Vecinos organizados ganan al fondo buitre Blackstone

Y el David de los barrios tumbó a Goliat

El Sindicato de Inquilinas de Madrid, formado en 2017 al calor de la lucha anti desahucios y contra los abusos de la banca y sus inmobiliarias, ha sido fundamental en la victoria de 84 familias contra el poderoso fondo buitre Blackstone. Entrevistamos a Rosa Feliz Muñoz, una de sus portavoces

A veces pasa. A veces ocurre que David tumba, de una pedrada, a Goliat.

Esto es lo que ha sucedido en Madrid, donde 84 familias, 220 personas, han peleado numantinamente durante dos años… hasta derrotar a Fidere, filial española del gigante norteamericano Blackstone.

Blackstone no es un fondo buitre cualquiera. No solo es el mayor propietario de vivienda en España y del mundo, sino uno de los principales bancos de inversión de EEUU, y maneja activos por valor de 618.600 millones de dólares, más que el PIB de Suecia.

Este gigantesco y feroz monstruo financiero, conocido por la agresividad de sus inversiones y su despiadado proceder, ha sido doblegado por la fuerza organizada de unas 70 familias de las calles Juan Gris, Joan Miró, Francisco Salzillo y Beatriz Galindo de Torrejón de Ardoz, pero también de otras tantas de Tres Cantos, Carabanchel, Vallecas, Móstoles y Colmenar Viejo. Todas unidas en el colectivo Bloques en Lucha, y con la decidida ayuda y asistencia legal del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid.

Todo empezó cuando el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA), vendió sus pisos de protección oficial a Blackstone por apenas un puñado de millones de euros. Entonces, de la noche a la mañana, Fidere hizo la vida imposible a los inquilinos, buscando expulsarlos de sus casas. Les subió el alquiler al doble -de 435 mensuales a 900, o de 700 a 1.200- y les obligó a pagar el IBI y los gastos de comunidad. Les devolvió los recibos de los alquileres con el objetivo de crear una situación de impago…

Este gigantesco y feroz monstruo financiero, conocido por la agresividad de sus inversiones y su despiadado proceder, ha sido doblegado por la fuerza organizada de 84 familias y del Sindicato de Inquilinas

Pero entonces la resistencia se organizó. En julio de 2020, Bloques en Lucha y el Sindicato de Inquilinas demandaban a Fidere por violar la ley en sus contratos de arrendamiento e imponer condiciones abusivas.

Finalmente, y después de tener que paralizar las demandas de desahucio impuestas por Blackstone, la Justicia ha fallado en favor de las familias. Durante los próximos 7 años, la subida de su alquiler será sólo de un 8% (80 euros mensuales), no del 100% (500€) como pretendían los buitres.

El camino para los vecinos ha sido largo, zigzagueante, tortuoso, a veces desesperado. Han sido dos años de abogados, de insomnio, de angustia y sinvivir, de daño psicológico, de amenazas de desahucios. Por eso la victoria les sabe a amanecer.

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Rosa Feliz, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid

“Sí se puede vencer a gigantes como Blackstone, que han venido a convertir nuestras ciudades en la España de las oficinas y los pisos de lujo»

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Tras dos años de lucha, el colectivo Bloques en Lucha Torrejón junto al Sindicato de Inquilinas habéis ganado una compleja batalla legal contra Fidere, filial del fondo buitre norteamericano Blackstone. ¿Cómo lo valoráis? y ¿cuáles consideras que son las claves de esta victoria?

Lo valoramos muy positivo. De hecho, mañana lo vamos a celebrar con los vecinos. Se ha demostrado que sí se puede vencer a gigantes como Blackstone, que han venido a convertir nuestras ciudades en la España de las oficinas y los pisos de lujo. Pretenden que la gente que vive de alquiler en viviendas de protección oficial, en suelo público, que pagamos entre todos, sean expulsadas de sus viviendas y convertir esos inmuebles en pisos en alquiler con precios mucho más altos

Rosa Feliz Muñoz, coportavoz del Sindicato de Inquilinas de Madrid

Nosotras empezamos a recibir los casos de inquilinos de Tres Cantos, de Torrejón, Carabanchel, Vallecas, de gente que estaban de alquiler en viviendas de protección oficial, construidas con dinero público, pero que el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad había vendido a Fidere, filial de Blackstone, a precio de ganga. Estamos hablando de familias que llevaban años viviendo en sus pisos, sus hijos estaban en el colegio de al lado, sus trabajos estaban cerca, habían hecho su vida en esos barrios. Lo que les decían es que les iban a subir el alquiler un 100% durante los tres próximos años. Pagaban más o menos 500 euros de media, y se lo iban a subir a 1000. Y si aceptabas y te quedabas, tenías que pagar eso. Si te ibas, podían poner en esas urbanizaciones oficinas, pisos de lujo….

Imagino que el camino ha sido difícil, y en muchos momentos desalentador, porque Fidere ha jugado sucio. Por ejemplo, devolviendo los recibos de los alquileres con el objetivo de crear una situación de impago….

Nosotros lo primero que les aconsejamos es que no firmaran nunca un contrato de subida abusiva, pero que en ningún momento dejaran de pagar el alquiler. Y como Fidere les devolvía los recibos para provocar impagos, tuvieron que abonarlos consignándolos en el Juzgado para que hubiera constancia.

Además de la lucha legal, se inició toda una campaña de movilización, con manifestaciones en las localidades o en Madrid. También con intervenciones en los plenos de los ayuntamientos para exponer el caso, con declaraciones institucionales. Hemos ido al Defensor del Pueblo, hemos recibido la visita de Philip Alston, relator especial de la ONU sobre extrema pobreza. Nos hemos movilizado frente a la sede central de Blackstone en España, en Madrid.

Es necesario que los Sindicatos de Inquilinas crezcan porque hay mucho por hacer. Pero si luchamos y nos organizamos como colectivo, lo vamos a conseguir.

Hemos generado atención mediática sobre el caso, y el gobierno en medio de la pandemia sacó una ley que, aunque consideramos insuficiente, obstaculizó los desahucios y las maniobras de Fidere. Al ver que se les acababa el chollo, entonces contrataron a una especie de empresa mediadora. Y las primeras «ofertas» nada tenían que ver con las condiciones que finalmente se han logrado -que es la subida del IPC-, eran subidas del 50 o el 40% del alquiler original, totalmente inaceptable. Pero al final han tenido que ceder.

¿De qué manera el Sindicato de Inquilinas ha prestado ayuda a estos vecinos? ¿Qué valor tiene la organización para ganar a un gigantesco fondo buitre?

Nosotras tenemos un gabinete jurídico que financiamos con nuestras cuotas, que van desde los 15 euros al año para las personas más vulnerables, a la cuota de 10 euros al mes para los afiliados. Y con eso pagamos a estos abogados, que desde luego dedican muchas horas, ilusión y energía a estos casos porque al final es luchar por la gente. Y por eso, en cada paso de esta lucha de los vecinos, el Sindicato les ha dado asesoramiento legal para ir por buen camino.

El Sindicato de Inquilinas se formó en 2017, hace ahora cinco años. Tomamos la experiencia de varios países europeos, donde este tipo de sindicatos han conseguido éxitos sonados, como el caso de Berlín, donde lograron un referéndum del que salió la limitación del precio de los alquileres. En nuestro país, hace un año, el Sindicat de Llogaters de Catalunya han logrado que la Generalitat saque una Ley para regular el precio de los alquileres en zonas tensionadas que está funcionando.

Por eso quiero animar a todo el mundo que viva de alquiler, que tenga una casa, que vaya a firmar una hipoteca, que por favor se asesore con un colectivo de este tipo, que los hay ya en muchas ciudades de todo el país. Porque nos están metiendo muchas cláusulas abusivas que no son legales. Y es necesario que los Sindicatos de Inquilinas crezcan porque hay mucho por hacer, lo que hemos estado hablando de este caso está muy extendido. Pero si luchamos y nos organizamos como colectivo, lo vamos a conseguir.

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