Nueva York, no ofrece una manera mejor de hacer predicciones. En su lugar, cree que los economistas y autoridades deben asumir los límites de su conocimiento. A su juicio, lo mejor que pueden hacer es limitar las fluctuaciones extremas. Un banco central podría, por ejemplo, establecer parámetros indicativos para los precios de activos como las acciones, los bonos y las casas. Si los precios superan esos parámetros, los compradores potenciales habrán sido advertidos que están tomando un riesgo agregado y podrían pensárselo dos veces. Farmer cree que los modelos tradicionales siempre serán útiles para ciertos tipos de análisis, pero no es optimista respecto a que vayan a proveer la solución completa. THE WALL STREET JOURNAL. 13-12-2010