Antes del golpe de Estado de julio de 1936, intelectuales de distintas sensibilidades ideológicas apoyaron el significado de la Revolución de Octubre.
La mayoría de historiadores no pueden negar los avances indiscutibles que representa la Revolución de Octubre, aunque le coloquen todos los ‘peros’ y los mezclen con la época de Stalin, que es otra cosa.
Así nos introduce Andreu Navarra, en ‘El espejo blanco’, una visión del escenario de recepción privilegiada de la sociedad española con respecto a la Revolución de 1917:
‘La imagen de la URSS mejoró en cuanto los viajeros socialistas empezaron a publicar sus diarios de viaje (…). Los escritores iban aceptando logros de la revolución, sobre todo en el ámbito educativo y cultural. La revolución de 1917 y la consolidación del régimen soviético se convirtieron en un auténtico modelo de transición al que innumerables autores acudieron’. «‘Toda ella está consagrada a mejorar la condición humana’ (Antonio Machado)»
Tal y como afirma Navarra, ‘teniendo en cuenta una panorámica que incluya los años de posguerra, resulta imposible un registro total de las narraciones de quienes viajaron o vivieron en la Unión Soviética, puesto que a partir de 1937 pasaron a ser centenares, e incluso miles’.
La Segunda República dio el definitivo impulso a la rusomanía cultural española. En julio de 1936, en pleno comienzo de la Guerra Civil, se abrió la embajada soviética en Madrid, y la representación de la República Española en Moscú se instaló en septiembre. Ya en abril de 1933 se había creado la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, cuyo manifiesto fundacional fue firmado por prestigiosas figuras intelectuales de muy variado signo, como Gregorio Marañón, Pío Baroja, Victoria Kent, Ramón J. Sender, Jacinto Benavente, Ramón del Valle Inclán (primer presidente de la asociación), Concha Espina, Federico García Lorca, o Clara Campoamor.
Antonio Machado, con motivo del nacimiento de esta asociación diría: ‘Moscú es hoy el foco activo de la historia (…). La Rusia actual, la gran República de los Soviets, va ganando de día en día la simpatía y el amor de los pueblos, porque toda ella está consagrada a mejorar la condición humana’.«Hasta intelectuales de derechas trataban de mostrar una versión ecuánime»
Con la guerra civil se bipolarizó la opinión. Para un bando, la URSS representaba el paraíso de los obreros de todo el mundo y el arquetipo de sistema democrático y socialista. Para el otro, se trataba de un lugar infernal dirigido por tiranos sangrientos dispuestos a dominar el mundo y a erradicar la religión. Sin embargo, resulta importante señalar que, antes de 1936, no todos los simpatizantes de la URSS y su cultura procedían de la izquierda revolucionaria, sino de un entorno mucho más amplio. Los diarios de viaje examinados demuestran que hasta intelectuales de derechas estaban interesados en mostrar una versión por lo menos ecuánime del experimento soviético.
charlie ramius dice:
Dí que si Juan Carlos,toda la intelectualidad,de derechas y de izquierdas apoyando la Revolución de Octubre..»Gregorio Marañón, Pío Baroja, Victoria Kent, Ramón J. Sender, Jacinto Benavente, Ramón del Valle Inclán (primer presidente de la asociación), Concha Espina, Federico García Lorca, o Clara Campoamor.»
kenobi dice:
Coñ..Pio Baroja….excelente escritor,pero ¿no era de derechas?,la Revolución de Octubre aglutinó a lo mejor de la cultura ibérica
kenobi dice:
Como decía Dalí más o menos,que no me acuerdo exactamente:»ya se acerca la Revolución Bolchevique y yo la espero con los brazos abiertos»