Editorial Internacional

A la izquierda argentina: una victoria y un reto

Lo logrado en esta primera vuelta ya es un gigantesco ¡Sí se puede! Pero la izquierda debe sacar algunas conclusiones de sus aciertos y errores para ampliar su base electoral y lograr superar a Milei

Todas las encuestas, todos los medios de comunicación llevaban semanas dando por sentada la victoria, más o menos abultada, del ultraderechista Javier Milei en las elecciones de Argentina.

Afortunadamente la realidad es más compleja que los sondeos demoscópicos, y más compleja que el odio y la antipolítica que ha vertido este ultraemulador de Trump y Bolsonaro.

De manera sorpresiva, en una remontada que pocos vaticinaron, el nuevo Frente de Todos -Unión por la Patria, un frente amplio donde confluyen desde peronistas a sindicalistas, y desde comunistas a partidos conservadores- le ha cerrado el paso a Milei, logrando más del 36% de los votos, seis puntos más que el ultra.

La batalla electoral no está resuelta, y estas semanas hasta el balotaje del 19 de noviembre van a ser decisivas. Cada día y cada hora cuentan. Pero lo logrado en esta primera vuelta ya es un triunfo en sí mismo, un gigantesco ¡Sí se puede!

La izquierda y el peronismo deben sacar algunas conclusiones de sus aciertos y errores para ampliar su base electoral y lograr superar a un Milei que ya ha salido a pescar los votos del macrismo.

El ganador de las elecciones, Sergio Massa, logró en las primarias de agosto (PASO) 6,5 millones de votos, una renta que ahora ha aumentado a los 9,5 millones. En cambio, el ultraderechista Milei, cuyos incendiarias provocaciones lo inundan todo, apenas ha logrado sumar en esta primera ronda 700 mil votos a los 7,1 millones que consiguió en las PASO.

La clave de esta remontada no ha sido otra que la movilización de la base de militancia de las 18 organizaciones que forman Unión por la Patria. Es la llamada «micromilitancia»: un trabajo de barrio, de cuadra, a destajo y concienzudo, boca-oreja, con prensa, con folletos, con carteles, con mitines callejeros. Centrándose en el conurbano (los extrarradios obreros) del Gran Buenos Aires y de las grandes urbes argentinas. Esta gran labor debe continuar

La clave de esta remontada no ha sido otra que la movilización de la base de militancia de las 18 organizaciones que forman Unión por la Patria. Es la llamada «micromilitancia»: un trabajo de barrio, de cuadra, a destajo y concienzudo, boca-oreja, con prensa, con folletos, con carteles, con mitines callejeros. Centrándose en el conurbano (los extrarradios obreros) del Gran Buenos Aires y de las grandes urbes argentinas. Esta gran labor debe continuar.

Pero la izquierda argentina debe sacar conclusiones de cómo es posible que una parte de las clases populares argentinas le entreguen su voto a un personaje que -además de estridente- promete arrasar con todo tipo de políticas públicas de las que dependen de forma directa las condiciones de vida y trabajo de los asalariados.

El gobierno de Alberto Fernández se ha hecho cargo de un país endeudado y lastrado por las políticas de Macri, que entregaron la nación al FMI y a Washington; se ha tenido que enfrentar a una pandemia y a una inflación del 138%, de una magnitud que en Europa no podemos ni imaginar.

Este empobrecimiento masivo, este sufrimiento colectivo, es el caldo de cultivo perfecto para que demagogos ultraderechistas y populistas como Milei atraigan la enorme masa de descontentos.

Cartel del Partido del Trabajo y del Pueblo – Partido Comunista Revolucionario de Argentina, fuerza integrante de Unión por la Patria

Pero los peronistas y la izquierda no pueden quedarse sólo en esta explicación complaciente. Deben examinar autocríticamente qué errores han cometido, cuáles son las insuficiencias de sus políticas redistributivas, dónde han decepcionado las ilusiones de las clases populares y trabajadoras.

Sólo desde ahí, desde el trabajo de base y desde el firme compromiso de reponer los errores, podrá la izquierda argentina volver a ganarse la confianza de la mayoría del pueblo argentino, y conjurar cuatro años de Milei. Cuatro años de ataques draconianos a las condiciones de vida, las libertades y derechos del pueblo, y de entreguismo de la riqueza del país a la oligarquía financiera y los grandes capitales foráneos, capitaneados por los de Wall Street.

Desde estas páginas, nos unimos con los anhelos de todos los patriotas, progresistas y revolucionarios argentinos, en el deseo de que logren una decisiva victoria en la segunda vuelta del 19 de noviembre, para conquistar un gobierno que avance en defender los intereses de la clase obrera y el pueblo, y que defienda la soberanía nacional frente al imperialismo, frente al FMI y a lacayos como Milei.

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