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‘Caixabankia’, una fusión con todo el sentido

elmundo.es

LA REFORMA financiera aprobada por el Gobierno el pasado viernes está en marcha y las noticias se van a suceder de forma acelerada en los próximos meses. Ayer, los principales bancos informaron sobre los recursos que les supondrán las nuevas exigencias de provisiones y capital establecidas en el decreto-ley. Santander, BBVA y Caixabank estiman -siempre hay que hacer la observación que son cifras de las propias entidades- unas necesidades de unos 13.000 millones de euros en conjunto, pero si descontamos los saneamientos que ya han realizado y el capital con el que ya cuentan sólo deberán conseguir unos 6.100 millones de euros.Bankia, el cuarto grande del país, todavía no ha comunicado sus cifras, pero los analistas estiman que necesitará entre 8.000 y 9.000 millones de euros de los que ya contaría con unos 4.200 millones a través del canje de acciones preferentes que tiene emitidas. El resto está también haciendo sus números y llegará a sus propias conclusiones. En realidad, y si separamos las cajas intervenidas, casi todos los demás bancos podrían estar en condiciones de afrontar en solitario o mediante fusiones menores su propio saneamiento.Pero sería un planteamiento superficial reducir la reforma del sistema financiero a los recursos que necesita cada banco.Aunque Luis de Guindos dijo que el fin de la reforma era la reactivación del crédito y el abaratamiento de los pisos, hay un objetivo sine qua non para alcanzar los anteriores: la consolidación definitiva del sector. Ése es el mensaje que se ha trasladado desde Economía en los últimos días: «Lo que se busca con la reforma financiera es crear entidades viables».«Entidades viables» significa que sean financieramente solventes y competitivas y eso sólo se conseguirá si las fusiones tienen sentido económico, si buscan mediante las sinergias y el ahorro de costes -para eso se hacen todas las fusiones, no nos engañemos- crear bancos que puedan salir a los mercados sin generar dudas entre los inversores y volver al negocio de la concesión de créditos. Ésta será la verdadera clave de la reforma.Los inversores extranjeros, por ejemplo, no entenderían una operación entre Bankia -que a duras penas conseguirá los requisitos de capital- con Unnim, -en proceso de subasta tras ser intervenida por el Estado- como pretende Rodrigo Rato en una estrategia de defensa ante una operación de más alcance. En cambio, sí tiene todo el sentido económico una fusión entre Caixabank y Bankia, operación que Fainé y el propio Rato plantearon en las mesas de la Presidencia del Gobierno y de la Generalitat en diciembre, como desvela hoy este periódico.Bankia, que en su momento tuvo que absorber Bancaja y su filial Banco de Valencia -dos de las entidades más perjudicadas por la morosidad hipotecaria-, es el banco peor preparado de los grandes para hacer frente a las exigencias de la reforma financiera. Una fusión con Caixabank tendría muchas ventajas para las dos entidades: diluiría notablemente el riesgo del nuevo banco, crearía un gigante que tendría más del 20% del mercado bancario español y sería un factor clave en la reducción de la capacidad -en oficinas y empleos- que necesita nuestro sector financiero para ser competitivo. Y, además de ese sentido estratégico, una hipotética Caixabankia bendecida por el Gobierno central y la Generalitat supondría un factor más de estabilidad política.La operación no está descartada y el Gobierno la sigue viendo con buenos ojos a pesar de la resistencia de Rato, que no quiere perder poder en el nuevo grupo. Quizá sea el momento de que el ex vicepresidente realice otro servicio al país supeditando cualquier personalismo a un diseño de tanto calado y alcance.

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