Reunión del G-20 en Londres

China a la ofensiva en el G-20

Se podrí­a deducir que China pueda tomar en consideración o ya lo estarí­a haciendo apoyar caminos alternativos al dominio del dólar en los mercados internacionales.

El rincipal escollo para un entente del llamado G-2 mundial EE UU y China sigue siendo el plan de estimulo norteamericana y el ingente endeudamiento que conlleva, lo que daña los intereses chinos como principal acreedor de EE UU.China considera que esta cumbre refleja en si misma los cambios en el equilibrio de poder mundial que se han dado de forma acelerada en esta última década. Las grandes potencias imperialistas se saben incapaces de encontrar una solución a la crisis que ellas mismas han desatado, deben recurrir a apoyarse en las naciones emergentes del Tercer Mundo para lograrlo. Y este reconocimiento es por sí­ mismo indicativo de los importantes cambios en el equilibrio de poder mundial. Pekí­n aun continuando su polí­tica de desarrollo pacifico ha pasado a la ofensiva, cuestionando el poder del hegemonismo mundial norteamericano. EEUU se enfrenta a una crisis general del capitalismo y un declive acelerado de su hegemoní­a que hacen necesario apagar los distintos focos de inestabilidad en el mundo.Según el diario del Pueblo Chino» Estamos convencidos de que a medida de la profundización de la economí­a de China y la elevación incesante de su competitividad, el mercado chino jugará un papel cada vez más importante en el escenario de la economí­a mundial. En un futuro no lejano, el mundo aceptará la fórmula constructiva presentada por el Gobierno chino en la presente cumbre para reformar el sistema monetario internacional. Además, un pluralista sistema monetario internacional sustituirá progresivamente el actual sistema del dólar soberano de Estados Unidos cuyo monopolio ha causado el desequilibrio del sistema monetario internacional. Esto es un proceso inevitable conforme a la internacionalización del la moneda china». El camino para ello no es expedito. Porque el sistema monetario con el dólar norteamericano como protagonista es un poderoso pilar que apunta hoy los grandes déficits comercial y financiero de EEUU.Es la última defensa de EEUU frente al impacto de la actual crisis financiera. Si el capital monetario internacional encuentra un puerto más seguro en otros lugares, su salida provocará una parálisis del mercado norteamericano, reeditando la tragedia de la gran depresión del siglo pasado. Por lo tanto, para asegurar que el capital internacional no salga en gran cantidad del paí­s, el Gobierno norteamericano prefiere aceptar un estado del dólar desfavorable para la recuperación básica de su economí­a. Con la crisis del 2008 han quedado al desnudo las debilidades estructurales de una economí­a que consumí­a, que no ahorraba y que exportaba primordialmente servicios, armamentos, alimentos y ciertos productos industriales. En cuanto a los fundamentos de su poder internacional éstos descansaban sobre sus bancos y empresas aseguradoras, sobre su moneda y sobre el extendido poder militar que le permite ejercer una incuestionada hegemoní­a en continentes, mares y espacio.La otra consecuencia de los movimientos polí­ticos y diplomáticos generados en torno a la cumbre del G-20. Es la posible reactivación del eje franco-alemán como motor europeo tras su ruptura con la llegada de Merkel y Sarkozy al poder.Reactivación, que podrí­a venir acompañada de un impulso de uno de los viejos proyectos del eje: la creación de un Tesoro Único Europeo, con capacidad de emitir deuda e impulsar al Euro como competidor del dólar, proyecto que algunos analistas describen tendrí­a el beneplácito y la colaboración de China.China apoyarí­a tanto este proyecto como realzar la utilización su propia moneda en el intercambio comercial con los paí­ses emergentes en sustitución del dólar ofreciendo acuerdos ventajosos a los mismos.Se podrí­a deducir que China pueda tomar en consideración o ya lo estarí­a haciendo apoyar caminos alternativos al dominio del dólar en los mercados internacionales, viendo las conclusiones que El Diario Del Pueblo extrae de lo sucedido en la cumbre: «En este sentido, debemos estar preparados para buscar fórmulas de cooperación «menos buenas». Por ejemplo, al mismo tiempo que apoyamos la liquidez del mercado norteamericano, debemos dilucidar y destacar ante EEUU que defendemos los intereses de China como el mayor acreedor de EEUU. De lo contrario será insostenible la cooperación de beneficio mutuo, lo que incrementará el coste para la recuperación económica de los dos paí­ses». «El Gobierno chino debe aprovechar al máximo el escenario de la cumbre de G-20 para buscar diversas fórmulas flexibles de cooperación, y esforzarse por ganar apoyos de los paí­ses que enfrentan los mismos desafí­os». Obama ha dejado claro que lo que busca es coordinar al resto entorno a su multimillonario plan de rescate, forzando a los demás paí­ses a apoyar su plan sustentando el dólar y comprando más deuda norteamericana. Es una historia de hechos consumados el Plan ya esta en funcionamiento, sino, el barco se hunde, o nos salvamos todos o ninguno.Las tan ansiadas reformas exigidas por Europa sobre las estructuras económicas internacionales FMI, Banco Mundial, y el dólar como divisa de reserva, no están en la agenda de EE UU. Es precisamente esta toma de decisiones unilaterales por parte de EE UU sin tomar en consideración el consenso con China y el resto del G-20 lo que destacan las autoridades chinas como un peligro para los intereses de los demás actores y la pronta recuperación de la economí­a global.En opinión del gobierno chino si los problemas no pueden solucionarse con las polí­ticas de cooperación eficiente de los diversos paí­ses en un contexto de globalización, es muy posible que las diversas fórmulas de solución que ponen los intereses nacionales por encima de todo, perjudiquen los intereses económicos de otros paí­ses e impidan el cumplimiento de los objetivos de sus gobiernos.Se incrementarán las manifestaciones evidentes y latentes de proteccionismo comercial y financiero para defender los intereses y mercados nacionales. Finalmente se aplazará seriamente la recuperación de la economí­a mundial aumentando progresivamente el coste para salvar el mercado en escala global.

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