Selección de prensa internacional

China-EEUU-Europa

El semanario Washington Observer publicaba la pasada semana un muy interesante reportaje sobre la polí­tica de la UE hacia China, comparándola con la que sigue Washington. En la comparación, Europa sale notablemente perjudicada. Y mientras China se afianza como un nuevo poder emergente a escala cada vez más global, las divisiones de la UE y su ceguera ante la nueva realidad que vive el mundo -unido a su condición de enano polí­tico y gusano militar- parecen condenarle a ser un convidado de piedra en las nuevas relaciones de poder mundial que se están gestando en estos momentos.

El mismo Consejo Euroeo de Relaciones Exteriores, un organismo dependiente de la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos es consciente de esta situación al publicar recientemente un informe en el que señalan cómo las táctica de la UE hacia China “no se corresponden a la situación real” y la urgente necesidad de reemplazarlas por otras. Mientras que EEUU actúa desde una política realista, de considerar a China de acuerdo al grado real de poder en las relaciones internacionales que ya posee y las potencialidades que tiene, la UE, por el contrario, actúa ante China, según el informe como si ésta fuera un país grande “en construcción” y no una potencia real con poder e influencia en el mundo. Lo más lamentable de la política europea hacia China, señala el informe, es que “no puede como Washington distinguir lo esencial de lo accesorio y actuar con un objetivo preciso”. Considerar o no a China como el gran rival estratégico es el punto clave que diferencia a unos y otros, Mientras la UE cree que en el largo plazo puede influir sobre China, abrirla aún más a una economía de mercado liberal y propiciar reformas en el sentido de una democracia de corte occidental, para Washington China es su verdadero rival en el plano económico, ideológico y militar. Y aunque intenta desarrollar con China todas las relaciones posibles evitando los conflictos, al mismo tiempo busca “mantener su superioridad y su ventaja en las relaciones bilaterales chino-norteamericanas, a fin de asegurar sus intereses globales y planetarios”. EEUU. Washington Observer POR QUÉ LA POLÍTICA DE EEUU HACIA CHINA ES MÁS EFECTIVA QUE LA EUROPEA John Fox y sus colegas del CERE (Consejo Europeo de Relaciones Exteriores) han publicado últimamente un informe titulado “Examen del estado de las relaciones chino-europeas”, el cual analiza en detalle la visión europea en materia de política respecto a China y sus problemas e indica que la táctica de “contacto incondicional” aplicado por la UE hacia China no se corresponde a la situación real y que es necesario reemplazarla por la de “contactos mutuamente ventajosos”. De un lado, Europa debe aceptar la realidad de la emergencia histórica de China, del otro, en la situación que mejor responda a sus intereses, la UE debe hacer oír su voz. Comparado con Europa, EEUU dan prueba de un mayor ingenio y astucia en la aplicación de la política con respecto a China. John Fox piensa que la política europea hacia China ha fracasado, y la razón es porque los europeos rechazan considerar la emergencia continua de este gran país de Oriente adoptando una visión que progrese con la época y teniendo en cuenta la situación real. En la actualidad, un gran número de importantes decisiones política de Pekín abarcan problemas mundiales que conciernen a Europa, mientras que ésta continúa viendo en China un país en trance de ser grande y no un país realmente grande a escala mundial. Estados Unidos, en cambio, aceptan el hecho consumado, por lo cual aplican respecto a ella una política más objetiva, más madura y más exitosa. “La política norteamericana hacia China ha estado siempre renovada a tiempo y sin retraso y considera a China con una visión realista”, declaró Fox al Washington Observer, explicando que EEUU son conscientes de la influencia de China tanto en el plano bilateral como a nivel mundial. Ellos conocen perfectamente los puntos esenciales e importantes de sus relaciones con China, como por ejemplo: el déficit del comercio chino-norteamericano, la tasa de cambio del reminbi, el desarrollo militar de China, la crisis nuclear norcoreana, así como el papel que juega China en los problemas concernientes a África y especialmente en Sudan, etc. En realidad, los problemas mencionados existen igualmente en el orden del día de las relaciones chino-europeas. Además de todo esto, los principales puntos de las relaciones chino-europeas comprenden entre otras el cambio climático, la protección al desarrollo, la inmigración, así como otros problemas tales como el embargo de armas impuesto a China. Pero lo que es lamentable para la UE, es que ella no puede como Washington distinguir lo esencial de lo accesorio y actuar con un objetivo preciso. John Fox indica que las dudas e indecisiones de la UE en esta materia política son debidas al frecuente reemplazo debido a su sistema de presidencias de turno, y el resultado es que éste no es capaz de asegurar una continuidad de su política hacia China y no puede establecer un orden del día para arreglar los problemas concretos. El informe de Fox y sus colegas indica que los veintisiete miembros de la UE están divididos en cuanto a las medidas a adoptar respecto a China tanto en el plano económico como en el político y que sobre este punto la UE está aproximadamente dividida en cuatro grupos: los industriales fervientes y celosos, los defensores del librecambio, los hombre de negocios moderados y los partisanos fieles. La existencia de estos cuatro grupos impide a la UE actuar unánimemente y hacerse oír con una sola voz en su diálogo bilateral con China. Entre tanto, los principales miembros de la UE, Francia, Alemania y Gran Bretaña actúan cada una a su manera en el arreglo de problemas con China. Al margen de estas astucias y de estas ingeniosidades en materia de política hacia China, John Fox, que posee profundos conocimientos sobre China, remarca que en relación a la UE, los Estados Unidos tienen mucho más invertido en cuanto a su diplomacia respecto a China. “La Embajada de EEUU en China es de una amplitud que sobrepasa de lejos la de los países europeos. La mayor parte de sus diplomáticos comprenden y hablan el chino. El número de sinólogos en los medios científicos norteamericanos es varias veces el de Europa. Todo esto contribuye al éxito y la eficacia de la política de EEUU respecto a China”. “Tanto EEUU como Europa no tienen una visión unilateral en lo que concierne a la política en cuanto al sitio de China. Ambos examinan a China teniendo en cuenta la corriente general y la tendencia principal, pero son diferentes cada uno por su parte en cuanto a su campo visual”, analiza Fox. Desde el punto de vista convencional, los europeos no consideran a China como una amenaza o como un desafío, pero ellos desean siempre que Europa y Occidente sean los dirigentes del mundo, cuando no las potencias mundiales nominales, y que esto sea una idea pluralista que sea dirigida de una manera relativamente pasiva. En consecuencia, la UE establece su política respecto a China sobre la base de la siguiente convicción: En sus contactos con la UE, China podrá ser influida, lo que le permitirá realizar poco a poco una economía liberal, y gobernar de acuerdo con las leyes y la democracia política. Esta es, de hecho, la base ideológica de la política de “contacto incondicional”. Pues la UE está convencida que a largo plazo, China se desarrollará de manera que se acercará más y más a Europa. “Sobre este punto, los Estados Unidos son diferentes a Europa, pues ellos consideran a China como un competidor estratégico mundial. La razón es que su concepción del mundo es diferente a la de Europa, la cual refleja una violenta tendencia al pluralismo, por el contrario, ellos otorgan importancia al poder real y la influencia”, ha analizado Fox, Es por esto que China es considerada por EEUU como su verdadero rival en el plano económico, ideológico y militar. El objetivo de EEUU es el de desarrollar con China las relaciones posibles evitando los conflictos. Pero, al mismo tiempo, desean mantener su superioridad y su ventaja en las relaciones bilaterales chino-norteamericanas, a fin de asegurar sus intereses globales y planetarios. Comparándolo con la visión europea, es una apreciación más real en los que concierne a China y el mundo El presente informe del CERE indica que Pekín considera sus relaciones con la UE como una partida de ajedrez y que sus veintisiete adversarios (peones) están todos concentrados en una esquina del tablero, peleándose para decidir que peón debe moverse hacia delante. Pero para que la UE pueda cambiar su situación pasiva, debe reforzar su peso en las relaciones con China. Es necesario que admita la siguiente realidad: entre los 27 países miembros de la UE, ninguno puede marchar adelante solo y dictar sus condiciones a China. Por consiguiente, indican John Fox y sus colegas, es necesario e importante para la UE reemplazr su política de “contacto incondicional” por la de “contacto mutuamente ventajoso”. Y sobre todo, cuando la UE conceda a China no importa que ventaja política, debe al mismo tiempo intentar hacer oír su voz y expresar sus ideas. Fox indica que la ascensión al poder del presidente norteamericano Barack Obama abre una nieva página en los anales de las relaciones chino-norteamericanas. Esta nueva pagina depende fuertemente de la precedente, porque cuando Washington empieza a aplicar una política exterior basada en el “smart power” (un equilibrio entre diplomacia y defensa) y la dplomacia militar norteamericana empieza a palidecer y a perder su resplandor, las relaciones chino-norteamericanas se refuerzan entonces con ventaja y de forma continua. “Esto podría entonces agrandar la distancia entre EEUU y Europa en cuanto a sus relaciones con China”, ha declarado John Fox al Observer, y para evitar que pueda ser puesta fuera de juego en el diálogo entre las nuevas potencias mundiales emergentes y las viejas potencias, la UE debe participar activamente en este gran coro al unísono. La UE pude jugar un papel importante en las relaciones a tres China-EEUU-Europa, señala John Fox, pero para ello debe cambiar su visión sobre China, mantener con China relaciones más estrechas y más eficaces y hacer la competencia a las relaciones chino-norteamericanas. WASHINGTON OBSERVER. 21-4-2009 EEUU. The New York Times LA ECONOMÍA MUNDIAL SIGUE ESPERANDO La reunión en Londres del mes pasado de las 20 potencias mundiales más que un éxito diplomático fue un caos económico. El comprensible deseo del Presidente Obama de restablecer la armonía diplomática ganó de lejos a la urgente necesidad de coordinar internacionalmente los planes de estímulo. Cuatro semanas más tarde, el coste de la chapuza está claro: los indicadores mundiales siguen hundiéndose, y el gran número de insolvencias que agobian a los bancos de todo el mundo no ha sido abordado adecuadamente. El proteccionismo se está extendiendo. Un informe esta semana mostró que la economía de los Estados Unidos disminuyó en más de un 6% anual en el segundo trimestre. Bruscos descensos parecen igualmente probables en Alemania, la mayor economía de Europa. Caídas más agudas se prevén en los países en desarrollo más pobres. Los países ricos -no sólo Estados Unidos- deben tomar medidas agresivas para estimular los mercados mundiales y el comercio. La canciller de Alemania, Ángela Merkel, se resiste a ello, lo que hace más fácil al resto de Europa resistir. Sabemos que los votantes alemanes están preocupados por la inflación. Pero la Sra. Merkel está alimentando su fantasía de que Alemania está aislada de alguna manera de los males del mundo. No lo está. Con más de un 40% de la economía alemana basada en las exportaciones, no puede permitirse una aceleración en la caída del comercio internacional y los mercados. Estímulo no es lo único que se necesita. Debe haber una mayor regulación nacional e internacional de los mercados financieros, un tema políticamente delicado y que sólo fue tratado cautelosamente en Londres el mes pasado. Los gobiernos tienen que ser más valientes en tomar la propiedad pública de los bancos abrumados con deudas incobrables con carácter temporal, restableciendo su salud financiera mediante la cesión de estas obligaciones agobiantes para después devolverlos a la propiedad privada. Y mientras los 20 países participantes en la cumbre de Londres se comprometieron a evitar nuevas medidas proteccionistas, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dice que al menos 9 de ellos están considerando o ya han adoptado medidas que violan esa promesa. Para preservar el desarrollo de la economía mundial hacia una mayor implosión, los países más ricos deben cumplir sus generosas promesas para aumentar el apoyo a través del Fondo Monetario Internacional. El Sr. Obama ya ha pedido al Congreso que apruebe 100 mil millones de dólares de préstamos norteamericanos al FMI. Habrá que abordar otros desestabilizadores desequilibrios. Los Estados Unidos deben aumentar el ahorro y la inversión. China debe invertir más en casa en las redes de seguridad social e infraestructura. Se debe permitir una adaptación más libre de los tipos de cambio. Si la política consiste en responder creativamente a estos retos, la resolución a largo plazo de la actual crisis económica puede aportar un futuro crecimiento mundial más sostenible y equitativo. Abordar los desequilibrios largamente enconados llevará tiempo. Un mayor estímulo internacional no puede esperar. THE NEW YORK TIMES. 2-5-2009

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