La nueva polí­tica exterior de Obama y Oriente Medio

Ahora toca Pax Americana

Los esfuerzos del nuevo equipo de la Casa Blanca por desandar los pasos de Bush -desastrosos para la superpotencia- e imprimir una nueva dirección a la polí­tica exterior norteamericana son cada dí­a más explí­citos. Obama, que dio una rueda de prensa junto a la nueva Secretaria de Estado, Hillary Clinton, volvió a asegurar que desactivar el incendio de Oriente Medio será una prioridad de su mandato. «Será mi polí­tica actuar de manera activa y enérgica para conseguir una paz duradera entre Israel y sus vecinos palestinos y entre Israel y los paí­ses árabes», dijo el nuevo presidente.

La rimera llamada de Obama al tomar posesión del Despacho Oval fue para los mandatarios de Israel, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania y Egipto, a los que transmitió su interés por intervenir de forma inmediata y su deseo de que se mostraran cooperantes. Obama ha delimitado claramente por donde pasan los intereses de EEUU en este momento: la seguridad de su gendarme israelí debe quedar garantizada, pero la presión insoportable sobre Gaza debe ser aliviada, a fin de estabilizar la zona. Los proyectos de Obama sobre Irak y Afganistán, y la difícil construcción de una compleja arquitectura de poder mundial que mantenga la hegemonía norteamericana en un mundo cada vez más multipolar exigen que el incendio de Oriente Medio sea sofocado, si no del todo, sí a límites tolerables. Por eso Obama sostuvo que esa paz debe incluir un Estado palestino y otro israelí que puedan convivir. Sería "intolerable", declaró, "un futuro sin esperanza" para el pueblo palestino. Israel debe retirarse "por completo" de la franja y permitir la apertura de las fronteras, dijo Obama. Pero al mismo tiempo remarcó que EEUU está "comprometido con la seguridad en Israel" y Hamás, “ha estado lanzando durante años cohetes contra el sur de Israel desde Gaza. Esto debe cesar ya”, dijo tajante. Antes, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, había mantenido una larga conversación con la responsable de exteriores israelí, Tzipi Livni, en la que acordaron cooperar de manera estrecha en el tema del programa nuclear iraní, ejerciendo una mayor presión conjunta sobre Teherán. Obama y Clinton ya han anunciado que el diálogo con Irán será una de las prioridades de la diplomacia norteamericana –lo que implica que Washington tendrá que hacer inevitables concesiones al país persa-, pero obviamente la administración Obama tratará de impedir por todos los medios que Irán se convierta en una potencia nuclear. Livni dijo a Clinton que Israel se opone con firmeza a que Hamas reciba un papel importante en la reconstrucción de Gaza y que es vital para Tel Aviv que la comunidad internacional no conceda ninguna legitimidad a Hamas. Sin embargo, si Washington impulsa –como es probable que haga- la fórmula de un gobierno de concentración nacional palestino, favoreciendo la reconciliación entre Al Fatal y Hamás, y luego reconoce tal gobierno, todos los esfuerzos de Livni habrían sido vanos.Queda claro que es Washington quien tiene la llave principal de la paz o la guerra en Oriente Medio. En esta coyuntura a la Casa Blanca le interesa estabilizar la región. Pero la historia ha demostrado que la “Pax Americana” tiene fecha de caducidad.

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