Selección de prensa internacional

Antillas, las máscaras caen

Con la crisis, cada palo debe aguantar su vela y cada burguesí­a sus conflictos. A la burguesí­a francesa la crisis le ha hecho estallar ya un conflicto por el lado más inesperado, las colonias antillanas, mientras otro aguarda agazapado en el territorio de la metropoli.

El estallido de una rebelión que dura ya varias semanas –y a la que no se ve, or el momento, visos de solución– en la isla de Guadalupe ha destapado un conflicto en el que se unifican la lucha por las condiciones sociales y de vida de la mayoría de la población con la lucha contra la opresión colonial y por la liberación nacional. Le Figaro anuda estos dos cabos para concluir que París debe tomar una resolución clara ante el conflicto. U opta por iniciar negociaciones que no sobrepasen determinados límites sobre el grado de autonomía de las colonias antillanas, lo que implica necesariamente concesiones económicas en cuanto a mejorar las condiciones de vida. Lo que resulta especialmente complejo en medio de una crisis que ha empezado a llegar ya a Francia con la fuerza de un tsunami. O está abocada a corto plazo a verse envuelta y conducida contra su voluntad a un proceso al estilo “caledonio”, donde las negociaciones para la concesión de poderes de autogobierno acaban de forma inevitable en la concesión de la independencia. Una opción que ya hoy es mayoritaria, según una encuesta del propio diario conservador, entre los franceses.Por otra parte, Le Monde advierte del catastrófico dato del paro de enero con 90.000 nuevos parados, cifra que a algunos, por comparación con nuestro país que se ha acercado a os 200.000 en ese mismo mes, puede parecer un dato menor. Pero la burguesía francesa sabe muy bien con quien se juega las lentejas. Y si en los momentos de expansión capitalista y aparente prosperidad le estallaron en sus misma narices la rebelión de los banlieus, donde emergió una generación entera de franceses, hijos de los emigrantes magrebíes de los años 50 y 60, sin presente ni futuro; ahora, en las nuevas condiciones creadas por la crisis, el estallido de ira social puede llegar a alcanzar cotas imprevisibles. Francia. Le FigaroEN LAS ANTILLAS, LAS MASCARAS CAEN¿Qué quieren los guadalupanos del LKP, el colectivo contra la explotación? A medida que el conflicto se endurece, las máscaras caen, las lenguas se sueltan. París se enfrenta a un movimiento que los jefes de la revuelta desean ver girar hacia la secesión. Y la palabra independencia debe dejar de ser tabú en esta orilla del Atlántico.Mucho se ha hablado de la enfermedad de Guadalupe y Martinica. Una vida cara, el control de la economía insular por algunas familias o empresas, la discriminación racial, la lejanía de la metrópoli son evidencias que pocos gobiernos han tenido en cuenta para mejorar la vida cotidiana en el lugar.La crisis mundial no pude más que acentuarlas. Por ello no es extraordinario –sino más bien normal– que, como por toda Francia, la inquietud y el descontento se expresen en la calle (…)Pero este mal humor ha sido hoy sobrepasado por las pretensiones de Élie Domota, el líder del LKP y sus afiliados, Su lógica no es social, sino claramente política. Lo que ellos no dicen por el día en lengua francesa, lo afirman por la noche en criollo. El discurso es entonces más firme, más fuerte, más radical. El LKP está por el derecho de los pueblos a decidir por ellos mismos. Lo que no es una incongruencia en sí, pero da una indicación precisa sobre la naturaleza de su lucha: la independencia está al final de su camino.Es urgente pues que la metrópoli abra los ojos sobre la crisis antillana. No podemos convertirnos en instrumento de la mala publicidad de unos cuantos independentistas (…) Una de dos: o el orden republicano se declara a favor de una negociación que no debe traspasar un límite razonable; o un proceso a lo “caledonio” que conducirá, un día u otro, a la independencia debe ser abordado. Si se da por buena nuestra encuesta, esta segunda solución sería aceptada por un 51% de los habitantes de la metrópoli. Poniendo, sin embargo, a los guadalupanos contra la pared.LE FIGARO. 25-2-2009 Francia. Le MondeALERTA ROJASi se transpusieran para el desempleo los niveles de medición que utiliza Vigipirate para juzgar las amenazas terroristas, se podría decretar una alerta roja, tirando a escarlata. Es un tsunami social el que se ha abatido sobre Francia en enero: con 90.200 parados más en un solo mes –para alcanzar los 2.204.500 demandantes de empleo (…)–, el país ni ha conocido nunca tal explosión mensual desde que las estadísticas toman la medida del paro.El gobierno siempre podrá imputar esta cifra calamitosa a la dureza de una crisis mundial que no puede evitar nadie, haciendo valer, como Cristhine Lagarde, ministra de economía, que el alza “está en correspondencia con e retroceso del PIB en el cuarto trimestre de 2008 (-1,2%)”. Podemos estar tentados de consolarnos comparándonos con otros países de la Unión Europea, como España, donde el número de parados en enero ha aumentado en ¡199.000! Pero, cuando sobre los seis meses pasados se cuenta con 296.200 parados nuevos, cuando el paro de los menores de 25 años ha crecido un 23,1% en un año, no se pude jugar a relativizar la amplitud del desastre esperando tiempos mejores.Ocho días después de la cumbre social del 18 de febrero, las cifras de enero no pueden ser peores para Nicolás Sarkozy. De creer a Laurent Wauquiez, secretario de Estado de empleo, “va a haber cifras como estas durante muchos meses”. “Cifras como estas”, esto puede conducir en un año a un aumento de más de 1 millón de parados mientras que la multiplicación de los planes sociales anunciados comienzan justamente a producir sus efectos.El presidente de la República se encuentra atenazado entre la patronal y los sindicatos. Laurence Parisot, presidente del Medef, juzga que el plan de relanzamiento “no es suficiente”, recurriendo a las clásicas “cotizaciones obligatorias que pesan sobre las empresas francesas y les quitan capacidad de reacción”. Los sindicatos ven un razón suplementaria de expresar su descontento, a través de una nueva jornada de acción el 19 de marzo, reclamando un cambio de política y el abandono de una exoneración de las horas suplementarias que aparecen cada vez más como inadecuadas.El loco aumento del paro pone en cuestión la opción de un relanzamiento por la inversión que es lenta en producir sus efectos, mientras que hay urgencia. Por debajo del diluvio de medidas, la cuestión de un relanzamiento por el consumo se impone con fuerza. M. Sarkozy no posee ya el placer de contentarse con ganar tiempo.LE MONDE. 26-2-2009 Argentina. ArgenpressUN “NUEVO CUENTO AFGANO”Vicky Peláez’Una carga inclinada no va a llegar a su destino'(Proverbio afgano)La decisión del presidente Barack Obama de enviar 17,000 soldados adicionales a Afganistán, disipó toda duda sobre la continuidad de la política exterior norteamericana iniciada por George W. Bush, en el marco de la expansión permanente a través del "caos creativo".Desde octubre de 2001 cuando EE.UU. atacó a Afganistán, el país se sumergió en un caos y destrucción donde la muerte se convirtió en algo tan habitual que ni siquiera sorprende a los niños. Los informes calculan que ya son más de 50,000 civiles entre muertos y heridos en este callejón sin salida. Indican que a pesar de casi ocho años de guerra, que involucró a 34,000 soldados norteamericanos y 18,000 europeos, los talibanes están controlando un 70 por ciento del territorio y hasta se atreven a atacar la capital Kabul. Como dice un refrán afgano: "lo que está a la vista no necesita explicación". Estados Unidos está perdiendo esta guerra.De acuerdo al último militar soviético que salió de Afganistán en 1989, general Boris Gromov, "con o sin el aumento de tropas el resultado siempre va a ser negativo". Y los rusos saben lo que dicen, pues en 10 años de permanencia en ese país sufrieron cuantiosas pérdidas humanas y materiales: 14,000 muertos, 50,000 heridos, y destruidos 100 aviones, 300 helicópteros, 150 tanques y 1,300 carros de combate. En términos estratégicos fue un éxito norteamericano sin precedentes ya que fueron estos, en la época de Reagan, los que siguieron el consejo del ex director del servicio secreto exterior francés, Alexandre de Marenches de entrenar y armar a mujahidines para que expulsen a los soviéticos.Así pasó, pero lo que no fue calculado es que esos mujahidines se convertirían en los talibanes que se opondrían a la expansión norteamericana en el Asia Central. Ellos formaron una organización secreta de estirpe religiosa militar que lucha ahora con el mismo armamento de sus creadores. En las condiciones actuales, los europeos ya no quieren mandar tropas, a excepción de Gran Bretaña que prometió 3,000 soldados adicionales, Georgia 110 y Lituania 20, "dejando", de acuerdo al secretario de defensa Robert Gates, ‘solo a EE.UU. para hacer el trabajo sucio’. Por eso, no extraña que en estos días aumentara la promesa de visas a los indocumentados a cambio de enrolarse en el ejército. Tampoco satisface el nuevo pretexto: "la lucha contra el narcotráfico y al-Qaida", que "milagrosamente" se trasladó de Irak a Afganistán y Pakistán.Paradójicamente, según estadística de la ONU, la producción de opio en el país aumentó durante estos ocho años, de 180 toneladas anuales a 9,000 lo que le aporta a Afganistán 10 mil millones de dólares al año – el 40 por ciento de su Producto Nacional Bruto. La nueva directiva del Pentágono ya dio licencia a los soldados para matar a los sembradores de amapola, es decir los campesinos, lo que sin duda hará engrosar las filas de talibanes.Con Barack Obama , Estados Unidos sigue su camino al "futuro del pasado" donde Afganistán juega el papel de un simple pasadizo hacia Rusia como en su debido tiempo fue Yugoslavia. También abre nuevo acceso hacia China. Cualquier otra explicación sería "un cuento afgano".

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