Escudo antimisiles en Rota

Zapatero completa la entrega de la soberaní­a

Hasta cuatro destructores armados con un sistema de combate de misiles antibalí­sticos Aegis de última generación y misiles SM-3 como los que estarán emplazados en tierra, además de 1.200 militares norteamericanos, se instalarán en Rota como parte del dispositivo de escudo antimisiles desplegado por EEUU en Europa, al que hasta ahora sólo Polonia, Turquí­a y Rumania habí­an prestado su territorio.

A pesar de tratarse de un tratado internacional, que vulnera las condiciones del referéndum de la OTAN y que supone una modificación encubierta del convenio con EEUU, el Parlamento no ha sido informado, ni debatirá ni votará la participación de España en el escudo antimisiles. La decisión de Zapatero de aprobar un acuerdo que ni siquiera ha sido negociado todavía –de ello se encargará el próximo gobierno– obedece a las presiones y exigencias del Pentágono, que necesitaba la autorización previa del gobierno español para que el Congreso estadounidense apruebe los presupuestos necesarios para desplegar su nuevo sistema armamentístico en Europa.

La afirmación del gobierno y los medios de comunicación acerca de que con el acuerdo Rota pasará a formar parte del “nuevo sistema de defensa frente a los misiles balísticos de países como Irán o Corea del Norte”, moverían a risa si e asunto no fuera tan grave. Los misiles balísticos de mayor alcance que poseen ambos países –en el caso de Irán, ni siquiera confirmado– tienen una capacidad máxima de 2.000 kilómetros. Nuestro país está a 5.000 kilómetros de Irán y a más de 11.000 de Corea del Sur. ¿De que nos defienden entonces?

Tras el acuerdo, la base de Rota suma a su actual condición de punto de apoyo logístico y tránsito para las tropas norteamericanas en Irak o Afganistán y base desde la que buques y aviones de EEUU hacen escala para sus operaciones militares en el Mediterráneo, Oriente Medio y Norte de África, la de albergar una de las unidades más sofisticadas, potentes y avanzadas tecnológicamente de la US Navy.

Hace apenas 16 meses, en mayo de 2010, Obama degradó públicamente a España al hacer pública la llamada telefónica que la madrugada anterior había hecho a Zapatero exigiéndole la puesta en marcha inmediata del mayor plan de ajuste de los últimos 50 años. Ahora sabemos que la respuesta de Zapatero no sólo fue presentarlo en menos de 24 horas ante el parlamento, sino iniciar al poco tiempo conversaciones secretas para entregar Rota al escudo antimisiles del Pentágono, un proyecto que permitirá reforzar sustancialmente las capacidades militares estratégicas de EEUU.

Por menos de un plato de lentejas
Hace ahora casi tres décadas, a finales de 1982, en estas mismas páginas publicábamos un editorial, titulado “Por un plato de lentejas”, donde advertíamos cómo las primeras declaraciones de Felipe González al llegar al gobierno anunciaban que la promesa del “OTAN de entrada NO se iba a transformar rápidamente en un “OTAN sí, bases también”, a cambio de negociar la entrada de España en el Mercado Común. Era, como dijimos entonces y los acontecimientos se encargaron de certificar, traicionar a su electorado y vender la soberanía e independencia de España “por un plato de lentejas”.

Zapatero, que llegó a la Moncloa retirando las tropas de Irak, sale de ella ampliando el despliegue militar estadounidense en España, reforzando los vínculos de dependencia militar que nos atan a Washington y degradando la soberanía nacional hasta límites nunca vistos. Y lo hace por menos todavía que su antecesor. En esta ocasión, ni siquiera hay plato de lentejas, sino todo lo contrario. No sólo nos imponen un aumento del saqueo y los tributos que hemos de pagar para sostener el aparato militar del Imperio a través de los planes de ajuste, sino que además tenemos que cargar con más tropas y armamento.

Ante las próximas elecciones del 20-N, nuestras candidaturas, De Verdad contra la crisis-UCE, defendemos un programa entre cuyos ejes básicos está la defensa de la soberanía nacional, la capacidad de decidir por nosotros mismos, sin presiones ni intervenciones externas, de acuerdo con los intereses de la mayoría y las necesidades del país.

«La entrega de la soberanía nacional se extiende vertiginosamente por todos los ámbitos» La última decisión de Zapatero de entregar nuestro territorio a la nueva estrategia militar de Washington, no hace más que certificar lo correcto de este punto clave del programa. La pérdida acelerada de soberanía nacional se extiende vertiginosamente por todos los ámbitos. Desde el económico, con la aplicación del plan de ajuste dictado por el FMI y Bruselas, hasta el político, con la reforma de la Constitución exigida por Merkel, y ahora el militar, con el despliegue del escudo antimisiles a instancias del Pentágono.

En 1986, el pueblo español decidió en referéndum que sólo aceptaba pertenecer a la OTAN a cambio de no estar integrados en su estructura militar, no desplegar armas nucleares en nuestro suelo y la reducción progresiva de la presencia militar estadounidense.

Es hora de empezar a exigir que la voluntad ciudadana, expresada directamente en referéndum, sea cumplida. Es una exigencia democrática mínima, que a su vez afecta directamente a la capacidad de ejercer nuestra cada vez más degradada soberanía nacional.

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