El Observatorio

Cejas despobladas

Uno de los episodios más vergonzosos de la llamada intelectualidad española, o «mundo de la cultura», fue ese acto de apoyo a la candidatura de ZP, con un gesto que reproducí­a las famosas cejas góticas del presidente del gobierno. Nunca creí­ que, por muy «estómago agradecido» que se fuera, se llegara a ese gesto bochornoso, por el cual esa supuesta intelectualidad «izquierdista» de nuestro paí­s se identificaba públicamente y apoyaba expresamente, con un signo grotesco, al hombre de Botí­n.

Según cuenta el diario El País, el nuevo intento del PSOE de lograr un aoyo activo y multitudinario del mundo de la cultura al presidente del gobierno y a la candidatura socialista a las próximas elecciones europeas se saldó con un notable fracaso. Aunque la nueva secretaria general del PSOE, Leire Pajín, hizo un llamamiento a "seguir alzando la ceja" y a seguir "respaldando a los optimistas", lo cierto es que la "escasez de rostros conocidos" (palabras literales de El País) fue patente en el acto convocado por el PSOE en el Círculo de Bellas Artes de Madrid como parte de su campaña para las elecciones europeas. La mayoría de los asistentes reunidos (sigue diciendo el periódico) "eran políticos del PSOE de Madrid, encabezados por su secretario general, Tomás Gómez, miembros de su ejecutiva" y "miembros de la ejecutiva federal, como Pedro Zerolo". El cronista no puede dejar de subrayar que el acto "contrastaba vivamente con el encuentro multitudinario que reunió a artistas y creadores hace poco más de un año en el mismo marco para apoyar la candidatura de Zapatero a la presidencia del gobierno". Y termina calificando el acto como "deslucido". Naturalmente el cronista se interroga si esto significa una desafección masiva de los intelectuales hacia Zapatero. También los escasos asistentes al acto se lo preguntaron. Y por supuesto, llegaron a la rápida conclusión de que "no", de ninguna manera: las "europeas" no mueven (ni al electorado, ni a los intelectuales) y, encima, el acto "no estaba muy bien convocado". Algunos asistentes habituales, como Ana Belén y Víctor Manuel, se "quejaron" de que sólo se les avisó "por correo electrónico". Pero no fueron. Es imposible medir ahora mismo hasta donde llega el malestar de este sector hacia la política de un gobierno que, en los últimos meses, se ha decantado claramente por la salvación de los bancos a costa del hundimiento de casi todos los demás, y especialmente de los trabajadores (cuatro millones de parados, por mucho que Corbacho "apañe" las cifras cinco días ante de las elecciones) y de las pequeñas y medianas empresas (más de cien mil víctimas en el primer trimestre del año). No sé hasta donde llegará el malestar, ni hasta dónde el hartazgo, ni hasta donde la hostilidad, pero el "vacío" del acto de Madrid no deja de ser, a mi parecer, un serio "aviso" al gobierno. Cierto que ahora mismo no está en juego el gobierno, pero el tamaño y el carácter masivo de la desafección, incluso a pesar del nombramiento como ministra de la presidenta de la Academia del Cine, es un hecho que revela que una fosa, de tamaño impreciso, se está abriendo entre el gobierno y su política y el mundo de la cultura. Del guiño de la ceja es posible que estemos pasando a un gesto ceñudo.

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