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Publicado en El País y El Correo Español del Pueblo Vasco 11-6-2004
Ahora que con el regreso de los soldados de Irak hemos conseguido que se cumpla la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y España ha recuperado su autonomía, es el momento de que nuestro país, con una voz propia e independiente, sea un factor de paz e igualdad entre los pueblos.
Ahora que avanza el proceso de construcción europea y está en juego la capacidad de decisión de cada país en la UE, es el momento de trabajar por una Europa sin hegemonías, democrática y al servicio de sus ciudadanos, frente al afán de dos grandes potencias –Francia y Alemania– por imponer sus intereses sobre el resto de los socios.
Ahora que la multitudinaria respuesta ante el 11-M ha expresado la voluntad del pueblo de todas las nacionalidades y regiones de España por fortalecer su unidad, es el momento de aclarar definitivamente –frente a interesadas tergiversaciones de nuestra historia– que la unidad de una España plural y democrática ha sido bandera de los intereses populares y del pensamiento más avanzado y progresista. Desde la Constitución de 1812 hasta la de 1978, desde Jovellanos hasta Machado y desde Unamuno hasta Lorca, ha sido el pueblo quien ha defendido la unidad para conquistar la libertad y la independencia de España.
Ahora que se abre una nueva etapa donde el desarrollo de la pluralidad no está enfrentado a la unidad, es el momento de exigir que se abandonen los planes del nacionalismo étnico y excluyente y las políticas que avivan las diferencias y fomentan la insolidaridad. La unidad es el único camino para avanzar en un futuro de bienestar, progreso y libertad para el conjunto del país y de cada uno de sus territorios y ciudadanos. Fomentar la fragmentación o conciliar con ella en nombre de un supuesto progresismo no beneficia a la Europa “de los pueblos”, sino a la de las grandes potencias que aumentan su poder a costa de la desarticulación o la división de los países.
Ahora que a la barbarie de ETA se le ha sumado el espanto del 11-M, es el momento de redoblar la unidad para combatir al terrorismo y multiplicar la ofensiva democrática que permita poner fin a los ataques contra la vida y la libertad. Es inadmisible que en un rincón de Europa ciudadanos libres sean asesinados por los mercenarios de ETA y condenados a la persecución o al exilio por un nacionalismo étnico y excluyente.
Por todo ello, ¡Ahora es el momento! de redoblar el llamamiento del manifiesto ¡NO ES CIERTO! en defensa de:
– Una Europa sin hegemonías, democrática y al servicio de sus ciudadanos.
– Una unidad basada en la solidaridad, donde la pluralidad no vaya en contra de lo que nos une y cohesiona.
– La libertad en Euskadi frente al terrorismo, el nacionalismo étnico y sus planes.
– Una voz propia e independiente en el mundo, para hacer de España un factor de paz e igualdad entre los pueblos.