Más del 50% de los trabajadores no cobra las horas extras

150 millones de horas robadas

La ofensiva para rebajar el salario de los trabajadores, no sólo se libra en el terreno de los recortes directos impuestos por el gobierno y las empresas, o en el de la propuesta alemana para desligar los salarios del IPC, también en terrenos más «ocultos» como el de la prolongación de la jornada laboral con horas extras robadas, no pagadas, a los trabajadores. En el último año los trabajadores asalariados que realizaron horas extraordinarias dejaron de cobrar 150 millones horas extras, casi 2,2 mil millones de euros. Significa un aumento de más de 4 puntos respecto a 2009, y de 11,5 puntos respecto al inicio de la crisis.

Es lo que desrende de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Según el informe del INE del cuarto trimestre de 2010, el 45,3% de los trabajadores que hacen horas extra ni las cobran ni las libran con jornadas de descanso remunerado; y otro 4,8% sólo cobra una parte. En definitiva que el 50% de quienes hacen horas extras nI las cobra ni las compensa. O lo que es lo mismo estamos ante una prolongación de la jornada laboral encubierta sin cobrarla bajo el chantaje de “o aceptar esa situación o perder el puesto de trabajo”. El mismo informe indica que el porcentaje de horas extras “robadas” supera entre el 70% y el 85% en el caso de empresas extractivas (minería, pesca…), financieras, inmobiliarias, educación…Con la crisis, la presión para que los trabajadores amplíen el tiempo de trabajo gratis para las empresas se ha multiplicado ante la mirada impasible del gobierno y la tibia denuncia de las direcciones de las grandes centrales sindicales. Éstas se han limitado a denunciarlo como “una prolongación de la jornada laboral ilegal”, ya que muchas empresas mantienen los ERE y despidos al mismo tiempo que han aumentado la presión sobre las horas extras no pagadas. ¿Pero no estamos ante un problema de grandes dimensiones que exigiría una repuesta mucho más contundente? Un robo, sí, de más de 2.184 millones de euros Si tenemos en cuenta que según el INE, la media de una hora extra a finales de 2010 valía 15,06 euros (el nivel más bajo de los últimos años). Y con los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en la mano resulta que cada semana las empresas dejan de pagar unos 2,8 millones de horas extras, o lo que es lo mismo, unos 42 millones de euros a la semana, ¡2.184 millones de euros!, eso lo que se apropiaron del valor de las horas extras realizadas por sus trabajadores durante 2010.Una nueva vuelta a los datos del INE y la EPA nos da otra dimensión del problema. Si cada semana un trabajador asalariado trabaja una media, sin horas extra, de 33,7 horas, las empresas se están quedando con lo equivalente a unos 83.000 puestos de trabajo fijos que se podrían crear con los millones de euros de las horas extras no pagadas.Frente a todos los intentos por convencernos de que el país no tiene recursos para salir de la crisis, y por eso hay que recortar salarios, pensiones y gastos sociales, cada mirada a las cifras reales de lo que ocurre pone sobre la mesa la existencia de recursos que si no contribuyen a una salida de la crisis favorable a la inmensa mayoría del país es debido a quién los controla, cómo los utiliza y al servicio de qué los pone.El robo de las horas extras a los trabajadores tiene una doble repercusión. Por un lado reduce –en más de 2.000 millones de euros anuales- el principal recurso que tienen las familias para hacer frente a sus necesidades de hipotecas y consumo, lo que también repercute directamente en la contracción interna de la economía. Por otro incrementa el paro e impide la creación de nuevos puestos de trabajo, al menos 83.000, sólo si nos atenemos a las cifras “oficiales”.¿Entonces, por qué no tomar medidas para acabar con el robo de horas extras, especialmente en aquellas empresas vinculadas a la gran empresa y grupos monopolistas o empresas con regulaciones de empleo financiadas con dinero público, y poner en manos de las familias esos miles de millones de euros que reactiven la economía? ¿O por qué no tomar medidas para que gran parte de esa prolongación oculta de la jornada sin pagar se transforme en creación de miles de puestos de trabajo? Sí, se puede, si hay voluntad política para hacerlo. Esta es la línea del programa De Verdad contra la crisis. Productividad a ritmo de superexplotación Según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2010 siguió bajando la remuneración media de los salarios, “al mismo ritmo que aumenta la productividad”. Según el INE, los salarios bajaron nominalmente un 1.7% en 2010. Eso a pesar de que aún hay salarios que por convenio subieron una media del 1% por la subida de la inflacción.El total de los costes laborales (salarios y cotizaciones sociales) bajó un 2,3%.Y casi en la misma dimensión aumentó la productividad el año pasado: un 2%.Evidentemente la bajada real de los salarios, o sea la pérdida del poder adquisitivo, ha sido mucho mayor, un 10% o más, si tenemos en cuenta que el IPC cerró el año en el 3%, la subida de los impuestos (IVA) y los precios de los servicios básicos como la luz y los combustibles.El aumento de la productividad al ritmo que bajan los salarios demuestra sin tapujos quién y qué tipo de salida a la crisis nos están imponiendo. Quieren que seamos competitivos reduciendo el coste de la fuerza de trabajo, aumentando la superexplotación, en vez de por el desarrollo tecnológico, la inversión y el empleo cualificado.Y Merkel aún quiere más con su plan para acabar con la subida de los salarios según el IPC.

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