Botí­n resiste la presión de Montilla

«La Generalitat ha pedido finalmente al Banco Santander y a su filial Banesto que colaboren en la colocación y aseguramiento de la emisión de bonos por hasta 2.000 millones, que pretende lanzar este mismo mes a particulares en Cataluña y en toda España. El Santander ha mostrado su reticencia y ha argumentado a otras entidades participantes que, como regla general, es reacio a ofrecer a sus clientes renta fija de comunidades autónomas, porque no reúnen las caracterí­sticas de transparencia y control»

El Santander no quiso el asado julio participar en un crédito sindicado a la misma Generalitat catalana -para irritación de su presidente, José Montilla- por considerar que su riesgo con las instituciones públicas catalanas estaba ya a niveles máximos. Por tanto, no considera oportuno ofrecer a sus clientes deuda de una institución que el propio banco no ha querido contratar. (EL MUNDO) EL CONFIDENCIAL.- Las vacas flacas han llegado, definitivamente, a las comunidades autónomas, Los gobiernos regionales presentarán en dos semanas los presupuestos más austeros de la democracia. O lo que es lo mismo, anunciarán un ajuste global del gasto público equivalente a unos 10.000 millones de euros, algo más del 5% de su presupuesto inicial de 2010. Se trata, con diferencia, del mayor recorte desde que hace casi 30 años se constituyeron las comunidades autónomas. EXPANSIÓN.- La decisión de la Generalitat de Cataluña de emitir entre 1.000 y 2.000 millones de deuda para particulares, con el fin de obtener liquidez para pagar el salario de los funcionarios, ilustra la precariedad de su tesorería. Pero de fondo, el hecho de pagar una rentabilidad del 4,75% –el doble de la deuda estatal– deja en evidencia el grave problema que reside en el descontrol de las cuentas públicas de las autonomías, que empiezan a sufrir las restricciones de la financiación bancaria y la desconfianza de los mercados financieros. EL ECONOMISTA.- La frivolidad zapateril lleva a los catalanes a un posicionamiento que hace pocos años era inverosímil: ¡¡el consenso mayoritario en la reclamación de un concierto económico!! España, del mismo modo que los cangrejos, camina hacia atrás y, en lugar de progresar en la igualdad, profundiza en la búsqueda de anacrónicos privilegios. Los ayer derrotados carlistas catalanes son ahora vencedores gracias a los nacionalistas. El pistoletazo de salida para esta carrera lo dio nuestro ínclito presidente cuando apoyó la reformulación de un Estatuto que a nadie interesaba. Y abrió la caja de Pandora. Economía. El Mundo Botín ve excesivo riesgo y resiste la presión de Montilla en los bonos catalanes Carlos Segovia La Generalitat de Cataluña está presionando a las grandes entidades financieras catalanas y nacionales para que coloquen y aseguren sus bonos patrióticos, pero el grupo líder, el Santander, se resiste. Según ha podido saber EL MUNDO, la Generalitat ha pedido finalmente al Banco Santander y a su filial Banesto que colaboren en la colocación y aseguramiento de la emisión de bonos por hasta 2.000 millones, que pretende lanzar este mismo mes a particulares en Cataluña y en toda España. El Santander ha mostrado su reticencia y ha argumentado a otras entidades participantes que, como regla general, es reacio a ofrecer a sus clientes renta fija de comunidades autónomas, porque no reúnen las características de transparencia y control de los Estados. Además, se da el caso de que el Santander no quiso el pasado julio participar en un crédito sindicado a la misma Generalitat catalana -para irritación de su presidente, José Montilla- por considerar que su riesgo con las instituciones públicas catalanas estaba ya a niveles máximos. Por tanto, no considera oportuno ofrecer a sus clientes deuda de una institución que el propio banco no ha querido contratar. El propio gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, advirtió la pasada semana en contra de las comunidades autónomas por su falta de control del déficit. Por ello, todo apunta a que si el banco cántabro se adhiere al final será de forma simbólica. Las entidades que sí consideran que aún no tienen cubierto su riesgo con la Generalitat y aceptan ya participar en la emisión son las cajas catalanas y el Banco Sabadell. Todas ellas han aceptado no sólo colocar a sus clientes, sino asegurar los bonos-quedarse con los que no vendan en sus sucursales- a cambio de las suculentas comisiones que se ha visto obligada a pagar la Generalitat. El conseller de Finanzas, Antoni Castells, ha aceptado pagar una comisión del 3% por los primeros 1.000 millones de euros y un 2% por el resto hasta intentar llegar a 2.000 millones de emisión. Cada bono tendrá vencimiento de un año con un tipo de interés del 4,75%. Si a ese porcentaje se suma otro 3% de comisión, el coste de la financiación para la Generalitat será del 7,75%. El Tesoro español ofreció un 1,9% en letras a un año en la última subasta. Con esta alta comisión y tras la consiguiente presión política, la Caixa, el Banco Sabadell, la Caixa Laietana, Caixa Penedés, Unnim, Catalunya Caixa y la Caja de Ingenieros han aceptado ya colocar y asegurar. Caja Madrid ha mostrado disposición a participar también como colocador y, finalmente, asegurador, pero aún no ha confirmado. Es el mismo caso del BBVA, aunque en el banco no se plantean desempeñar un papel protagonista como el que sí alcanzaron el pasado julio en el crédito sindicado a la Generalitat. En el sector financiero incidían ayer en que la entidad que se quede con los bonos recibirá hasta un 7,75% de rentabilidad en un solo año, lo que puede ser atractivo si no tiene contraído riesgo excesivo con el sector público catalán. El presidente de la Generalitat, José Montilla, defendió ayer la emisión «porque los mercados están cerrados para todas las comunidades autónomas». Tras intervenir en el Foro de la Nueva Economía, Montilla se mostró optimista con la colocación de los bonos. «No creo que tengamos que hacer muchos esfuerzos, estoy convencido de que no tendremos muchos problemas para colocar esta emisión entre particulares», manifestó. Argumentó que los catalanes comprarán «por la seguridad de la institución y por el tipo de interés. No creo en la inversión por razones patrióticas». El ex ministro de Industria se mostró crítico con el gobernador del Banco de España y le pidió «rigor y prudencia» al hablar de autonomías. EL MUNDO. 14-10-2010 Opinión. El Confidencial Las autonomías ultiman el mayor recorte del gasto público en 30 años Carlos Sánchez Las vacas flacas han llegado, definitivamente, a las comunidades autónomas, Los gobiernos regionales presentarán en dos semanas los presupuestos más austeros de la democracia. O lo que es lo mismo, anunciarán un ajuste global del gasto público equivalente a unos 10.000 millones de euros, algo más del 5% de su presupuesto inicial de 2010. Se trata, con diferencia, del mayor recorte desde que hace casi 30 años se constituyeron las comunidades autónomas. Todo con un objetivo: situar el déficit presupuestario en el 1,3% del PIB (casi la mitad que este año). O el 3,3% si se tienen en cuentas las cantidades que deben devolver a Hacienda (en un plazo de cinco años) por lo cobrado de más en 2009 en concepto de anticipos a cuenta. Según fuentes del mercado que conocen bien las tripas presupuestarias de las comunidades autónomas, esto supone que tendrán el año que viene unas necesidades de endeudamiento que se situarán entre 25.000 y 30.000 millones de euros. Una cantidad verdaderamente astronómica en un contexto como el actual, en el que los mercados siguen sir funcionar con normalidad, lo que les obligará a elevar la rentabilidad de sus emisiones para captar recursos, como le ha sucedido a la Generalitat de Cataluña, que tendrá que pagar un 4,75% para financiarse a un año. Casi la mitad de ese dinero se destinará a pagar el desequilibrio correspondiente a 2011 –unos 14.000 millones de euros- y el resto servirá para refinanciar deuda generada en los últimos años. La consecuencia no puede ser otra que un aumento del endeudamiento público correspondientes a las CCAA, que se situará el año próximo en el entorno de los 140.000 millones de euros (110.000 millones en 2010). Dicho en otros términos, esto significa que desde que comenzó la crisis económica y financiera (mediados de 2008) la deuda de las comunidades autónoma habrá crecido en nada menos que un 220%. Es decir, se ha duplicado con creces. Límites al endeudamiento Las restricciones para captar liquidez no proceden sólo de los mercados. Ahora es el Gobierno central quien está controlando el gasto como nunca antes lo había hecho, según las fuentes consultadas. El instrumento no puede ser otro que la autorización con cuentagotas de planes de endeudamiento, algo que está poniendo en una situación límite a algunos gobiernos autonómicos, incapaces de reducir el gasto. Y hay que tener en cuenta que todos los gobiernos regionales, salvo el de la Comunidad de Madrid, están sometidos a planes anuales de saneamiento por haber incumplido los objetivos de déficit, lo que le da a la vicepresidenta Salgado una herramienta esencial para controlar el gasto de las comunidades autónomas. De hecho, los gobiernos autonómicos no tendrán el año que viene ni siquiera la posibilidad de acudir a la presentación de programas de inversiones productivas para camuflar déficit. El Gobierno taponó esta vía en este Acuerdo de Consejo de Ministros. El mayor control -y las propias dificultades de los mercados para absorber tal volumen de deuda- explican las dificultades que están teniendo los gobiernos regionales para financiarse. Hasta el punto de que en lo queda de año -y siempre según las fuentes- van a tener que captar entre 15.000 y 20.000 millones de euros. Como se ve una cantidad muy importante que explica las presiones que está recibiendo Hacienda para abrir la mano. Según la comunicación que envió el Ministerio de Economía a Bruselas, las CCAA tendrán este año unas necesidades de financiación –déficit- equivalentes a 33.504 millones de euros, pero cuando han transcurrido las tres cuartas partes del año, apenas han podido captar de los mercados la mitad de ese desequilibrio, lo que explica las dificultades de tesorería que tienen muchos gobiernos regionales, y que les han puesto al borde de la bancarrota. Sobre todo teniendo en cuenta que el gasto autonómico -sanidad o educación- es poco sensible a la coyuntura económica. Es decir, no baja aunque la recaudación se desplome, como de hecho ha sucedido con los ingresos públicos. Así se explica que el déficit no financiero previsto para este año vaya a representar nada menos que el 16,2% de los ingresos, muy lejos del 6,2% registrado en 2009. Esto pone de manifiesto la insuficiencia estructural que emana de los presupuestos autonómicos en momentos como los actuales. Y hay que recordar que las CCAA gestionan aproximadamente la mitad del gasto público. Los datos de Hacienda indican que el gasto consolidado de las comunidades autónomas en 2010, según el presupuesto inicial, asciende a 184.022 millones de euros, de los que casi la mitad los consumen los capítulos I y II. Es decir, personal (56.505 millones) y gasto corriente (29.468 millones). Los gastos financieros ocupan todavía un peso pequeño -3.714 millones de euros-, pero con un avance imparable. Crecerán un 35% este año en un contexto de bajos tipos de interés. EL CONFIDENCIAL. 14-10-2010 Editorial. Expansión El riesgo de la burbuja de deuda autonómica La decisión de la Generalitat de Cataluña de emitir entre 1.000 y 2.000 millones de deuda para particulares, con el fin de obtener liquidez para pagar el salario de los funcionarios, ilustra la precariedad de su tesorería. Pero de fondo, el hecho de pagar una rentabilidad del 4,75% –el doble de la deuda estatal– deja en evidencia el grave problema que reside en el descontrol de las cuentas públicas de las autonomías, que empiezan a sufrir las restricciones de la financiación bancaria y la desconfianza de los mercados financieros. Esta situación llevó al gobernador del Banco de España a manifestar su preocupación por entender que constituye un serio obstáculo en el compromiso de reducir el déficit público al 6% este año. Las autonomías están inflando su propia burbuja de la deuda, que al mes de junio ascendía a 104.800 millones. Si bien la cifra es colosal, lo más preocupante es la velocidad con la que crece, un 26% en el último año, muy por encima del ritmo de endeudamiento del Estado –18%– y de los ayuntamientos –11%–. Dos factores vienen a agravar la situación de las cuentas autonómicas. De un lado, la práctica unanimidad entre los analistas en que la economía crecerá el próximo año la mitad de lo que espera el Gobierno. Una semana después de que el FMI pronosticara un crecimiento del 0,7% el próximo año, sensiblemente inferior a la previsión oficial del 1,3%, Banif se sumó ayer a ese baño de realismo y reduce el crecimiento del PIB a sólo un 0,5% en 2011. A menos crecimiento, menos ingresos, y por tanto mayor déficit, que obligará a seguir inflando la burbuja de la deuda. Y de otro lado, como consecuencia de las peores expectativas de crecimiento, la rebaja de ráting que las agencias de calificación han propinado a la mayoría de las autonomías, lo que atiza la desconfianza de los mercados y lleva a situaciones in extremis como la de Cataluña. Si la operación sale bien, será con toda probabilidad un camino que acabarán transitando otras comunidades autónomas. El líder de CiU, Artur Mas, advierte en EXPANSIÓN que para las finanzas catalanas 2011 y 2012 serán un calvario. Su pronóstico bien puede ser extensible a otras muchas autonomías, que necesitarán algo más que emisiones a particulares para soportar dicho calvario. Las autonomías gobernadas por el PSOE están poniendo el acento en las subidas de impuestos, algo que, además de ser contraproducente para la recuperación, será insuficiente para paliar la precariedad financiera. Sólo la determinación para meter la tijera en sus hipertrofiados presupuestos, empezando por las televisiones públicas, permitiría aliviar la situación de manera estructural. Las autonomías han multiplicado sus empresas y organismos –muchos de ellos sólo con el propósito de establecer cauces paralelos de endeudamiento–, tejiendo una mastodóntica estructura administrativa con su correspondiente nómina de funcionarios y cargos de designación política. Por ahí se desangra gran parte del presupuesto. Si mantener ese espejismo pareció posible en un irrepetible pasado de bonanza por la burbuja inmobiliaria, ahora es simplemente insostenible. EXPANSIÓN. 13-10-2010 Opinión. El Economista El carlismo victorioso Javier Nart La frivolidad zapateril lleva a los catalanes a un posicionamiento que hace pocos años era inverosímil: ¡¡el consenso mayoritario en la reclamación de un concierto económico!! España, del mismo modo que los cangrejos, camina hacia atrás y, en lugar de progresar en la igualdad, profundiza en la búsqueda de anacrónicos privilegios. Los ayer derrotados carlistas catalanes son ahora vencedores gracias a los nacionalistas. El pistoletazo de salida para esta carrera lo dio nuestro ínclito presidente cuando apoyó la reformulación de un Estatuto que a nadie interesaba. Y abrió la caja de Pandora. Porque ubicando al Partido Socialista más allá de lo que Jordi Pujol jamás pretendió, obligó a Convergencia, y no digamos a Esquerra Republicana, a desplazarse hacia más extremas posiciones que nunca habían tenido. Y en esa carrera de despropósitos profundizó con éxito el hasta ahora presidente Montilla, quien concluyó poniéndose al frente de la reivindicación de la patria violada por el Tribunal Constitucional, para terminar humillado entre un océano de banderas independentistas, tras una pancarta radical y, para inri final, silbado y expulsado de la manifestación que teóricamente encabezaba. Evidentemente, carece de sentido comprar un sucedáneo cuando por el mismo precio tienes Jabugo pata negra. Y para nacionalistas, están los propios: los convergentes y los de Esquerra. Por ello, asombra el asombro de los dirigentes socialistas ante su espectacular caída en las encuestas. Por la abrumadora abstención que les penaliza. Por la desmovilización de su electorado. Porque el Partido Socialista de Cataluña, siguiendo los pasos de nuestro amortizadísimo presidente, prefirió un infumable tripartito a mantener su propia personalidad. A ser fiel a sus postulados, a su electorado. Así les va. Y a los que no somos nacionalistas, que Dios (o el diablo) nos coja confesados. EL ECONOMISTA. 13-10-2010

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