Primero fue Australia, ahora Suecia y se espera Dinamarca y Noruega.

Zimbabwe, empiezan las ayudas.

Ante la grave escasez de alimentos, la epidemia de cólera que se ha extendido a los paí­ses vecinos y otras enfermedades, como el sida, la malaria que hacen estragos en el pueblo de Zimbabwe. La falta de agua potable, hospitales y escuelas cerradas. Las decenas de miles de emigrantes que abandonan su paí­s en busca de una oportunidad de vida y que son obligados a retornar. La crisis humanitaria en el paí­s que fuese conocido como el granero de África, ha empezado a remover las posturas de servilismo imperialista, y ya empiezan a verse cambios en la polí­tica exterior de algunos paí­ses, con respecto a Zimbabwe opuestas a las directrices de EEUU y UE.

Primero fue Australia, ahora es Suecia la que ha arobado un paquete de ayuda para Zimbabwe de 10 millones de dólares para hacer frente a la crisis. Suecia esta considerando el reanudar las ayudas a Zimbabwe después de haber formado un gobierno de unidad en la que se ha incluido a la oposición.La semana pasada, Dinamarca envió un ministro en una misión de investigación al gobierno de Zimbabwe, seguido días después por otro alto oficial de Noruega. Después de informarse ambos funcionarios coincidieron en la decisión de que sus gobiernos estaban considerando la posibilidad de reanudar la ayuda a Zimbabwe.Desde 1994, que empezó el embargo por parte del imperialismo yanqui y todos sus secuaces a Zimbabwe, el promedio de expectativa de vida para las mujeres de Zimbabwe ha caído de 57 a 34 años; entre los hombres esta se ha desplomado desde 54 a 37 años, más 3.500 zimbabuos mueren a la semana debido al HIV, la pobreza y la desnutrición. Medio millón de zimbabuos han muerto desde el año 2000, 7 millones de zimbabuos necesitan ayuda alimentaría y mientras que 3 millones aproximadamente han escapado a Sudáfrica para escapar de las dificultades económicas de su país, cuyos niveles de inflación alcanzan el 1,280% y cuyos niveles de desempleo llegan al 80% aproximadamente.Este es el castigo que le a impuesto el imperialismo durante más de una década. El hecho que empiecen a reaccionar algunos países, en contra de los deseos de los genocidas imperialistas, da una posibilidad de vida al pueblo de Zimbabwe, que su único delito es querer hacer su propia política, enfrentándose abiertamente a las exigencias de sometimiento y expolio de los EEUU. Lo han estado pagando con sus vidas e incluso con su credibilidad, por la campaña de desprestigio que ha cursado los monopolios de información imperialista, contra su presidente Mugabe.

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