La trayectoria de UCE en la lucha contra ETA

40 años de lucha por la libertad y la unidad

Unificación Comunista de España está presente en Euskadi desde hace cuarenta años. Somos una de las fuerzas políticas con más años de trayectoria. A lo largo de todo este tiempo hemos tomado una posición clara contra el terror, participando activamente y en primera línea en la lucha por la libertad, trabajando por fortalecer en esta batalla la unidad entre el conjunto del pueblo español, de Bilbao a Madrid, de Donosti a Sevilla.

ETA negra

En los primeros años ochenta, cuando entre muchos sectores de la izquierda persistía una distorsionada imagen “romántica” de ETA, identificada con la lucha antifranquista, Unificación Comunista de España publicamos en nuestro periódico un articulo titulado simplemente “ETA negra”.

No era un artículo de análisis, sino una posición tajante, dirigiéndose a muchos revolucionarios confundidos: el carácter de ETA es negro, nada tiene que ver con el rojo. El terrorismo siempre es fascismo, siempre responde a los más reaccionarios intereses, a los del dominio de los grandes centros de poder mundiales, y es lo más antagónico a ninguna lucha de liberación de un pueblo.

Unificación Comunista de España hemos mantenido esta posición tajante, ante ETA o el terrorismo yihadista.

Una imagen icónica

En el transcurso de la lucha contra ETA y el nacionalismo étnico, UCE difundimos una imagen que sintetiza esta batalla. Una mariposa, simbolizando a Euskadi, atravesada por el hacha del anagrama de ETA. Definía a qué nos enfrentábamos, a un terror incompatible con la libertad y la vida. Y establecía su absoluto antagonismo con los intereses de Euskadi.

Este cartel fue el emblema de la campaña de UCE contra el Plan Ibarretxe, el que defendía segregar Euskadi de España, sobre la base de privar de sus derechos básicos, incluso negándoles la ciudadanía, a todos los vascos que se sintieran también españoles.

Unificación Comunista de España, en la primera gran manifestación de Basta Ya

El 23 de septiembre del año 2000, Basta Ya, uno de los pilares de la rebelión democrática contra ETA, convoca una manifestación en San Sebastián bajo el lema “Por la vida. Por la libertad. Defendamos lo que nos une”. Se convierte en una multitudinaria demostración que marcaría un antes y un después en la lucha contra el terror.

Unificación Comunista de España estuvimos presentes con un amplio bloque. Hemos seleccionado tres momentos que definen desde donde hemos combatido el terror.

La pancarta principal de los comunistas de UCE era clara y rotunda: “El fascismo no pasará”. Tomando una clara posición contra el totalitarismo étnico desde la mejor tradición revolucionaria.

La segunda pancarta de nuestro bloque era, según nos repitieron muchos asistentes a la manifestación, “rompedora” y “liberadora”. Su contenido era. “Defender la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España es revolucionario”. Los comunistas defendiendo la unidad frente a quienes pretendían imponer la ruptura por la fuerza del terror.

El tercer, y más emocionante momento, fue el final de la manifestación. Como siempre hacemos, cantamos la Internacional. Mucha gente acudió a cantarla con nosotros, puño en alto.

¡Arzallus apunta, ETA dispara!

Al combatir a ETA, señalamos quienes eran los responsables de que el terror perdurara: los sectores más etnicistas y reaccionarios del nacionalismo excluyente, representados por Arzallus e Ibarretxe. Contribuyendo a que se extendiera la exigencia de sus responsabilidades, y a que felizmente se vieran obligados a abandonar la vida política.

Miles de ejemplares de nuestro periódico, con la portada que aquí se reproduce, fueron repartidos en la manifestación de San Sebastián, y en las principales ciudades y pueblos de Euskadi y el resto de España.

En marzo de 2001, el editorial del De Verdad definía con claridad la posición de UCE:

Denunciar y aislar el nazi-fascismo de Arzallus

(…) Desde sus orígenes, los núcleos dirigentes del PNV –no sus bases o sus cuadros intermedios que, en lo principal, se agrupan en él para luchar por unas justas reivindicaciones contra la opresión nacional– han tenido un marcado carácter racista. El racismo propio de quienes se consideran a sí mismos los etxekojaunchu (el señor del caserío) de Euskadi, que necesitan señalar y aislar a los de fuera, cuando los trabajadores inmigrantes empiezan a crear sus propias organizaciones sindicales y políticas de clase cuestionando su histórico dominio sobre la sociedad vasca. (…)

Sin embargo, existe un sector de la dirección del PNV dispuesto a apostar radicalmente por la independencia(…)

Llevar adelante un proyecto de este alcance exige, en cualquier lugar que se busque la fractura y la división, una línea de fragmentación social, de división étnica, de enfrentamiento cívico. Pero si, como en el caso de España, la unidad se asienta en sólidos lazos creados durante siglos de convivencia, cruce y mestizaje, entonces se hace necesario multiplicar la ferocidad para provocar el desgarro. Y obliga, al mismo tiempo a dotarse de un brazo armado como complemento indispensable de la estrategia política. (…)

En la alianza de la línea nazi-fascista, ETA y la dirección de Batasuna juegan el papel, respectivamente, de brazo armado y brazo «izquierdo» de Arzallus. No es Arzallus el cómplice de ETA, sino ETA y la dirección de Batasuna quienes ocupan un papel subordinado y complementario, aunque decisivo, en la estrategia de Arzallus. (…)

Aislar a la línea nazi-fascista de Arzallus uniendo a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas contra ella. Derrotarla en las próximas elecciones, poniendo en tensión todas las fuerzas de la sociedad organizando Plataformas contra el fascismo y por la Libertad en Euskadi. Perseguirla para que no pueda, nunca más, volver a levantar cabeza el nazi-fascismo en nuestro país. Y liquidar los planes del hegemonismo por fragmentar y dividir España.

Esta es la tarea y el reto más urgente que tiene ante sí el pueblo vasco y del resto de las nacionalidades y regiones de España.

Los comunistas, codo con codo con la rebelión democrática

En enero de 2004, Basta Ya fletó un autobús bajo el lema “Necesitamos libertad. Basta ya”, que inició su camino en Donosti y lo concluyó en Cádiz, recorriendo toda España, de punta a punta. Recabando el apoyo de todo el país al movimiento antifascista en Euskadi. En él participó una selección de lo mejor de la rebelión democrática, desde concejales socialistas o populares amenazados a personalidades que habían dado un valiente paso al frente como Fernando Savater. Y también estuvieron representantes de Unificación Comunista de España.

Hemos participado, codo con codo, en cada una de las convocatorias impulsadas por la rebelión democrática. Y hemos contribuido también a difundir su lucha en defensa de la libertad, clave para derrotar a ETA, en toda España a través de actos con sus representantes en los Ateneos XXI.

Luchando en la calle por la libertad

Los ejemplares de nuestro periódico cuyas portadas reproducimos aquí no pudieron venderse en kioscos… porque nadie se atrevía a hacerlo. Bajo el imperio del terror habían cosas que no podían decirse públicamente, y menos difundirse. Pues bien, estos y otros muchos ejemplares del De Verdad fueron repartidos en la calle por muchos militantes de Unificación Comunista de España. Dando la batalla por la libertad en la calle, que el totalitarismo étnico consideraba de su exclusiva propiedad.

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