De Madrid a Bollywood

Capitán América vs Superlópez

Hollywood está en blanco, más de 80 remakes y secuelas están en producción, más héroes con mallas, más asesinos maniacos, más catástrofes… Frente a los innumerables refritos y sagas de Hollywood sorprende la variedad y lo arriesgado de nuestra cinematografí­a. EEUU con más de 45 millones de hispanohablantes se ha dado cuenta.

“Un aís rico en joyas cinematográficas” dice el New York Times refiriéndose a nuestro cine. Cada vez más Hollywood produce descafeinados refritos de títulos españoles. El famoso productor Roger Corman anunció en una ocasión su intención de filmar películas en español, destinadas a la comunidad latina en EEUU. Los intereses de EEUU en nuestro país son muchos. Sí los papeles de Wikileaks destaparon los interesas norteamericanos en la aprobación de la Ley Sinde para proteger sus interés la entrevista hace unas semanas de Christpher J. Dodd presidente de la MPPAA con Enrique Cerezo, presidente de EGEDA es un ejemplo más. El ex senador tomó el relevo del mediático Jack Valenti, conocido como “el Sheriff de Hollywood”, embajador de los intereses de Hollywood en el mundo entero. Enrique Cerezo se mostro complaciente con el ex senador y declaró para la prensa “el cine español e iberoamericano tiene mucho que ofrecer a Estados Unidos, “.¿Todavía más? Estados Unidos tiene una cuota de pantalla del 70% en España, el control de los circuitos de distribución americanas estrangula literalmente nuestro cine. En España la mitad de las películas no consiguen estrenarse porque no encuentran distribuidor. Pero mientras perdemos cuota de pantalla nuestras películas funciona cada vez mejor en el extranjero. Historias de ida y vuelta La lengua, 400 millones de hispanohablantes da unas potencialidades a nuestra cinematografía que no tienen Bollywood ni ninguna otra cinematografía. La coproducción con Iberoamérica puede ser una receta tonificante para el cine español. De hecho el país que ha estrenado más películas españolas es México. La huella de Buñuel en la cinematografía mexicana es indudable. En los años cuarenta y cincuenta las estrellas del cine mexicano lo eran también del español. Arturo Ripsteines un cineasta muy respetado por el público español, y El espinazo del diablo (2001), de Guillermo del Toro, una coproducción hispano-mexicana recaudó un cifra parecida a Torrente. A pesar de que América Latina es, en teoría, un mercado próximo y accesible el control estadounidense deja muy pocas posibilidades para el cine español. Existen más problemas que explican el interés de los productores españoles por la expansión en otros mercados en detrimento de los mercados iberoamericano. En su total, los nueve mayores mercados (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Uruguay y Venezuela) facturaron apenas mil millones de euros mientras la cinematografía española recaudó 618,77 millones de euros. Con la excepción de México, en ningún país cada ciudadano va al cine de media más de una vez al año. El número de pantallas es muy reducido.En países como Bolivia hay una pantalla por cada 200.000 bolivianos. Es mucho mayor el volumen de cine latinoamericano importado a España que el que exportamos. Esta situación contrasta con otras industrias culturales como el libro o la música que han hecho de la región uno de sus principales destinos. La lengua común de momento les da más ventajas a ellos que a nosotros porque les abre un mercado más rico, más asentado y está permitiendo que se estrenen muchas películas argentinas y mexicanas. “Un cuento chino”, coproducción argentina está dando unos resultados fantásticos. Sin embargo en las emisiones televisivas el cine español puede tener una salida, pues la televisión y el cine son grandes aliados. La presencia de películas españolas en televisiones iberoamericanas es mucho mayor que en las salas de cine.En cualquier caso es necesario fomentar políticas de cooperación. Iberoamérica es una asignatura pendiente, un reto y una oportunidad estratégica. Habibi, de Madrid a Bollywood España e India están próximas a firmar un convenio que facilite y promueva las coproducciones. El cine puede ser uno de los mejores instrumentos para vender nuestro país, como han hecho tradicionalmente los estadounidenses. “Solo se vive una vez” película india producida con capital español para promocionar el turismo ha sido un éxito. La película narra un viaje a España de tres amigos indios y cómo, en su recorrido por algunas de las fiestas desde Cataluña a Andalucía pasando por los Sanfermines, descubren el «carpe diem». En una de esas fiestas, en un pueblecito andaluz, al más puro estilo «Bollywood», los protagonistas se unen, en plena actuación en la fiesta mayor del pueblo, a una cantaora, naciendo así el superventas, fusión de español e hindi. La película ha sido un éxito: se exhibe en 1.800 pantallas en India y ha reventado la taquilla. Internacionalmente ha sido el filme indio que más ha recaudado en lo que va del año. Las emisoras de radio indias ponen como un martillo la canción «Señorita» que mezcla el hindi y el castellano, interpretada por la cantaora andaluza María del Mar Fernández. Este fin de semana en Nueva Delhi se ha organizado una recreación de la fiesta del tomate para la que se esperan unos 15.000 asistentes. Coproducir con India, primer país productor de películas por delante de EEUU, con un enorme mercado emergente es una propuesta muy interesante. El grupo Antena 3 abre las puertas por primera vez en la televisión española al cine indio con la adquisición de tres películas con el sello de Bollywood.India hasta ahora no había comprado películas extranjeras, su curiosidad por otras cinematografías era nula, pero las cosas están cambiando en Bolllywood. Tanto que la película Delhi Belly, producida por Aamir Khan, está rompiendo esquemas en el cine de Bollywood. “Detengan esta boda. Ella me ha hecho sexo oral… Y como yo soy un hombre del siglo XXI, también se lo he hecho». Con esta frase irrumpe Arup en la boda de la que era su novia y que en ese momento se está casando obligada por un arreglo familiar. Que se hable de sexo oral abiertamente, y sobre todo del realizado por un hombre a una mujer, es algo que no se había visto en Bollywood. RTVE y la Administración Nacional de Radio, Cine y Televisión de China suscribieron un convenio de colaboración sobre radio y televisión. La cinematografía china tiene una riqueza desconocida. España tiene firmados convenios de colaboración con quince países. Fomentar convenios y fortalecer las relaciones con otros países es una alternativa al cerco de los EEUU. A diferencia de China, que no es país comprador, Japón y Corea han sido tradicionalmente estupendos mercados para el cine español. Las coproducciones han sido una fórmula habitual en la mayoría de las industrias cinematográficas europeas desde mediados de los años 50.Entre 1950 y 1975 se realizaron en España 930 coproducciones, lo que supone un 40% del total de la producción española durante ese período. De las coproducciones bipartitas, un 50% se hicieron con Italia. Otros socios habituales fueron Francia, Argentina, Alemania, Estados Unidos, México y el Reino Unido. Entre 2000 y 2005, el número total de películas producidas en nuestro país fue de 726, de las que 267 fueron coproducciones internacionales (incluyendo 16 documentales), es decir, una media anual de 121 películas (76,5 totalmente españolas y 44,5 coproducciones internacionales). Dicho en otras palabras, el 36,7 % de las producciones cinematográficas españolas en los últimos seis años han sido coproducciones con otros países, un indicador del notable crecimiento de esta estrategia de producción a lo largo de esta década. No podemos competir con las películas americanas pero sí con el resto de cinematografías. Jugamos en otra división. Aunque España es el 7º productor de películas del mundo la diferencia con EEUU no es precisamente de 7 a 1. Todas las demás cinematografías juntas no consiguen ni siquiera alcanzar a la industria norteamericana. Nuestros rivales son países con una industria igual o más poderosa que la nuestra, como pueden ser Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Japón o Corea. Contamos con un buen mercado internacional y tenemos talento y condiciones para vender nuestras películas fuera. México e Italia son los países que exhibieron más películas españolas durante 2010, con 25 cada uno, seguidos de Francia, con 24; Argentina, con 17 y Estados Unidos, Canadá, Alemania y Colombia, con 14 largometrajes cada uno. Guerra de guerrillas. España presenta un abanico de contenidos único en el mundo: comedias, terror, documental, animación. El cine español no ha desarrollado una marca tipo “Dogma”, pero eso es una ventaja: las empresas españolas pueden especializarse gracias a la pluralidad de películas que se producen en España y dirigirse a diferentes mercados. Esta pluralidad permite especializarnos y conquistar nichos de mercado, curiosamente el mercado asiático es uno de los más relevantes porque se ha trabajado un nicho específico: el cine musical español. La reciente irrupción de los países asiáticos en el mercado mundial, uno de los grandes fenómenos de los últimos años, ha venido precisamente motivada por su capacidad de explotar nichos de mercado internacional. El cine japonés o coreano de terror, o el chino o tailandés de artes marciales. En los primeros años del siglo XXI la irrupción de China como mercado central en Asia, y la recuperación de los géneros por parte de Japón y Corea del Sur han tenido impacto mundial. Artes marciales, terror y animación han sido las claves de su éxito. España no tiene poderosas redes nacionales de distribución interior ni internacional. Compensa esta debilidad con una capacidad de buscar nichos de mercado para sus productos diferenciado de la oferta mayoritaria. Cuando hace unos años el productor español Julio Fernández decidió apostar por el cine de terror, no parecía una gran idea. Lo hizo sobre todo para asegurarse un volumen de negocio en el mercado del video. Años después se puede decir que inició una de las grandes corrientes comerciales de exportación del cine español. Títulos como “Los sin nombre”, “Darkness” o “Rec” de Jaume Balagueró son éxitos mundiales. El cine de terror español se diferencia del de otros países en su ambigüedad frente al efectismo puro y duro. Esa mezcla de géneros le ha permitido situarse en los mercados internacionales con fuerza propia y empezar a ser imitado. Mucho antes, uno de los grandes productores de cine de autor, Emiliano Piedra, le pidió a Saura que rodara Bodas de Sangre poco podía imaginar que iba a tocar uno de los géneros más rentables de la historia de la exportación de cine español: el musical. A pesar de las dificultades de que la comedia viaje , el cine español ha conseguido cada año vender comedias, destacando el éxito mundial de una comedia musical como fue “Al otro lado de la cama”. Junto con estos dos grandes fenómenos Pedro Almodóvar ha conseguido lo que muy pocos: ser una marca y un subgénero en sí mismo: el cine almodovariano. Todas las películas que ha dirigido a partir de “La ley del deseo” han sido un éxito. A otro nivel, pero con una evidente marca propia se puede hablar de otros autores muy solicitados en los mercados internacionales como en su momento lo fue Gutiérrez Aragón, luego Bigas Luna y más recientemente Julio Medem o Isabel Coixet por citar sólo algunos de ellos. España se ha atrevido a adentrarse en la producción de películas capaces de competir directamente en los mercados internacionales de habla inglesa, bien sea con directores españoles que dirigen en inglés(Amenábar, Alex de la Iglesia, Fernando Trueba) o contratando a directores de otras nacionalidades para que hagan películas españolas (Woody Allen o Milos Forman). Esto último merece ser destacado , porque a veces es criticado en España mientras que no ocurre si otro país contrata a uno de nuestros directores como pudo ser el caso de Argentina, Portugal o Italia con Carlos Saura, o el de Canadá con Coixet,o el Reino Unido con Frenadillo, y todavía más recientemente el caso de Jaume Collet en EEUU, director catalán que apenas ha dirigido en España. . .

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