Abstenerse es votar por Mas, Montilla y Puigcercós

No es necesario mirar las encuestas para saber que, una vez más, la abstención va a ser el partido mayoritario en las elecciones catalanas. Ocho años de un tripartito que fue votado mayoritariamente para llevar una polí­tica de izquierdas, y que ha hecho del nacionalismo identitario y excluyente su principal bandera, han llevado a una parte sustancial del pueblo catalán a un enorme grado de desencanto y desafección hacia la clase polí­tica.

En lena discusión sobre el nuevo Estatuto, Montilla dijo que de no aprobarse, aumentaría la desafección de los catalanes hacia España. No es verdad. Lo que estaba haciendo era ocultar que lo ha crecido a un ritmo vertiginoso es la desafección de los catalanes hacia su gobierno, que fue votado para una cosa, y se ha dedicado a hacer exactamente la contraria.En el año 2003, el electorado de Cataluña dio un impresionante giro a la izquierda. Mientras en 1999 la diferencia entre la izquierda (PSC, ERC, IC) y la derecha (CiU y PP) fue de poco más de 50.000 votos, cuatro años después, en medio de las gigantescas movilizaciones contra la guerra de Irak, la movilización del voto popular y de izquierdas llevó a que la diferencia se ampliara a mas de 400.000 votos.Según indican todas las encuestas, gran parte de ese voto –que ya se fue en parte a la abstención en 2006– va a manifestar su rechazo al tripartito y su política refugiándose en la abstención. Abstención que se pronostica especialmente intensa en los barrios obreros y populares.Sin embargo, abstenerse el 28-N es votar a Mas-Sánchez Camacho, a Montilla y Puigcercós.Es votar a Artur Mas porque cada voto de izquierdas que no se moviliza acerca más a CiU a gobernar los próximos 4 años. Bien con mayoría absoluta o con una mayoría relativa apoyada desde fuera por el PP. Y ya sabemos lo que eso significa. Lo ha dicho con claridad Durán Lleida en el parlamento nacional. Sí, y más a fondo todavía, a la reforma laboral, al recorte de las pensiones, a la reducción de gastos sociales, a la rebaja salarial.Abstenerse es votar a Montilla porque la abstención diluye el voto de rechazo que se merece su alineamiento con el discurso del nacionalismo excluyente, su despilfarro en el gasto público y su política de alimentar con una mano a los grandes poderes financieros de Cataluña y dar subvenciones y ayudas sin límite a las multinacionales, mientras con la otra asiste impasible al cierre de miles de pymes y vota a favor de los recortes, ajustes y rebajas salariales de Zapatero.Abstenerse es votar a Puigcercós, porque si en el año 2003 el pueblo catalán tomó conciencia de que era necesario dar un giro a la izquierda, hoy, en 2010, es todavía mas importante que ese giro a la izquierda se amplíe y se profundice.No basta con manifestar nuestro rechazo mediante la abstención. Hay que volver a votar a la izquierda. Y votar hoy a la izquierda es votar un programa y una candidatura que dice que SÍ SE PUEDE. Que es posible salir de la crisis y acabar con el paro desde los intereses del 90% de la población con una alternativa de redistribución de la riqueza, de ahorro en los gastos superfluos del Estado y de inversión productiva para crear riqueza y empleo.

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