23 de julio: elecciones generales anticipadas

En los últimos tiempos muchos analistas no han parado de repetir que España genera terremotos y sobresaltos políticos por encima de sus posibilidades, y ahora Pedro Sánchez ha vuelto a darles razones para ello.

Cuando todas las fuerzas políticas -unas con la ilusión de estrenar zapatos nuevos, otras con la desazón del peor de los lunes- estaban aún examinando los resultados de las elecciones autonómicas y municipales, elaborando balances, tirando de calculadora y pactómetros, o sacando conclusiones y enseñanzas autocríticas, el conocido tacticismo del lñider del PSOE volvía a ponerlo todo patas arriba. Pedro Sánchez ha decidido adelantar las elecciones generales al 23 de julio

“He tomado esta decisión a la vista de los resultados de las elecciones autonómicas y municipales. Muchos presidentes y alcaldes socialistas con gestiones impecables se van a ver desplazados, incluso a pesar de ver aumentado su apoyo. Esas instituciones pasarán a ser gobernadas por el PP y Vox. El sentido del voto traslada un mensaje que va más allá. Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato a la voluntad popular. El Gobierno ya ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas», decía Sánchez, con gesto serio, en una breve comparecencia ante la prensa en el Palacio de la Moncloa.

«Nuestro país se dispone a desempeñar una responsabilidad muy importante como es la presidencia de turno del Consejo de la UE. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase y las políticas a aplicar. Solo hay un método infalible, que es la democracia. Lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir sin demora el rumbo político del país”, aseguraba.

Algunas razones del adelanto electoral

Las redacciones de los medios y las mesas de las tertulias, ya sobrecalentadas tratando de digerir, explicar y comunicar el nuevo mapa autonómico y municipal surgido del 28M, se ponían de nuevo al rojo vivo tras el anuncio del presidente, tratando de descifrar las razones de lo que -a priori- todo el mundo percibe como una maniobra arriesgada.

La convocatoria anticipada de elecciones es una prerrogativa democrática que el presidente del gobierno está legitimado para activar cuando considere conveniente. Pero hay que detenerse en las razones que han llevado a Pedro Sánchez a “pulsar el botón rojo”, porque en ellas está la clave para comprender la actual situación política y poder plantear una respuesta que sirva a los intereses de la mayoría.

Hay que tener en cuenta que tras los resultados de las municipales y autonómicas, agotar la legislatura significaba para el actual gobierno someterse a seis meses de un desgaste creciente y de furiosos ataques, con un PP movilizado y apoyado en un enorme poder territorial.

Por otra parte, el retroceso sufrido en las urnas el 28-M por PNV o ERC pueden conducirles a encarecer su apoyo parlamentario al gobierno, anticipando posibles derrotas parlamentarias.

Y la asunción directa de responsabilidades por parte del presidente del gobierno, convocando unas generales donde será él quien se presente como cabeza de cartel, evita que la pérdida de poder territorial conduzca a una agudización de las tensiones en el seno del PSOE.

Otras razones del anticipo electoral tienen que ver con la situación de los hasta ahora socios de gobierno. Al convocar elecciones de forma anticipada, Podemos y Sumar dispondrán de solo diez días para cerrar un acuerdo que les permita presentarse en coalición a las generales.

Una mayoría de medios y analistas han valorado que “Pedro Sánchez convoca elecciones y fuerza a los progresistas a decidir si se movilizan para impedir un gobierno PP-Vox”. La posibilidad de un “gobierno de los recortes sin complejos”, en el que esté presente la ultraderecha, es temible. Pero para movilizar a la mayoría progresista es necesaria una alternativa que defienda sus intereses.

Uno de los principales analistas de El País, Carlos E. Cué, escribía que «el presidente pone así a los votantes, en especial a los progresistas, ante la tesitura de tener que decidir casi inmediatamente si quieren consolidar el resultado de las elecciones autonómicas y municipales, que entrega casi todo el poder al PP y Vox, y permitir que eso sea lo que llegue también a La Moncloa, o se movilizan para impedirlo».

De acuerdo con esta lógica, cada mes que pasara hasta diciembre iba a ser un mes de mayor desgaste y erosión ante una derecha y una ultraderecha crecientemente envalentonadas. Mejor aprovechar el «susto» y la desazón de los votantes progresistas para tratar de movilizarlos y concentrar el «voto útil» de la izquierda en el PSOE. Estas pueden ser algunas razones de la táctica de Sánchez.

La misma parece apuntar Ignacio Escolar, director de eldiario.es, en su editorial: «Por qué Sánchez convoca elecciones: movilizar a la izquierda desde el shock», donde afirma «Es una inesperada jugada de alto riesgo, que puede que no sirva para parar la ola reaccionaria, pero que responde a una lógica sencilla de explicar. En resumen: Sánchez cree que, en dos meses, el PSOE tendrá más opciones que en seis»

En unos primeros apuntes en las redes sociales, el periodista Antonio Maestre también apuntaba posibles claves del anuncio de Sánchez, algunas coincidentes con las razones de Cué y Escolar. «Movilizar a la izquierda por el reciente tsunami reaccionario, coincidiendo las elecciones con la conformación de gobiernos (autonómicos y municipales) PP-VOX», «Apelar al voto útil aglutinando el voto de izquierdas, pillando a Sumar con el pie cambiado», y alguna más: «apaciguar a su partido», aunque realmente los barones socialistas más opuestos al gobierno de coalición con Unidas Podemos (Lambán, Page, Fernández Vara) tampoco tienen razones para alzar la voz y no pueden presumir precisamente de buenos resultados.