Caso Goldman: el excesivo poder de Wall Street

«La queja de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) contra Goldman Sachs está siendo tratada en los medios como la Piedra de Rosetta que finalmente ha expuesto la perfidia y doblez de Wall Street detrás de la crisis financiera. Nuestra reacción es diferente: ¿esto es lo único que hay? Tras 18 meses de investigación, ¿lo mejor que el gobierno de EEUU puede presentar es un alegato de que Goldman engañó a algunos de los inversionistas más sofisticados del mundo?»

Hemos tenido nuestras ropias disputas con Goldman y lo hemos criticado por sus explicaciones de sus negocios con AIG. También hemos instado al Senado a modificar su proyecto de ley de reforma regulatoria, que tiene defectos, precisamente porque beneficiaría a Goldman y otros gigantes bancarios al contemplar explícitos poderes de rescate para asistirlos. Existen serias preguntas sobre el papel de Goldman y otros bancos "demasiado grandes para quebrar" en el mercado financiero estadounidense. Sin embargo, este caso no trata ninguna de estas cuestiones. (THE WALL STREET JOURNAL) THE WASHINGTON POST.- Convengamos en que hay un problema con el poder de Goldman Sachs. La empresa asume enormes riesgos y gana grandes ganancias, y luego, cuando se mete en problemas, como hizo tras la quiebra de Lehman Brothers, acude al gobierno en busca un rescate. Pero el caso que la Comisión de Bolsa y Valores ha interpuesto contra Goldman también implica un problema. A menos que la SEC posea mayores evidencias de lo que ha expuesto hasta ahora, la acusación parece endeble. Si Goldman se ha convertido en el emblema del excesivo poder de Wall Street, la SEC podría convertirse en el emblema de un poder del gobierno fuera de control EEUU. The Wall Street Journal La SEC versus Goldman Sachs La queja de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) contra Goldman Sachs está siendo tratada en los medios como la Piedra de Rosetta que finalmente ha expuesto la perfidia y doblez de Wall Street detrás de la crisis financiera. Nuestra reacción es diferente: ¿esto es lo único que hay? Tras 18 meses de investigación, ¿lo mejor que el gobierno de EE.UU. puede presentar es un alegato de que Goldman engañó a algunos de los inversionistas más sofisticados del mundo sobre una única obligación de deuda garantizada (CDO, por sus siglas en inglés) "sintética" en 2007? Lejos de ser el arma del delito, este caso parece más una pistola de agua. *** Repasemos el supuesto fraude, en el cual Goldman trabajó con el gestor de fondos de cobertura John Paulson, quien quería apostar a una caída del mercado de hipotecas subprime, o de alto riesgo. La SEC sostiene que Goldman permitió que Paulson & Co. seleccionara los valores respaldados por hipotecas sobre los cuales los inversionistas especularían a través del CDO y luego ocultó el rol de Paulson a la contraparte en la transacción, es decir los inversionistas que compraron el CDO. La SEC también afirma que Goldman engañó a ACA Management —una división del mayor inversionista al otro lado de la operación y la firma que oficialmente elegía los valores respaldados por hipotecas sobre los cuales todos harían apuestas— haciéndole creer que Paulson en realidad estaba invirtiendo en un tramo "bursátil" del lado de ACA. En lo que concierne al segundo punto, los documentos ofrecidos para el CDO de 2007 no hacían ninguna afirmación que podamos encontrar de que la firma de Paulson estaba apostando junto a ACA. Los documentos incluso puntualizan que un tramo bursátil no fue ofrecido por Goldman, como ACA debía haber sabido ya que ayudó a armar el acuerdo y presuntamente leyó los documentos. Incluso la acusación de la SEC afirma que ACA tenía la última palabra sobre qué activos serían incluidos en el CDO. Y en algunos casos, ACA retiró del fondo varios activos sugeridos por la firma de Paulson. Lo que es más importante es que la inversión en cuestión no contenía hipotecas, ni siquiera valores respaldados por hipotecas. Por eso es que se lo conoce como CDO "sintético", lo que significa que es un instrumento financiero que permite que los inversionistas apuesten sobre el futuro valor de ciertos activos respaldados por hipotecas sin tenerlas en su poder. Sin embargo, gran parte de la acusación de la SEC está redactada como si la oferta incluyera fondos de hipotecas en sí, en lugar de una colección de apuestas contra ellas. ¿Por qué la SEC no ofrece una clara descripción? Quizás la división de implementación de la SEC no entienda la diferencia entre un CDO en efectivo, que contiene tramos de valores respaldados por hipotecas, y un CDO sintético, que tiene apuestas contra esos valores. Es más probable que la SEC conozca la distinción, pero enturbió el vocabulario para confundir a los periodistas y el público sobre lo que los inversionistas claramente habrían sabido: que, por definición, dicha transacción es una apuesta a favor y en contra de valores respaldados por hipotecas subprime. La existencia de una apuesta en contra no era un oscuro secreto de Goldman, sino que era la premisa de la transacción. ¿Tenía Goldman la obligación de informar que Paulson era el que estaba apostando en contra de las hipotecas subprime? Goldman insiste que es una "práctica de negocios normal" para un formulador de mercado no revelar los nombres de participantes de una transacción, y la pregunta es cómo esto habría supuesto una diferencia. Desde entonces, Paulson se ha vuelto famoso por esta apuesto hipotecaria, con la cual ganó 1.000 millones de dólares. No obstante, en el momento de la transacción, era apenas otro gestor de fondos de cobertura, y ningún inversionista que apostaba al alza hubiera sentido que era como apostar contra Warren Buffett. No es que haya viudas y huérfanos inocentes en esta historia. Goldman está siendo retratado como el señor Potter en la película ¡Qué bello es vivir!, que explota a la gente buena de Bedford Falls. Pero una analogía más apropiada es Alien vs. Depredador, con Goldman como árbitro. Paulson apostó contra el banco alemán IKB y la estadounidense ACA, ninguno de los cuales es una víctima desinformada que apareció de la nada en Wall Street. IKB se describe como un "inversionista líder en CDO" y "un gestor de crédito líder en el mercado alemán". ACA, por su parte, participó en numerosas transacciones similares. The Wall Street Journal informó que ACA era conocida por aceptar más riesgo que sus competidores, debido a que, con una calificación de crédito menos que estelar, tenía un costo de capital más alto. Por cierto, Goldman también fue uno de los perdedores. Aunque obtuvo una comisión de US$15 millones por armar la operación, Goldman afirma que terminó perdiendo US$90 millones en la transacción porque al final decidió apostar junto a ACA e IKB. En otras palabras, la SEC está demandando a Goldman por engañar a inversionistas que apostaban al alza en una transacción en la cual la firma había apostado de igual manera. Así que Goldman conspiró para defraudar a… ¿sí mismo? En cuanto al rol que esta operación jugó en la crisis financiera, su principal impacto fue transferir US$1.000 millones de los apostadores a un alza del mercado de la vivienda a Paulson. A la larga, esto significó grandes pérdidas para Royal Bank of Scotland, que adquirió uno de los apostadores al alza y tuvo que ser rescatado por una inyección de capital del gobierno británico. RBS, no obstante, tomó más que suficientes malas decisiones por su cuenta que contribuyeron a su colapso. Estas transacciones de los fondos de cobertura producen entretenidos cuentos para relatos épicos, pero casi nunca son la causa del pánico. *** Lo que nos lleva al verdadero impacto de este caso, que es político. Las acusaciones de la SEC convenientemente llegan en la antesala del debate en el Senado sobre la reforma financiera, y sus partidarios ya citan el caso para acelerar la aprobación del proyecto de ley. "Me complace que el gobierno de Obama esté usando todas las herramientas a su disposición para traer transparencia a Wall Street y defendiendo a los propietarios de viviendas y las pequeñas empresas a lo largo de EE.UU.", dijo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, el viernes sobre el caso de la SEC. "Por esto también es que necesitamos aprobar una fuerte reforma de Wall Street este año". Por supuesto, este caso no tiene nada que ver con los deudores hipotecarios. Hemos tenido nuestras propias disputas con Goldman y lo hemos criticado por sus explicaciones de sus negocios con AIG. También hemos instado al Senado a modificar su proyecto de ley de reforma regulatoria, que tiene defectos, precisamente porque beneficiaría a Goldman y otros gigantes bancarios al contemplar explícitos poderes de rescate para asistirlos. Existen serias preguntas sobre el papel de Goldman y otros bancos "demasiado grandes para quebrar" en el mercado financiero estadounidense. Sin embargo, este caso no trata ninguna de estas cuestiones. Quizás la SEC tenga más pruebas de las que presentó, pero públicamente hasta ahora el gobierno y los medios parecen estar envueltos en un sesgo cognitivo conocido como prejuicio de retrospectiva. Tres años más tarde, después de que el mercado hipotecario haya estallado y luego del pánico y la recesión, la clase política está buscando casos legales para demostrar su explicación preferida de que todo el desorden fue culpa de Wall Street. Goldman resulta ser un villano conveniente. Pero a juzgar por esta queja, la historia real es lo poco que el gobierno ha encontrado hasta el momento. THE WALL STREET JOURNAL. 20-4-2010 EEUU. The Washington Post En SEC vs Goldman, ¿dónde estuvo realmente la culpa? Sebastian Mallaby Convengamos en que hay un problema con el poder de Goldman Sachs. La empresa asume enormes riesgos y gana grandes ganancias, y luego, cuando se mete en problemas, como hizo tras la quiebra de Lehman Brothers, acude al gobierno en busca un rescate. Pero el caso que la Comisión de Bolsa y Valores ha interpuesto contra Goldman también implica un problema. A menos que la SEC posea mayores evidencias de lo que ha expuesto hasta ahora, la acusación parece endeble. Si Goldman se ha convertido en el emblema del excesivo poder de Wall Street, la SEC podría convertirse en un emblema de un poder del gobierno fuera de control. Las 22 páginas de la denuncia de la SEC sostienen que Goldman vendió títulos hipotecarios imaginarios, sin revelar que un gestor de hedge funds, John Paulson, apostaba a que dichos títulos podrían caer. Esto es un no-escándalo. Los valores en cuestión, las llamadas obligaciones de deuda colateralizada sintética, no pueden existir a menos que alguien está apostando a que van a perder valor. Las empresas que compraron títulos de Goldman sabían perfectamente que algunos de los inversores de otro tipo deberían tomar la posición opuesta. Su trabajo era evaluar la oferta de Goldman y tomar sus propias decisiones. Uno de los grandes perdedores en el reparto fue IKB, un banco alemán con un gran negocio de hipotecas. No estamos hablando de negocios familiares. ¿Tal vez la SEC sugiere que la participación de Paulson invirtió esta lógica, porque el gestor de hedge funds era famoso por apostar miles de millones en hipotecas? Hay un caso superficial aquí: incluso si a los inversionistas no les importa que alguien más esté en el otro lado del negocio, tal vez no quisieran apostar en contra de una superestrella. Pero en el momento de la oferta, Paulson era un jugador de bajo perfil, cuyo nombre no hubiera hecho sonar las alarmas. Y los intermediarios como Goldman se supone que no cotorrean sobre las identidades de sus clientes. A continuación, la SEC se queja de que Paulson intervino directamente en el diseño de los valores, aprovechando al máximo las probabilidades de que explotaran. Lo que hizo fue el equivalente a construir una casa de madera con un gran hogar y una chimenea bloqueada, comprando a continuación seguros contra incendio en la estructura. Aunque esto pueda parecer impactante, es otro no-escándalo. Un inversor que quiera apostar en contra de un paquete de hipotecas tiene derecho a sugerir qué debe entrar en el paquete. El comprador tiene el mismo derecho para hacer contra-sugerencias. Como dice con claridad la denuncia de la SEC, el comprador principal en este negocio, una empresa llamada ACA especializada en títulos hipotecarios, hizo precisamente eso. Por último, la SEC afirma que Goldman, y específicamente su joven genio de las hipotecas, Fabrice "Fab" Tourre, engañó a ACA haciéndole creer que Paulson pretendía apostar por la solidez de las hipotecas, no a la inversa. Este es el meollo del asunto, y si hay pruebas de que Goldman o Tourre fueron deshonestos, la SEC aún podría emerger con su reputación intacta. Pero ninguno de los fragmentos de correo electrónico citados en la denuncia se asemeja a una pistola humeante. Lo que la denuncia muestra es que ACA creyó Paulson era un comprador, no el vendedor, y el misterio intrigante es cómo ACA pudo haber sido tan tonto. A medida que el acuerdo fue tomando forma, ACA y Paulson se reunieron en varias ocasiones. Si ACA tenía alguna duda con respecto a las intenciones de Paulson, seguramente podría haberle hecho una pregunta directa en vez de basarse en supuestos indicios de Goldman. A lo largo de las negociaciones, Paulson mantuvo notoriamente incluir hipotecas de baja calidad para el paquete y vetar las de alta calidad. Debería haber sido obvio para la ACA que se refería a que apostaba que irían hacia abajo. Lo peor que puede decirse sobre la base de la evidencia disponible es que Goldman sabía que ACA estaba siendo estúpido y no lo señaló. Eso está muy por debajo de los delitos que la SEC alega, lo que podría ser la razón de por qué dos de los cinco comisionados de la SEC se negaron a votar a favor de la acción contra Goldman, una división poco común en un caso de acusación. Y, sin embargo, en lugar de tratar la aventura de la SEC con la debida precaución, los políticos y los reguladores se están subiendo al carro. El primer ministro británico, Gordon Brown, quien resulta estar en lucha en una campaña electoral, ha empujado a los reguladores británicos a meterse en el caso de la SEC. La canciller alemana, Angela Merkel, que podría utilizar algunos chivos expiatorios para distraer al mercado de la crisis de la deuda de la zona euro, amenaza con seguir su ejemplo. Los investigadores del Congreso están planeando interrogar a los funcionarios de Goldman por enésima vez. Hay muchas cosas que están mal en Wall Street, y el Congreso debe aprobar una versión del paquete regulador que se discute en el Senado. Pero la premisa de una mayor regulación es que los reguladores se comportarán de manera responsable. Esperemos que la SEC lo recuerde. THE WASHINGTON POST. 21-4-2010

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