Vacunación gripe A

Adyuvantes tóxicos: la cuestión del escualeno

Si son tan seguras y eficaces las vacunas con adyuvantes como afirma la OMS y el Ministerio de Sanidad, ¿por qué la Agencia Norteamericana del Medicamento, FDA, no los autoriza? En los propios artí­culos de revistas cientí­ficas serias y comunicados oficiales de las Agencias del Medicamento europeas, norteamericana y española están los datos que nos deben hacer tomar una posición cuanto mí­nimo prudente con la vacunación.

La cuestión del escualeno nos enfrenta a dar resuesta a si la presencia de coadyuvantes en las vacunas de la gripe A tiene su razón de ser sólo en el beneficio económico de los laboratorios y político de los gobiernos que los representan. Los reparos de los detractores de la vacunación masiva se refieren en primer lugar a los nuevas vacunas que están siendo fabricadas a toda prisa por los grupos farmacéuticos. Y el hecho es que ninguna de las vacunas contra la gripe A que distribuye actualmente el gobierno de EE. UU. contiene coadyuvantes (es más, ninguna de las vacunas contra la gripe estacional los contiene). Precisamente el país cuyo gobierno fue demandado por cientos de familias por los graves efectos de la vacunación masiva hecha en 1976 ante un supuesto brote de gripe A. Se vacunó a CINCUENTA MILLONES DE NORTEAMERICANOS lo cual nos da idea de la envergadura de la operación y que no hubo tal epidemia de gripe porcina. Lo que sí dejó es unas secuelas importantes en la población con decenas de muertos, se habla de que llegó a 200. Hubo 500 casos de síndrome de Guillain Barré, una neuritis periférica asociada a otras vacunas, como la de la gripe y el tétanos, de estos 25 terminaron en muerte por complicaciones pulmonares severas. Los adyuvantes, o coadyuvantes, son componentes que se puede agregar a una vacuna para que, con poca cantidad de muestra viral, se sobre estimule el sistema inmunológico a fin de conseguir gran cantidad de anticuerpos en sangre. La OMS abrió la puerta a su uso por los laboratorios para disponer de una gran cantidad de dosis en poco tiempo. Algo que muchos colectivos médicos cuestionan puesto que se había visto en el paso de la enfermedad por Hispanoamérica que se trataba de una epidemia leve.El escualeno es un componente que se encuentra en muchos recursos naturales, como el aceite de oliva, que puede actuar como coadyuvante y se utiliza como coadyuvante en las vacunas en varios países. Sin embargo, hay varios estudios sobre adyuvantes basados en el escualeno (sobre todo el MF59) que indican una probable potenciación a medio plazo de patología autoinmune subyacente en el individuo y la progresión de la aterosclerosis. Más que la certeza absoluta científica sobre su toxicidad, con el escualeno pesa más la necesidad de precaución ante las lagunas científicas sobre sus efectos. Todos los estudios que se han realizado con un número suficiente de pacientes de la vacuna Fluad (vacuna para la gripe que contiene MF59) u otras como el Chiromax que se usa en España (y que son los que sirven de base a la OMS para afirmar que estos adyuvantes son seguros), incluyen sólo a pacientes con su sistema inmune deteriorado (ancianos y enfermos inmunodeprimidos). No hay estudios a medio plazo ni con un número mayor de 80 personas para gente joven y con su inmunidad indemne, que serían los más propensos a presentar este tipo de posibles efectos secundarios a medio plazo. Lo sensato es vacunar a los grupos de riesgo frente a la gripe A pero usar siempre vacunas no adyuvadas ni con MF59 (contenido en los 22 millones de dosis de la vacuna Focetria de Novartis que ha comprado el gobierno de Zapatero) ni con AS03 (contenido en los 15 millones de dosis de la vacuna Pandemrix de GSK).MF59 y ASO3 es el nombre de los adyuvantes patentados por los respectivos laboratorios que contienen escualeno y están prohibidos en EEUU.Virus atenuadosLas vacunas que no llevan adyuvantes se basan en virus atenuados. Los virus atenuados son virus que han sido modificados genéticamente para disminuir su virulencia (por ejemplo se les quita un gen para disminuir su velocidad de replicación). Al entrar en contacto con una persona inmunodeprimida (ej VIH, ancianos), las defensas del individuo no conseguirían mantener a raya incluso a estos virus debilitados, y podrían desarrollar la enfermedad. Sin embargo, los virus que esta persona eliminaría serían réplicas de la variante atenuada usada en la vacuna, por lo que sólo podrían contagiar y causar la enfermedad a otros individuos inmunodeprimidos. Para las personas sanas el “contagio” sería realmente una vacunación secundaria., y nunca les provocaría la enfermedad. En EEUU se aplica una vacuna intranasal de virus vivos atenuados. Precisamente, presenta el problema de poder llegar a causar la enfermedad si se administra a una persona inmunodeprimida. También estaría contraindicado su uso en embarazadas. Por otro lado, las personas vacunadas deben evitar el contacto con inmunodeprimidos y embarazadas durante un tiempo para minimizar el riesgo de exponerlos al virus. Como ventaja la facilidad de aplicación y la posibilidad de inmunizar de forma secundaria a los contactos de la persona vacunada.

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