El Consejo de Ministros aprueba un decreto ley para eliminar el impuesto al Sol

¡Bye bye, impuesto al Sol!

El 5 de Octubre, la ministra de Energía y Transición Ecológica anunciaba la derogación definitiva del “impuesto al Sol” que aprobó el gobierno de Rajoy. Una muy buena noticia para el autoconsumo, el impulso a las energías renovables y para el impulso de un modelo energético independiente y autosuficiente.

¿Qué era -ahora se puede utilizar el pretérito imperfecto- el impuesto al Sol? Creado mediante un real decreto por el PP en 2015, consistía en un cargo extra que debían de abonar los usuarios de energía solar por el mero hecho de beneficiarse de ella. “Peaje de respaldo” fue el nombre que se le puso por parte de las propias empresas eléctricas. Los usuarios de placas solares, en su inmensa mayoría, siguen conectados a la red eléctrica, porque no siempre hace Sol y necesitan poder seguir abasteciéndose cuando la energía fotovoltaica no basta.

Las eléctricas exigían que el usuario de energía fotovoltaica, ya que sigue conectado a la red, tiene que seguir contribuyendo en el transporte y distribución, pagando un cargo extra. El esperpento está en que el impuesto al Sol impone un peaje que se aplica cuanto más se utiliza la energía fotovoltaica y menos se usa la energía eléctrica proveniente de la red ¿Se imaginan que una persona, con un coche y una bicicleta, tuviese que pagar más gasolina por usar más la bici? Esta es la aberrante realidad del impuesto al Sol.

Para colmo, el autoconsumo compartido estaba prohibido. Si el usuario de energía solar producía más energía de la que consume, no podía compartirla o regalarla a otro consumidor, ni venderla a la red, sino que tenía que entregársela gratis a las eléctricas. Una imposición monopolista para -en los hechos- hundir al autoconsumo y a los pequeños productores de energía fotovoltaica.

Todo esto se ha acabado con la derogación del impuesto al Sol. Los usuarios de energía solar no solo no van a tener que pagar más el “peaje de respaldo”, sino que son libres para compartir la energía que produzcan, reconociéndose el derecho de autoconsumo compartido. Además, la nueva normativa elimina trámites burocráticos y técnicos, como la necesidad de inscribirse en el registro administrativo de instalaciones de producción de energía eléctrica, si dicha instalación no supera los 100 kilovatios. Facilitando así el acceso a que los usuarios recurran a este tipo de energía.

Según ANPIER (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica), la energía solar lleva ocho años congelada en España debido a la inseguridad jurídica y a las restricciones normativas. Antes de la crisis, éramos pioneros en la UE, gracias al potencial que nos ofrece ser el país con más horas de sol de Europa. Pero mientras que el resto del mundo cada vez más apuesta por las energías renovables, en nuestro país se ha cortado de lleno su desarrollo y ahora España solo representa el 1% de la energía solar que se produce en el mundo.

Los únicos que se han beneficiado del impuesto al Sol, y el continuo boicot a las energías renovables cortando subvenciones, han sido las eléctricas. El autoabastecimiento y la apuesta por una fuente de energía ya más barata que el carbón o la nuclear es un golpe que el monopolio eléctrico no puede asumir y tiene que cortar cuanto antes. Solo desde el punto de vista del beneficio de estos gigantes monopolistas se puede entender el absurdo de ponerle un peaje al Sol. Su eliminación tiene que ser punto de partida para un modelo energético basado en energías limpias y renivables, y en favor no de tres grandes empresas que se reparten el mercado, sino para toda la ciudadanía.

¡Adios, impuesto al Sol! Salvo las eléctricas, nadie te echará de menos.

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