SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

A las puertas de un colapso económico

Las autoridades económicas, políticas, académicas y mediáticas de nuestro país siguen sin entender lo que le ocurre a nuestra querida España. Llevan errando en el diagnóstico desde el inicio de la crisis. Confunden causa con efecto. Como consecuencia carecen de respuestas ante todos aquellos riesgos que se van materializando. En 2014 volverá a pasar.

Si nuestro escenario -el inicio de la Segunda Fase de la Gran Recesión (2014-2016)– finalmente se materializa no sabrán que hacer, echarán balones fuera. Tratarán, de nuevo, que sean los ciudadanos los paganos que paguen los platos rotos de su ineficacia. Su ideología y la defensa de los intereses de unos pocos les ciega. No solo es ignorancia, es algo más, es crueldad.

Desde estas líneas hemos explicado hasta la extenuación que nuestra auténtica preocupación es el estallido de la actual burbuja financiera, que pondrá de nuevo encima de la mesa el origen y causa de la crisis, un brutal volumen de deuda impagable, la insolvencia del sistema bancario occidental, y la concentración de riqueza en unas pocas manos.

En este sentido, en la semana recién acabada dos hechos han merecido nuestra atención. Por un lado, los mercados financieros registraron el viernes un aperitivo de lo que supone un aumento de la aversión al riesgo –un juego de niños respecto a la que se avecina. Por otro, Banco de España dio a conocer, dentro del área de estadísticas, en el capítulo de cuentas financieras, la deuda de nuestro país, y los resultados no pueden ser más desoladores. A ello unan ustedes la mora bancaria que se dio a conocer la semana pasada y que de nuevo alcanzó máximos históricos, reflejando una banca zombi que no cumple con su papel asignado.

El aperitivo de los mercados financieros

Este viernes 24 la mayoría de los activos de riesgo –bolsas, materias primas industriales y energéticas, bonos corporativos de peor rating, bonos periféricos, divisas y bonos países emergentes…- registraron fuertes pérdidas. Por el contrario, subió el oro y los bonos soberanos de los países de máxima calidad crediticia.

Se trata de los primeros coletazos de lo que nos espera cuando finalmente, en unos mercados tan sobrevalorados y sobrecomprados como los actuales, se produzca un incremento de la aversión al riesgo. Lo del viernes en los mercados financieros es un juego de niños respecto al inicio de un mercado bajista global en todos los activos de riesgo.

Resulta curioso que los políticos usen la mejoría de los mercados financieros, que se encuentran en una burbuja de libro, para tapar el destrozo de la economía real. Pero aún resulta más inaudito que la inmensa mayoría de los economistas y académicos aplaudan y espoleen la política monetaria implementada por los principales bancos centrales occidentales -rebajar los tipos de interés oficiales prácticamente al 0% y expandir el tamaño de sus balances- y que está detrás de la actual inflación de activos. En una crisis por endeudamiento, o recesión de balances como la actual, la política monetaria es totalmente inefectiva. Pero les da igual, el objetivo sigue siendo proteger a la superclase que ha generado, guiada por una avaricia desmedida, la actual crisis sistémica.

Los economistas ortodoxos no entienden ni el papel de la deuda ni la naturaleza endógena del dinero. Por eso, confunden los síntomas de la expansión monetaria de los Bancos Centrales, el aumento del precio de los activos financieros e inmobiliarios, con signos de una recuperación sostenible del crecimiento económico real. De ahí que no entenderán lo que vendrá cuando pinche la actual burbuja, y que ellos mismos achacarán a un shock exógeno, como si fuera un meteorito llegado del espacio, cuando en realidad es consecuencia de las acciones de política económica implementadas.

La deuda de España, suma y sigue

Esta semana Banco de España ha dado a conocer los datos del volumen de deuda total, pública más privada, de nuestro país a cierre del tercer trimestre. En los cuadros 1 y 2 adjuntos se recogen las cifras más relevantes. Tenemos un volumen de deuda privada y pública que no se va a poder pagar, salvo que se pretenda arruinar las expectativas de vida de los españoles, y ya están en ello. Lo que empezó siendo un problema de deuda privada ha acabado contaminando definitivamente a la deuda pública. Las dinámicas de ambas están ya fuera de control. Bajo este escenario, quien financió esta deuda, el sistema bancario, es insolvente. Al final todo se resume en una idea sencilla, no hay dinero para implementar ninguna política económica. Ésta es nuestra realidad.

Ya saben ustedes de sobra mis previsiones. España experimentará una tormenta perfecta que se retroalimentará: crisis de deuda, crisis bancaria y deflación por endeudamiento. El detonante y acelerador de esta nueva ruptura de la tendencia de fondo será un empeoramiento significativo en los mercados financieros. La mayor parte de activos financieros están sobrevalorados, solo es cuestión de tiempo que se desate la siguiente fase de venta masiva de los mismos. ¿Habrá comenzado este viernes? Ya veremos.

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