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AIG mantiene su pulso con Ana Pastor por Iberia

La contabilidad de las pérdidas de Iberia en el año 2012 ha sido tan creativa que el propio consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha tenido que aclarar que las pérdidas extraordinarias están auditadas y se ajustan a la legalidad. Claro que asegurar tan rotundo que unas cuentas se ajustan a la legalidad porque están auditadas, después de todo lo que llevamos oído desde el inicio de la crisis financiera, como mínimo produce un cierto sonrojo. Porque la justificación que dan de las pérdidas de Iberia responde a algo tan flexible para un auditor que, como mínimo, produce sonrojo. De los 923 millones más de la mitad son las cuentas del Gran Capitán. Según IAG, en parte son consecuencia de las altas provisiones por el deterioro de su fondo de comercio e inmovilizado, unos 340 millones y también debido a un cargo extraordinario de 202 millones de euros para pagar las indemnizaciones por despidos. No es de extrañar el malestar que tienen en Fomento. Y además echan en falta que otros ministerios no hayan dado la cara hasta ahora de forma más rotunda.

No es la única diferencia entre Fomento y Willie Walsh. Aunque la primera pregunta que se hacen algunos de los funcionarios consultados sobre las condiciones de la fusión entre British e Iberia es a quien se le ocurrió firmarlas con las cláusulas privadas de penalización en caso de ruptura de contrato, como las condiciones existentes. Añaden que esto explica, al menos en parte, el porque cuando Antonio Vázquez fue requerido por representantes de Hacienda para modificar la composición de los miembros españoles en el Consejo aludiera, para no hacerlo, a un acuerdo de caballeros alcanzado con Rodrigo Rato cuando este era el presidente de Bankia. La SEPI se quedó sin poder decir nada en el consejo. Los representantes españoles además de ser minoritarios en el mismo, no se saben muy bien ante quien responden.

La última decisión que ha indignado al Gobierno español es que la OPA sobre Vueling la haya realizado IAG y no Iberia que ya posee un 45 % de la compañía aérea. Justamente las conexiones que realiza Vueling y algunas de las que se tiene planificado que realice justificarían que las perdiera Iberia, pero en ningún caso, dentro de la hoja de ruta fijada por la responsable de Fomento, Ana Pastor, está permitir que pase a manos de la componente británica una vez que se haga con el control total de la holding IAG. Pero a día de hoy no se alcanza a ver cómo se puede paralizar el proceso de absorción de Vueling por IAG. Como explican desde la compañía asesora de Iberia, en todo proceso de fusión el grande acaba absorbiendo e imponiendo sus condiciones al pequeño.

Ahora muy difícil saber como se van a poder respetar las cinco condiciones que ha impuesto la propia ministra de Fomento para permitir que el proceso siga adelante, según explicaba el pasado miércoles en el Congreso. Estas condiciones que no pueden ser sobrepasadas son que el hub de Barajas es fundamental que permanezca en manos españolas, que se mantengan los puestos de trabajo, la continuidad de la compañía Iberia como exponente principal del sector aéreo español y la conectividad con las islas, Ceuta y Melilla, así como con Iberoamérica.

Con ocasión de la reciente cumbre Iberoamérica-UE, diputados españoles del Partido Popular tenían el mandato de presionar en los foros empresariales en los que participaron para conseguir el apoyo para del mantenimiento de estas líneas.

El Gobierno, los distintos ministerios y sociedades implicadas en el proceso saben que el tiempo apremia. Iberia ha citado a los sindicatos para negociar la inaplicación del convenio. Willie Walsh dice que van a seguir adelante con su proyecto y quiere rechazar todo tipo de intromisión política.

Esta convocatoria para negociar la inaplicación de determinadas condiciones de trabajo previstas en el Convenio Colectivo, lo que se conoce como el descuelgue del convenio colectivo, producen mala espina a los sindicatos.

Tanto USO como CCOO consideran la convocatoria con el orden del día para la negociación de la ruptura del convenio colectivo una provocación, justo en el momento en el que ha iniciado sus trabajos como negociador el Catedrático de Derecho Laboral, Gregorio Tudela.

El consejero delegado de IAG ha sido rotundo a la hora de precisar que seguirá adelante con el proceso de reestructuración de Iberia, con 3.807 despidos, para rentabilizar la aerolínea. Su justificación es que no se pueden perder 923 millones. Lo que ocurre es que como dicen no solo sindicalistas, sino también expertos juristas del sector aeronáutico, las cuentas de Willie Walsh sobre las pérdidas de Iberia son como las del Gran Capital. Picos, palas y azadones, 923 millones. La historia la vuelven a escribir los pícaros.

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