El Observatorio

Abismo social

En España se está abriendo un abismo social de dimensiones colosales. O mejor dicho, ya existía, pero con la crisis los perfiles de ese gigantesco agujero no sólo se ven con más nitidez, sino que muestran sus contornos más crueles, la brutal desigualdad en que se funda y cómo se agrava día a día hasta convertirse en una realidad sangrante. Todavía el país no había acabado de digerir la machacante cifra de parados puesta de relieve por las estadísticas oficiales (cuatro millones de parados, un millón de hogares con todos sus miembros en paro, 9.000 despidos al día, una cobertura del paro que ya no llega ni al 50%), cuando se descuelga el Banco de Santander (el primer banco en beneficios del mundo en 2008) presumiendo y sacando pecho de que en el primer trimestre del año ha ganado más de dos mil millones de euros y que en todo 2009 piensa ganar más que el año pasado. La crisis no va con ellos.

Y eso no es todo. El mismo día que presentaba públicamente su brillante y lucrativa cuenta de resultados del primer trimestre, el consejero delegado del banco, Ignacio Sáez, expresaba el «apoyo» de su entidad al nuevo plan de rescate bancario que está preparando el gobierno de Zapatero: otros cuarenta o cincuenta mil millones de euros, que irán destinados a sanear los balances de cajas y bancos y a que puedan hacer frente a los vencimientos de deuda que tienen con la banca extranjera en los próximos meses. Y mientras, para los bancos, se prepara este nuevo cheque-regalo, de diez u once billones de las antiguas pesetas, que al final acabaremos pagando todos, incluidos nuestros hijos y nuestros nietos, ya se está creando el «clima de opinión» necesario para proceder, tarde o temprano (el ritmo es, por ahora, lo que los divide y enfrenta), a una rebaja de las pensiones, a una prolongación de la edad de jubilación y a un abaratamiento del despido. Es decir, habrá que trabajar más años (cinco más), se cobrará menos tiempo por tanto la jubilación (cinco años menos) y además ésta sera entre un 30 y un 40% menor. Y para completar el programa, el despido será más fácil, más barato y se cobrará menos en el desempleo. Estos son ahora mismo los términos exactos en que se perfila el abismo social en España. De un lado, unos bancos que amén de seguir ganando mucho dinero (los que más en el mundo), tienen a su disposición todo el dinero y todos los recursos que precisan, con la aquiescencia y la colaboración de un Estado que es suyo, un gobierno que también es suyo y unos sindicatos que les bailan el agua por un plato de lentejas. Y de otro lado, las ingentes masas populares y los millones de trabajadores para los que se prepara un destino de mayor explotación, más horas de vida entregadas para obtener una pensión aún más miserable, más facilidades para que los echen a la calle, en definitiva, más trabajo y más miseria. Y todo esto se está llevando a cabo con un gobierno del PSOE que presume de ser «muy» de izquierdas. Incluso el presidente del gobierno se acaba de permitir la frivolidad de decir que se siente «muy cercano» a los manifestantes del primero de mayo. ¡Hay que ser cínico y desvergonzado para salir con esas cuando toda su política está regida, punto por punto, por la defensa sin fisuras de los intereses de Botín, primero, y del resto de la banca después! Si se siente tan cercano a los trabajadores, ¿por qué no rechaza aprobar otro plan de rescate bancario y dedica el dinero, esos 40 ó 50 millones a fomentar la economía productiva, crear empleo, proteger a los parados y subir las pensiones? En este conflicto no hay medias tintas. No se puede estar con unos y con otros a la vez. O se está con unos o se está con otros. Y el gobierno ya ha dado suficientes pruebas de que apuesta por agrandar y agravar un abismo social, que tarde o temprano se los va a tragar.

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