La Ciencia se rebela contra el Ministerio

Barbacid ¡a tus matraces!

La osadí­a de uno de los cientí­ficos más renombrados en España por desafiar el papel de los grandes centros de investigación en España ha despertado al padre de todos los demonios.

De auténtico “Soa opera” (culebrón en inglés) tildan los medios de comunicación científicos anglosajones (Nature, Sciencie) el enfrentamiento entre Mariano Barbacid y la ministra Garmendia. Los hechos, resumidos en la siguiente página, apuntan a que se están poniendo trabas a uno de los científicos más reputados de nuestro país, recuperado en 1998 de su exilio norteamericano para la dirección del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), en su intento de convertir el centro de investigación en centro productor de medicamentos. Ni las trabas jurídico legales puestas por el Ministerio de Garmendia ni el terreno personal al que ha bajado el enfrentamiento puede ocultar el problema de fondo: la ciencia y la innovación en España sólo pueden contribuir a la salida de la crisis desafiando los intereses de los grandes monopolios y el papel como país improductivo, de servicios, al que han condenado a España. Barbacid lo dice entre líneas en su artículo (“Descubrir fármacos, una actividad arriesgada” en la edición de El País del pasado 10 de mayo.Prácticamente la totalidad de los fármacos aprobados en las últimas dos décadas han sido descubiertos y desarrollados por la industria farmacéutica, ya sea en compañías de biotecnología o en grandes multinacionales. Esto contribuye a que la investigación que se lleva a cabo en los centros de investigación clásicos, la gran mayoría públicos, se esté distanciando cada vez más de la investigación aplicada, a pesar de los reiterados mensajes de los dirigentes políticos insistiendo en que la investigación sea cada vez más directamente aplicable del laboratorio al hospital. Es por ello por lo que siempre quise que el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) tuviera un programa de descubrimiento de fármacos. (Mariano Barbacid, El País)La producción de fármacos es un coto privado de los Bayer, Pfizer, Merck, Aventis… España está desprovista de un tejido industrial en este campo a la altura de los grandes y, lógicamente, hay una desconexión entre el cuerpo científico (en las universidades españolas) de la producción nacional. La apetura del CNIO fue considerado el primer intento serio de crear una infraestructura competitiva en investigación contra el cancer. Barbacid pretende dar el salto a la producción de patentes y medicamentos.Es un hecho ampliamente constatado que el gasto público español en investigación y desarrollo (I+D) resulta “muy intensivo en artículos científicos y muy poco en patentes". España es el país con mayor ratio de gasto público en I+D en relación al PIB, por delante de EE UU o Noruega. Si embargo, la productividad en patentes por euro utilizado en investigación equivale solo al 46% de la europea, y al 29% de la media Europea, estadounidense y japonesa. En España se produce una patente por cada 46 artículos científicos, mientras en Alemania la proporción es 3 veces menor. Es en este terreno y no en el de las desaveniencias personales en el que hay que enmarcar la disputa del científico y el Ministerio de Ciencia. Desacuerdo estratégico¿Volveremos a la época de los intelectuales represaliados? Sin duda, son preguntas interesantes. Pero yo estoy mucho más interesado en que alguien me responda a otra pregunta. ¿Por qué impide la ministra Garmendia que se intenten generar fármacos contra el cáncer en el CNIO? Creo que todo aquel que esté interesado en el tema del cáncer se merece una explicación, y una explicación que nos convenza a todos. (Mariano Barbacid, EL PAÍS, 2-4-2011).Hay que desmontar la idea de que el desacuerdo entre Barbacid y Garmendia es personal o del momento.Fármacos y dianasEl terreno de investigación de Mariano Barbacid es el de las dianas que ofrece el estudio de los genes relacionados con el cáncer. En concreto, uno de sus principales objetos de estudio son los genes Ras, los primeros genes mutados descubiertos en tumores humanos y los más estudiados en biomedicina. Desde 1993, se sabe que las proteínas codificadas por estos genes transmiten señales recibidas del exterior de la célula hasta el núcleo a través de una serie de encimas (quinasas). El reto reside desde entonces en comprender su funcionamiento y desarrollar inhibidores de estas encimas que corten el crecimiento de los tumores y no tengan efectos tóxicos para los enfermos. Cuando en 2002 el instituto británico Sanger Centre publicó que la quinasa B-RAF estaba mutada en la mayoría de los melanomas se abrió la puerta al desarrollo de fármacos para una enfermedad sin remedio eficaz.Fui inmediatamente a hablar con el entonces director del Instituto de Salud Carlos III y presidente del Patronato del CNIO para proponerle …un programa de descubrimiento de fármacos … Me dijo que era un megalómano y que si no tenía ya bastante con el CNIO. Mi amigo, el doctor Yossi Schlessinger, que entonces trabajaba en la Universidad de Nueva York, tuvo la misma idea. El investigador norteamericano consiguió crear, con fondos privados, una compañía de biotecnología que en 2010, ocho años más tarde, conseguía un medicamento eficaz en un 80% de pacientes con melanoma metastático. Tal es el valor de lo conseguido que en 2011 esta empresa (Plexxicon), que nunca ha superado los 40 trabajadores, ha sido comprada por una multinacional por 950 millones de dólares.Producir en negroEn 2004 se descubrió otra diana atractiva en tumores de mama y colon. Entonces decidí no cometer el mismo el error. No pregunté. Poco a poco, sin que nadie se enterara, convertimos una planta del CNIO en una pequeña biotech para sintetizar inhibidores de PI3K, entre otros proyectos. En 2010, el CNIO consiguió patentar un número de fármacos al nivel de las mejores compañías farmacéuticas. Esto sin duda encendió alguna alarma. Un descubrimiento del propio CNIO en 2010 abrió la posibilidad de desarrollar fármacos contra el cáncer de pulmón. Cuando a los dos meses presenté este proyecto al FIS, un organismo financiador dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), se nos dijo que ya no podían darnos más préstamos públicos, algo bastante sorprendente cuando, como hemos sabido recientemente, el 25% del presupuesto del Ministerio ha quedado sin ejecutar El científico, la ministra y la leyNo se equivocan los medios anglosajones al rebajar la batalla a un terreno personal, de culebrón. No se equivocan porque persiguen y consiguen que el asunto no vaya más allá y traspase al terreno del papel que la ciencia está destinada a jugar en nuestro país y cuáles son los límites infranqueables.ArgumentosComo mucho, la revista Science sitúa el "corazón del enfrentamiento" en si es legal que una fundación pública como el CNIO pueda establecer una asociación con inversores privados para producir medicamentos. Que España esté enzarzada en estas consideraciones mientras otros países estén produciendo riqueza y empleo con las más variadas fórmulas legales, y ante el peligro que de no resolverse, las investigaciones del CNIO puedan ser aprovechadas por las multinacionales farmacéuticas para producir ellas los medicamentos no es casual.La cuestión no es quien tiene la razón. En este terreno nadie la tiene al 100% y todos la tienen en algo.La cuestión no puede ser, como afirma el Ministerio, la ilegalidad de la fórmula que propone Barbacid para lograr la financiación que necesita. Barbacid lo aclara: la AIE permite que la Fundación CNIO, es decir, el propio MICINN, organismo de quien depende, controle hasta un 99% de la agrupación y retenga el 100% de la propiedad intelectual, algo imposible si se hubiera intentado establecer una spin-off financiada con capital-riesgo.Tampoco parece de recibo el argumento de que en caso de salir mal la inversión se pondría en peligro el patrimonio del mismo CNIO. O que el científico ya ha levantado con anterioridad falsas expectativas. ”No se deben anunciar hallazgos básicos realizados en ratones como si el paso a la curación en humanos fuese inmediato”, afirma la Ministra Garmendia. ¿Acaso no tiene asesores científicos el Ministerio para recomendar o no la inversión por su solidez científica y su utilidad médica? En todo caso, ¿por qué el Ministerio no argumenta desde los beneficios médicos, sociales y económicos que implica esta inversión para el país, la población y el estado, la solución que propone?El principal beneficioQuizás porque el más importante beneficio no debe mencionarse. No debe pensarse. No es el que se van a embolsar los inversores privados, sino el precedente que puede sentar que una institución pública española, con una reputación internacional intachable, entre en el coto privado de las farmacéuticas y produzca bienes de alto valor añadido (en colaboración o no con la iniciativa privada) que compitan con los de ellas. Un auténtico desafío, puesto que este es un campo en el que España no tiene permiso para jugar en primera división (como sí lo tiene en sectores como las telecomunicaciones, la energía o la banca). Y no tanto por nuestra capacidad sino por los límites que nos han puesto las potencias que pretenden que los laboratorios españoles pongamos el trabajo de base, ellos las cadenas de producción y los beneficios. Esto si es lo que debería ser ilegal.Como afirma Miguel Beato, director del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, a raíz de la polémica levantada, España necesita una autoridad Científica: “los politicos tienen demasiada influencia directa en la ciencia”. La nueva ley de ciencia, entre la frustración y el estado de excepción(…) El sector empresarial español no ha incorporado la innovación tecnológica como elemento estratégico de su actuación, aunque ha contado con una ingente cantidad de instrumentos, alimentados por el exponencialmente creciente capítulo 8 de los PGE, que ya supone más del 60% del total del gasto en I+D de la Administración General del Estado (AGE) y con la política fiscal más generosa de la OCDE. Los mecanismos de promoción no han funcionado sino que se ha producido una sustitución de inversiones por ayudas públicas.En los países más avanzados el porcentaje de inversión privada respecto al total supera el 60%, mientras en España la financiación empresarial supuso en 2009 el 43,3% del gasto total, con una reducción neta del 8,8% respecto a 2008. Según el INE el gasto total en I+D ha disminuido en 2010 por primera vez en 15 años, debido al comportamiento de la inversión privada (…) Por tanto, las medidas de la Ley deberían comprender no sólo al sistema público, sino también al resto de actores del sistema de ciencia y tecnología, con el objetivo de promover la creación de conocimiento básico, atender a las demandas de la sociedad y fomentar la mejora de los procesos de innovación en el sistema productivo.La nueva Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Los aspectos centrales de la ley reflejan las presiones de los sectores empresariales para reorientar al sector público hacia la trasferencia y la innovación. Ante la incapacidad de generar un tejido tecnológico potente a partir de una inversión propia sostenida y suficiente, se propone la conversión del sector público en el núcleo de la investigación finalista y aplicada. Para abundar en esta propuesta, CIU ha introducido en el trámite de enmiendas el concepto de transferencia inversa, que en román paladino significa que serán las grandes empresas las que decidan las prioridades y objetivos del sector público.Pero donde el proyecto de ley adquiere su mayor nivel de regresión es en la enmienda 304, propuesta por el PP y aprobada por CiU, PNV y PSOE. La disposición adicional 23 implica que a todos los contratos temporales del sector público de la investigación (regulados en los artículos 19.2, 25.7 y 29 de la ley) no se les podrán aplicar los artículos 15.1 y 15.5 del Estatuto de los Trabajadores. Se elimina así la posibilidad de acceder a un contrato indefinido por encadenamiento de contratos en el mismo puesto de trabajo, la popular Ley Caldera. No se resuelve, sino que se profundiza, el problema de la precariedad en el sector público de la investigación, donde el personal investigador y técnico podrá ser precario ad infinitum.Esta enmienda constituye un verdadero ataque a los trabajadores de la investigación, creando un estado de excepción laboral en el sector público (…)Emilio Criado es Científico Titular y representante de CC OO en el Consejo Rector del CSIC y Alicia Durán es Profesora de Investigación del CSIC y directora del Área de Ciencia y Tecnología de la Fundación 1º de Mayo de CC.OO. (El País 27 abril 2011)

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