¡A las armas, ciudadanos europeos!

«Los optimistas no verán más que un ajuste coyuntural susceptible de ser corregido por algunos reajustes posteriores. Los pesimistas denunciarán una evolución iniciada tras el fin de la guerra frí­a, al principio de los años 90, y que acrecienta ese sentimiento de un continente que se margina de la historia.»

La defensa no es solamente la atitud para disuadir o para combatir a un enemigo en las fronteras. La defensa, para un continente como Europa, es la capacidad de justificar sus ambiciones estratégicas (¿las tiene todavía?); es la aptitud para proyectar su potencia sobre teatros alejados donde se juega una parte de su destino económico; es la posibilidad de intervenir para interponerse en otro continente, impedir tentativas genocidas y crímenes contra la humanidad. En resumen, tener su propio rango entre las potencias de la época (LE MONDE) THE NEW YORK TIMES.- Si la economía fuera una mina de carbón, el mercado de trabajo sería un canario avisando de una recuperación que se está quedando sin oxígeno. El mayor obstáculo para la recuperación no es económico, es político. La economía está cojeando mucho a medida que el estímulo federal y otras ayudas públicas se eliminan, obviamente antes de que el sector privado sea capaz de tomar el relevo. Pero el Congreso no ha proporcionado siquiera el apoyo más básico – la extensión de los beneficios del desempleo y el aumento de la ayuda a los estados. En cambio, los republicanos y varios demócratas han hecho suyo el argumento de que reducir el déficit es más importante que estimular la economía. BREAKING VIEWS.- España está llevando el riesgo regulador a niveles insospechados. Solo unos días antes de la fecha en la que estaba previsto que el Gobierno anunciara una revisión general de las descabelladas subvenciones a las energías renovables, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, puso la totalidad del sector en el limbo. El Gobierno, con el apoyo de la oposición, ha iniciado por sorpresa una revisión general del sistema eléctrico y ha renunciado a las subidas en los precios de la electricidad previstas para este mes. Francia. Le Monde ¡A las armas, ciudadanos europeos! En un mundo que se arma, Europa se desarma. Bajo el choque de la crisis y la necesidad de sanear sus finanzas públicas, los países europeos recortan sus presupuestos de defensa, masivamente. Esto es peligroso. Los optimistas no verán más que un ajuste coyuntural susceptible de ser corregido por algunos reajustes posteriores. Los pesimistas denunciarán una evolución iniciada tras el fin de la guerra fría, al principio de los años 90, y que acrecienta ese sentimiento de un continente que se margina de la historia. Denunciarán una forma de repliegue estratégico, un rechazo consciente o inconsciente de ser una potencia que cuente en el mundo de mañana. Estigmatizarán un movimiento hacia la neutralidad, que hará de una Europa envejecida una especia de Suiza al abrigo de los tumultos del siglo XXI, lo que revela una concepción angelical de la historia y no es justa para Suiza que dispone de una buena defensa nacional. Pues la defensa no es solamente la aptitud para disuadir o para combatir a un enemigo en las fronteras. Desde este punto de vista, los europeos han sabido construir admirablemente –al abrigo, es cierto, del escudo norteamericano– un conjunto donde la guerra está excluida como modo de solucionar conflictos. La defensa, para un continente como Europa, es la capacidad de justificar sus ambiciones estratégicas (¿las tiene todavía?); es la aptitud para proyectar su potencia sobre teatros alejados donde se juega una parte de su destino económico; es la posibilidad de intervenir para interponerse en otro continente, impedir tentativas genocidas y crímenes contra la humanidad. En resumen, tener su propio rango entre las potencias de la época. Las cifras no lo dicen todo, pero no engañan. La mayoría de países europeos consagra menos del 1,5% de su producto interior bruto a la defensa. Todos, sin excepción, cortan los créditos militares en las leyes de finanzas de los dos años próximos. Esto es cierto para los países pequeños.. Pero también es el caso de las cuatro o cinco grandes potencias militares del Viejo Continente que son Alemania, Francia, Gran Bretaña y, en un menor grado, España, Italia y Polonia. Los alemanes y los británicos parecen los más radicales en los recortes pedidos a sus ejércitos; los franceses parecen más prudentes, limitando “el desguace” de sus esfuerzos, o como dicen más elegantemente, “estabilizando” sus gastos militares. Esto sería de una importancia relativa si las “otras” hicieran otro tanto. Pero no es el caso. Los Estados Unidos quieren seguir siendo una de las grandes potencias militares de su tiempo, con mñas de un 4% de su PIB consagrado a la defensa, los rusos mismos, en pleno esfuerzo con más de un 5%, los chinos más todavía… Las contracciones presupuestarias nacionales deberían incitar a los europeos a poner en común sus esfuerzos militares. Esto tiene un nombre: la Europa de la defensa. Ella presenta numerosas dificultades, pero más que nunca es necesario no abandonarla. ¡A las armas, europeos, cread vuestra defensa! LE MONDE. 3-7-2010 EEUU. The New York Times Necesitamos ayuda para la economía Si la economía fuera una mina de carbón, el mercado de trabajo sería un canario avisando de una recuperación que se está quedando sin oxígeno. La economía perdió 125.000 empleos en junio. La pérdida de 225.000 puestos de trabajo gubernamentales en la elaboración del Censo ha abrumado la ganancia de 83.000 puestos de trabajo en el sector privado. Los despidos del Censo se esperaban, pero las sumas del sector privado fueron inferiores a lo previsto, y mucho menos de lo necesario para mantener el ritmo de unir a nuevos trabajadores al mercado de trabajo. Sumándose a esta debilidad, los empleadores redujeron la jornada en junio, revirtiendo el alza registrada en mayo, mientras que la contratación temporal, un precursor importante del crecimiento del empleo a tiempo completo, disminuyó notablemente. Incluso una caída en la tasa de desempleo, del 9,7 por ciento en mayo a 9,5 por ciento en junio, representa un retroceso, no una mejora. La tasa cayó porque 652.000 personas abandonaron el mercado de trabajo el mes pasado. Puesto que ni trabajan ni buscan trabajo, no se cuentan como desempleados. Si hubieran sido contados, la tasa de desempleo en junio habría sido un 9,9 por ciento. Peor aún, estos no contados, a menudo denominados "trabajadores desparecidos" no están solos en esta actividad suplementaria. En junio, cerca de la mitad de los 14.6 millones de trabajadores desempleados habían estado sin trabajo durante más de seis meses, con un período promedio de aumento del desempleo de 34,4 semanas en mayo a un récord de 35,2 semanas. El aumento en las filas de los desaparecidos y los trabajadores desempleados de larga duración son el equivalente humano de las fábricas paralizadas – un derroche de recursos, una disminución de la riqueza, y un signo de desesperación. Y la desesperación no se limita a la fuerza de trabajo. Una serie de indicadores recientes muestran que no hay manera de convertir una incipiente recuperación en una expansión sostenible sin abundantes y buenos empleos. Las acciones estadounidenses cayeron la semana pasada todos los días, ya que los inversores habían previsto, y a continuación se enfrentaron a un informe de empleo peor de lo esperado. En mayo, los pedidos a las fábricas de productos manufacturados llegó a su punto más bajo en más de un año. Las caídas en las ventas de viviendas en mayo fueron abismales, y las ventas minoristas cayeron por primera vez desde el otoño pasado, las ventas de automóviles disminuyeron en junio. Tal vez lo más inquietante, los recortes presupuestarios a nivel estatal y local deberían dar lugar a despidos masivos en el próximo año; en junio, los gobiernos estatales y locales recortaron 10.000 puestos de trabajo. Por todo ello, el mayor obstáculo para la recuperación no es económico, es político. La economía está cojeando mucho a medida que el estímulo federal y otras ayudas públicas se eliminan, obviamente antes de que el sector privado sea capaz de tomar el relevo. Pero el Congreso no ha proporcionado siquiera el apoyo más básico – la extensión de los beneficios del desempleo y el aumento de la ayuda a los estados. En cambio, los republicanos y varios demócratas han hecho suyo el argumento de que reducir el déficit es más importante que estimular la economía. El argumento es erróneo – el empleo y los ingresos fiscales resultantes son cruciales para la reparación del presupuesto. Pero los líderes demócratas en el Congreso y la Casa Blanca han sido incapaces o no quieren rebatir con éxito a los halcones del déficit. La economía ha recorrido un largo camino desde los días más oscuros de la crisis financiera, hace casi dos años, pero sigue estando débil. La pregunta ahora es si se moverá hacia atrás o hacia adelante. THE NEW YORK TIMES. 2-7-2010 Reino Unido. Breaking Views Crisis de precios Fiona Marhag-Bravo España está llevando el riesgo regulador a niveles insospechados. Solo unos días antes de la fecha en la que estaba previsto que el Gobierno anunciara una revisión general de las descabelladas subvenciones a las energías renovables, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, puso la totalidad del sector en el limbo. El Gobierno, con el apoyo de la oposición, ha iniciado por sorpresa una revisión general del sistema eléctrico y ha renunciado a las subidas en los precios de la electricidad previstas para este mes. En teoría, el pacto político para abordar el disfuncional mercado de la electricidad de España resulta prometedor. Durante muchos años, el Gobierno ha mantenido el precio de la electricidad a un nivel artificialmente bajo, con un déficit respecto a los costes reales de la energía que alcanzará pronto los 17.000 millones de euros. La idea es que las eléctricas recuperarán este denominado déficit de tarifa a través de facturas de luz más altas en el futuro. Cualquier solución a este problema debe pasar por hacer que los clientes paguen la energía por encima de su coste, lo que hace que la repentina congelación de las tarifas resulte particularmente preocupante. El aumento previsto para julio, que habría incrementado la factura en torno a un 4%, fue solo un paso de bebé en la dirección correcta. Desgraciadamente, el Gobierno no ha tenido las agallas ni siquiera para eso, despues de sufrir ataques por aplicar medidas de austeridad de mayor alcance. Como consecuencia, el déficit de las tarifas seguirá inflándose. Según Bank of America Merrill Lynch, el déficit podría incrementarse ahora en un 15% este año. El mercado especula con la posibilidad de que la revisión de los costes del sector induzca un aumento de los impuestos a las energías nuclear e hidroeléctrica, cambios en la remuneración a la transmisión por la red e incluso pone en duda la recuperación del déficit planeada para el futuro. No sorprende que las acciones de empresas como Iberdrola y Endesa cayeran tras el anuncio. Los inversores extranjeros ya estaban en guardia, ante el temor de que las subvenciones a la energía renovable se enfrenten a recortes retroactivos. La nueva incertidumbre los mantendrá todavía más a raya. Al menos los políticos han dicho que llegarán a un acuerdo este mes. Ahora que España está luchando por ganarse la confianza de los mercados, resulta extraño que Madrid dé a los inversores internacionales otro motivo para llevarse su capital a otro sitio. BREAKING VIEWS. 4-7-2010

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