SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Catalunya y Nabucco`

El president de la Generalitat tiene razón. Un avión puede abortar su aterrizaje a pocos metros de la pista, pero, como él dijo a su generalato, en afortunada expresión de Jordi Barbeta, “cuando un avión toma velocidad para despegar, se sitúa en el punto de no retorno en el que la única alternativa es volar”.

La Diada del miércoles es el punto –creo– de no retorno, hacia no se sabe muy bien dónde, tanto para las fuerzas políticas catalanas como para el proceso secesionista. Las turbulencias en Catalunya son evidente entre CDC y Unió, y con matices diferentes, en el PSC. Se produce en ellas una fisura. Independentistas frente a los que no lo son, aunque estos pretendan, bien una consulta legal, bien un Estado federal o bien confederal. Las posiciones se matizan ante una convocatoria en la que nadie en el espectro catalanista quiere significarse con desafecto u hostilidad. Sin embargo, el riesgo cierto de una quiebra interna política y social en Catalunya explicaría el giro de Mas el jueves en Catalunya Radio: no va a violar la legalidad constitucional y por lo tanto no convocará en el 2014 una consulta que no autorice el Gobierno central y se remite, subsidiariamente, a las elecciones del 2016 que serían –ya veremos si no hay una nueva ciaboga de por medio– plebiscitarias.

Pero el avión secesionista ha tomado velocidad y en la Diada 2013 estará en el aire. La Generalitat le ha puesto pista, le ha suministrado el combustible y le ha llenado la aeronave de pasajeros. Desde ese momento comienza una fase posterior a la que se inició con el Onze de Setembre del 2012: la ejecución material del proyecto independentista con la convocatoria de una consulta. La energía que CDC y Mas observaron en la Diada del pasado año y que les llevó a cometer tantos errores se ha engrosado, de modo que no se sabe bien cuál es el papel de unos y de otros: si el Govern conduce el proceso, o si es esa fuerza social independentista la que teledirige al Govern y a su president. En cualquier caso, Artur Mas ha perdido autonomía tanto para avanzar en la apuesta soberanista –porque se le rompe CiU y se descabala el PSC con estragos empresariales adicionales– como para retroceder sobre lo prometido, porque ahí están ERC, CUP y parte de su propio partido para exigirle que cumpla lo prometido.

El riesgo de una contracción del electorado –siempre remiso a los riesgos excesivos salvo en procesos insurreccionales poco probables en Catalunya– llama a la prudencia. Una prudencia que consiste por algunos en apoyar la Vía Catalana del miércoles pero sin asistir a la cadena humana (un apoyo moral, nadando y guardando la ropa) y en desactivar la emotividad del año 2014 diluyendo su simbología a los efectos de celebrar en su curso la consulta que materializaría el derecho a decidir. No ha faltado quien recuerde que Catalunya carece de padrinos internacionales para avalar esta iniciativa, razón que aconsejaría sosegar los ritmos. “Tengo la impresión de estamos haciendo las cosas demasiado apresuradamente y sin base suficiente”, ha declarado Joan Domènec Ros, presidente del Institut d’Estudis Catalans. Un diagnóstico tardío pero certero.

Desde la atalaya mesetaria no hay respuestas sino perplejidades por partida doble: por la actitud del Gobierno de Rajoy que se muestra desganado y quizás incrédulo ante una realidad con un potencial explosivo sobre cuya capacidad destructora de la unidad constitucional no cabría dudar y por la propia actitud de Mas y CDC que son conscientes de que se embarcan en una operación –a través de la Assemblea Nacional Catalana– que si despega, como lo hará el miércoles, no tiene retorno, aunque el president se haya descolgado con la pretensión –acaso ya vana– de pilotar una nave que no ha comandado desde el 25-N.

Ni en Barcelona ni en Madrid debe suponerse que la Diada de este año no obligará a pasar de las palabras a los hechos. Desde la anterior hasta hoy, ha sido posible reencauzar los acontecimientos, apaciguar ánimos, establecer transacciones y reencontrar aquellos puntos de equilibrio que desde el primer Estatut tras la Constitución de 1978 permitieron la reintegración de la Generalitat de Catalunya y el autogobierno –que con deficiencias y logros–ahora administran las instituciones catalanas. El miércoles se pasará de ese punto de equilibrio, al punto de no retorno, al despegue. La gran cuestión a la que no ha respondido convincentemente –no lo ha hecho CiU, ni ERC, ni todo el espectro independentista– es cuál es el aeropuerto de destino de ese avión y cuándo llegará. Un catalán de pro, confuso y enfadado, me dice que se le viene a la cabeza el errante Va pensiero de Nabucco.

Javier Marías

Javier Marías es el literato español con más proyección internacional. Sus Enamoramientos es uno de los libros más celebrados en varios países de Latinoamérica. Acabo de regresar de Colombia que es, seguramente, la cantera de prosistas y poetas más feraz de todos los países hispanos. Marías es allí un referente para autoras tan exitosas como Piedad Bonnett –de ancestros catalanes– que le cita en una magnífica y sobrecogedora historia (Lo que no tiene nombre). La entrevista de Marías en este diario el martes es lúcida pero dura. Decía que “el rechazo oficialista catalán hacia todo lo español ha acabado haciendo mella”. Es cierto. Como lo es que podemos vernos los unos a los otros “como hoy vemos a Portugal”. Hay una reciprocidad en el desdén.

Josep Piqué

El día 17 se presenta el libro de Josep Piqué Cambio de era (Deusto) que se ofrece como un ensayo de geoestrategia. Los grandes poderes se estarían desplazando de norte a sur y de occidente a oriente. El ensayo –todavía no distribuido– hace incursiones reflexivas sobre España (¿posible italianización?) y encapsula reflexiones e ideas para España. Piqué ha dejado Vueling y, de inmediato, el Cercle d’Economia. Resulta incomprensible que su antiguo partido, el PP, no le recupere para altas misiones institucionales, estadistas, que no aproveche su experiencia y su capacidad de interlocución. Después de su égida empresarial, la vis política del catalán se percibe con el lanzamiento de este ensayo que será leído con interés e interpretaciones varias.

Deja una respuesta