“Señor Ruiseñor”, de Els Joglars
El procés como esperpento
La catarsis libérrima es gritarnos que el procés está desnudo, que detrás de banderas y bellas palabras hay una ciénaga mezquina y reaccionaria gobernada por una casta de neocarlistas

La catarsis libérrima es gritarnos que el procés está desnudo, que detrás de banderas y bellas palabras hay una ciénaga mezquina y reaccionaria gobernada por una casta de neocarlistas
En Galdós encontramos una obra y un hombre modernos en pleno siglo XXI. Pero también una modernidad más profunda, a la manera de Cervantes, a través de una poderosa y fascinante mirada de la realidad.
Varias noticias han puesto sobre la mesa la presencia de potencias extranjeras actuando sobre la convulsa situación catalana. Desde el plan para encargar la formación del ejército de la Cataluña independiente a uno de los grandes contratistas del complejo militar industrial norteamericano, a la detección de varios miembros del servicio de inteligencia ruso intensificando su…
Gonzalo Boyé ha ganado relevancia pública gracias a su papel como abogado de Puigdemont. Pero la trayectoria de Boyé ha seguido muchos vericuetos hasta llegar a Waterloo. Y en muchos de ellos encontramos peligrosas relaciones.
¿De dónde ha surgido este fenómeno, formado hace pocas semanas y que ahora amenaza con “causar una crisis generalizada en España”? ¿Quién y para qué necesitan ver a Cataluña atravesada por la devastación de un tsunami político?
Existen varias categorías de vendepatrias, y las élites del procés deben instalarse en la versión más extrema. Las investigaciones sobre una trama corrupta, que desviaba fondos públicos para financiar el entramado de Puigdemont en Waterloo, ha ofrecido un inesperado hallazgo: un informe para construir el ejército de una Cataluña independiente… encargándoselo a mercenarios norteamericanos.
Cuando el Muro de Berlín cayó, la noche del 9 al 10 de noviembre de 1989, nadie imaginaba el imprevisible resultado que la oleada posterior de acontecimientos iba a deparar.
Cuando cayo el Muro de Berlín, bajo la furia de un pueblo alemán hastiado de décadas de fascismo, Unificación Comunista de España organizamos una fiesta. Había que celebrar la desaparición del fascismo más negro. Lo mismo sucedió cuando desapareció la URSS. Los pueblos nos librábamos de la superpotencia más agresiva y peligrosa. Un nuevo motivo de alegría. En primer lugar para los comunistas.
Hace ya tres décadas, el muro que separaba Berlín Oriental y Occidental se desmoronó estrepitosamente. Y tras sus cascotes, los regímenes fascistas de Europa Oriental y toda una superpotencia, la URSS, se despeñaron por el sumidero de la historia.