USO denuncia que el Ministerio de Trabajo maquilla las cifras del paro

Zapatero esconde 400.000 parados bajo la alfombra

Todos nos hemos estremecido al contemplar el espectacular incremento del paro durante el último año. Pero la realidad todaví­a es peor. La Unión Sindical Obrera ha denunciado que el ministerio de Trabajo maquilla, a través de diferentes subterfugios, las cifras del paro con el objeto de rebajar en los papeles el número de desempleados. Despejada la trampa, en España hay casi medio millón de parados más, superándose los 3,7 millones -muy cerca de los cuatro millones que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, prometió no alcanzar-.

El gobierno de Zaatero diferencia entre “parados” y “desocupados”, los llamados “DENOS”, una trampa legal ideada en febrero del año pasado –cuando la crisis ya empezaba a mostrar sus efectos destructores-, en la que caben cientos de miles de trabajadores sin empleo pero que, por obra de la “contabilidad creativa” de Zapatero, no se cuentan dentro de las estadísticas del paro. Y no son dos, ni tres. Los “DENOS” suman 400.000 parados que el gobierno esconde debajo de la alfombra para que las cifras del paro no correspondan a la cruda realidad. Tal y como denuncia USO, la cifra real de parados llega hasta los 3.710.158 –muy superior a los 3,3 millones que el ministerio de Trabajo presenta como estadísticas oficiales-. Con el actual ritmo, superaremos los cuatro millones de parados en el primer semestre de 2009. Y también se incrementa la cifra de parados que no cobran ninguna prestación. El número real de parados en diciembre fue de 3.517.400, y el total de beneficiarios por prestaciones de desempleo ascendió a 2.318.355. Una simple resta nos da como resultado… ¡1.199.045 parados que no reciben ningún tipo de subsidio! El gobierno de Zapatero está empeñado en ocultar la realidad, y para ello miente y falsifica las cifras. USO advierte que “la crisis tiene sus propias peculiaridades que agravan la debilidad de nuestra estructura productiva y de nuestro modelo, fundamentado casi en exclusividad en la construcción y el consumo interno, con un desarrollo basado en el sol y los servicios asociados, como el turismo, la restauración, la hostelería y la actividad inmobiliaria”. Denuncia también que “la pequeña industria no tiene acceso a financiación, pese a las inyecciones de liquidez que el Gobierno está invirtiendo en el sistema financiero”. La Unión Sindical Obrera, que hace pocos días convocó una concentración frente al ministerio de Industria para protestar contra la destrucción del tejido productivo, ve con “estupefacción” que “no haya una respuesta sindical mayoritaria” ante la destrucción laboral que se está produciendo en España, recordando la responsabilidad de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT. Este es el camino correcto para enfrentar la destrucción de empleo desde los intereses de los trabajadores: movilización para cambiar un modelo productivo basado en la construcción –que sólo ha beneficiado a constructoras y a los bancos que el gobierno ahora rescata- por otro que impulse un tejido industrial independiente y sólido, capaz de generar un empleo estable.

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