El cambio en Euskadi avanza

Caen más piezas del régimen

Interior ha seguido la estela que ya inició el nombramiento de Antonio Varela como director del Cuerpo, que ya rompió con la tradición del PNV de dejar esta función en manso de responsables polí­ticos.

Un cuero que se movía entre una dirección nombrada a dedo por el Gobierno del PNV formada por hombres de confianza y fidelidad y una gran cantidad de ertzaintzas en las bases dispuesto a cumplir las tareas que les corresponde como tales, aquí en Euskadi como punto fundamental la lucha contra el terrorismo.Una sociedad protegida contra los terrorista por un cuerpo dirigido por no se sabía muy bien si por protectores o verdugos.Una línea que inevitablemente ha recorrido al cuerpo y donde cada miembro ha tomado una posición o de enfrentamiento o de promover la conciliación. Así por ejemplo una compañera agredida por un grupo proetarra que en las puertas del Guggenheim mostraban pancartas de apoyo a los presos mientras hacía la labor de difundir propaganda comunista contra ETA. Tubo que defenderse a su vez de las acusaciones de la mujer ertzaintza que le recogía la denuncia que ante el relato de los hechos opinaba que ella misma estaba provocando una agresión al hacer política frente a ellos.Es decir la víctima se convierte en responsable. Como las chicas que son violadas, que se visten para provocar dicha agresión.El criterio seguido para la renovación de la cúpula es también opuesto a la línea anteriormente seguida: agentes de reconocido prestigio y con ascendente dentro de la Ertzaintza por su profesionalidad para ocuparon los cargos.La época anterior de nueve años de duración, el Cuerpo ha sido dirigido casi de forma permanente por tres personas que la anterior conserjería iba rotando de uno a otro puesto sin permitir la entrada de otras caras. Dichos cargos son referidos a las jefaturas de Seguridad Ciudadana, de la Policía de los Criminal y de Inspección General (Asuntos Internos).Estamos hablando del aparato represivo, aparato de poder fundamental que estaba totalmente controlado por el Gobierno del PNV.El mandato de estos mandos, corresponde con la época en que la Ertzaintza ha tenido menor efectividad en la lucha contra ETA. La Policía vasca no ha detenido a un comando de la banda desde el año 2003 y algunas operaciones aisladas que ha llevado acabo en ese tiempo han sido salpicadas por el escándalo. Entre ellos el caso de un supuesto colaborador que antes de ser detenido fue alertado por una filtración, cuyo topo no ha sido jamás localizado.Los nuevos cargos proceden de comisarías y en el pasado han tenido puestos de responsabilidad en el organigrama de Interior, nunca en las jefaturas de división. En algunos casos han mantenido fuertes enfrentamientos con la dirección política de Balza.

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