El PIB de EEUU aumentó un 3,5% en el tercer trimestre. El PIB de Alemania y Francia creció un 0,3% en el segundo trimestre. Ha bastado la aparición de los primeros indicios esperanzadores de recuperación económica en EEUU, Alemania o Francia para que el presidente Zapatero sume una nueva cantinela, a la ya desgastada de que «lo peor de la crisis ha pasado». Ahora toca decir que «los buenos resultados de EEUU, Alemania o Francia arrastrarán tras de sí al resto de países de la UE, entre ellos a España».
Dicen Zaatero y su ministra de Economía, Elena Salgado, que igual que la crisis financiera internacional nos arrastró a la crisis, ahora la recuperación de las primeras potencias mundiales “nos arrastrarán” inevitablemente en su salida de la misma.Zapatero y su gobierno se han esforzado desde el principio de la crisis por no reconocer las claves propias de la crisis en España, fundamentales para comprender tanto el por qué del agravamiento y profundidad en nuestro país, como para entender por qué la salida de la crisis será mucho más dramática, lenta y lejana que en las principales potencias desarrolladas.Claves que hay que buscar en la dependencia exterior de la economía española. España es el país proporcionalmente más endeudado del mundo, con mayor deuda per cápita del planeta y el segundo, en términos absolutos (detrás de Estados Unidos). La deuda externa de España equivalía ya al final del primer semestre al 170% del PIB. Una deuda acumulada que sumaba hace 3 meses 899.600 millones de euros. Es decir, España es el país que más financiación exterior necesita para su crecimiento económico. Esta dependencia del capital extranjero, junto con la dependencia de unos pocos mercados de los países desarrollados, la dependencia energética y la dependencia de las cuotas de producción impuestas por Bruselas, constituyen cuatro grandes dependencias, que, junto al crac del modelo de desarrollo basado en la construcción, son como una gran losa que hipoteca nuestro futuro y la salida de la crisis.Un país cuyos centros de decisión más importantes están en las metrópolis de las grandes potencias está a merced de ellas. Lo que ocurrido con la venta de Opel, donde Alemania ha impuesto el recorte de producción y plantilla en la planta de Figueruelas (Zaragoza) a cambio de beneficiar la Opel en Alemania, es una muestra de lo que significa la dependencia.Los primeros signos de recuperación en Alemania y Francia están determinados por la contribución al PIB de la exportación de bienes industriales. Un modelo de desarrollo basado en una poderosa base industrial que ya comienza a recuperarse. ¿Pero dónde está en España el nuevo modelo que vaya a ocupar el papel de la construcción como motor de desarrollo y la creación de empleo?Las soluciones del gobierno, especialmente los planes de rescate bancario, a base de generar nueva deuda pública no hace sino ahondar aún más el endeudamiento del país y, por lo tanto, multiplicar la dependencia financiera del capital extranjero. Deuda e intereses que durante los próximos años habrá que devolver y consumirá gran parte de nuestros recursos y, por lo tanto, no estarán disponibles para financiar las necesidades del país haciendo aún más profunda, larga y dolorosa la salida de la crisis.