Tras nueve días de una Huelga General del Metal, CCOO y UGT han llegado a un acuerdo con la patronal Femca, un convenio de tres años que luego ha sido ratificado en las asambleas de trabajadores. ¿Cómo valoráis el acuerdo alcanzado desde la Unión Sindical Obrera?
Lo valoramos como insuficiente. Porque el problema no era solo conseguir la subida salarial con el IPC, sino acabar con las subcontratas, la temporalidad, las horas extras excesivas, las continuas amenazas de los empresarios a los trabajadores que reclaman sus derechos. Son empresas «medio piratas», podríamos decir, que se están instalando en Cádiz, aprovechándose de que una tasa de paro tan alta les permite imponer su ley, su chantaje.
Justamente, muchos huelguistas han señalado que la subida salarial no era la única causa del malestar, sino el incierto futuro industrial de la provincia, y sobre todo un sistema de relaciones laborales calificado de «ley de la selva», con una temporalidad predominante, donde los convenios son papel mojado y a los trabajadores se los castiga por exigir sus derechos. ¿Es así?
Así es. Cádiz, desde los años 80 con la lucha de los astilleros, sufrió una reconversión industrial muy salvaje, con la pérdida de muchísimos puestos de trabajo. Pero la sangría de empresas y de empleo ha ido a más desde entonces. Se han ido Delphi, Visteon, Gadir, Altadis, LTK. Hace poco ha habido ERE en Alestis, ahora Airbus anuncia el cierre de la planta de Puerto Real porque van a trasladar la producción a otro sitio.
Es decir, que esta provincia -la bahía de Cádiz, pero también la zona de Algeciras- lleva muchos años muy castigada. Sin industria no hay futuro. Y entonces llega un momento en que tanta tensión y tanto malestar ha reventado. ¿Cómo no iba a estallar? La mayoría de los trabajadores de este sector, el 70 o el 80 por ciento, son eventuales. Aquí todo el mundo trabaja un montón de horas extra, muchas más de las permitidas.
Esto está mucho más marcado en la industria auxiliar. Lo que se está exigiendo a las empresas matrices, a las grandes, es que exijan a las empresas que subcontratan el cumplimiento del convenio. Porque esas empresas auxiliares -que hay de aquí, pero hay muchas «piratas» que vienen de fuera a aprovecharse- vienen con convenios distintos o directamente hacen lo que quieren.
Hay mucha gente que la empresa ya no les contrata porque están señalados como los cabecillas de alguna protesta, y se tienen que ir a trabajar fuera. Y luego vienen con que «faltan soldadores». Mentira: los habéis echado, que es distinto. Los habéis puesto en una lista negra. Por el mero hecho de reivindicar lo que es legal, lo que es su derecho y está en el convenio.
En los últimos años la Bahía de Cádiz ha sufrido un desmantelamiento industrial sangrante. Esta situación es usada para hacer chantaje: “o sueldos bajos o nos vamos”. ¿Es que es incompatible que haya unas relaciones laborales favorables a los trabajadores, con derechos y salarios dignos, y el aumento de la competitividad del metal gaditano y el futuro de la industria de Cádiz?
Claro que no. Lo que tendría que pasar es que todas las empresas que hay en Cádiz, y las contratas o subcontratas que vengan, tendrían que cumplir el mismo convenio. Los mismos derechos que tienen los trabajadores de la empresa matriz deberían tenerlos los de las empresas auxiliares. Lo que es inaceptable es que el personal fijo de las grandes empresas tengan unas condiciones y los temporales de las contratas, otras. Ahí es donde radica el enfrentamiento y la disconformidad que hay, que ha roto en estos nueve días de huelga.
Hay mucha gente que la empresa ya no les contrata porque están señalados. Y luego vienen con que «faltan soldadores». Mentira: los habéis puesto en una lista negra.
Un malestar que a mí no me extrañaría nada que volviese a estallar si las administraciones públicas -que no están haciendo nada- no toman cartas en el asunto. Si no hay un plan industrial para la provincia de Cádiz, si no hay inspecciones, la gente continuaremos en la misma miseria. Yo temo que después de unos días en los que todo el mundo se ha fijado en Cádiz, la noticia pase, nadie se acuerde y que la precariedad y los bajos sueldos sigan ahí. Y entonces esto estallará otra vez, tarde o temprano.
La patronal ha dicho cosas tan tremendas como que subir los sueldos con el IPC iba a hacer que desapareciera la industria del metal gaditana. Pero luego han aceptado una subida salarial del 2% retroactiva este año, y a partir del año que viene actualizar las tablas salariales con el 80% de la diferencia entre ese IPC y el 2% pactado. ¿Entonces ese catastrofismo era postureo?
Claro, esas son las amenazas que siempre hacen. Anda que no llevamos décadas con eso de «si no os portáis bien nos iremos». Llevamos muchos años sufriendo la contención de la subida salarial, con unas condiciones penosas. Y eso le ha quitado el miedo a la gente, por eso esas amenazas ya no sirven.
Desde luego es inaceptable que una patronal diga que tiene unas reglas de juego, unas condiciones iniciales de salario muy bajas, y ahora llegue y diga que está muy satisfecha con el acuerdo. Es lamentable este cinismo.
Una cosa muy importante para que cumplan con lo acordado es que la comisión de seguimiento, de vigilancia del convenio, que se ha formado no puede reunirse solo cada tres meses. Deberían hacerlo mucho más, hay que estar mucho más encima. Ahora mismo hay un incumplimiento muy grande del convenio en las contratas auxiliares de la bahía. ¿No se ha dicho que en esa mesa de seguimiento va a estar la inspección de trabajo? Pues hay que estar muy encima, metiendo mano y solventando los problemas de la eventualidad, de los pluses, de las horas extra, de las listas negras… o eso no cambiará.
Aquí lo que hace falta es un plan de reindustrialización. Pero parece que los únicos que lo defienden de verdad son los trabajadores y por eso se han echado a la calle
La fuerza de esta huelga también ha estado en el apoyo entusiasta que ha recibido de la población de la bahía. Los vecinos, los sanitarios, los estudiantes, el alcalde… y desde el resto de España, desde los obreros vascos de Tubacex, a los del metal gallego. ¿Cómo valora esta ola de simpatía?
Claro que la gente de Cádiz apoya, ha sido emocionante. Es que el conjunto de los trabajadores gaditanos tiene cada vez peores condiciones, la situación para la provincia y para los distintos colectivos se está haciendo insostenible. Pero efectivamente, nos han apoyado de muchos lados y es de agradecer.
¿No será que la gente está pidiendo lucha obrera para recuperar lo que llevan tantos años quitándonos?
Eso es. Esa es la cuestión y lo que hace falta. Lucha obrera para recuperar lo que se ha perdido durante tantos años de retroceso y amenazas de la patronal. Aquí lo que hace falta es un plan de reindustrialización. Pero parece que los únicos que lo defienden de verdad son los trabajadores y por eso se han echado a la calle.
Carlos dice:
Si es que en Cádiz no hay industria. Pero ni en Cádiz, ni en Bilbao, ni en ningún lado, esto es un cachondeo. Si al final va a tener razón Pierre Vilar en «la historia de España» de que los iberos, debido a la forma geográfica de la Península, les daba un fuerte espíritu de independencia y desprecio a la creación de mercancías. Como decía Unamuno «que inventen otros». El gobierno de progreso podía dedicar los presupuestos públicos a la creación de fábricas y no tanto viajecito con el Falcón por parte de Pedrito Sánchez. La lucha de Cádiz es la lucha de toda España
Carlos dice:
Mira tú, que cuesta mucho crear una potente industria de software, el principal negocio del mundo. Vamos Pedrillo, no me toques la moral