«Los recortes presupuestarios anunciados ayer deberían convencer a los inversores de que el esfuerzo de Madrid por contener su déficit ha pasado de la palabrería a las acciones drásticas. No obstante, el tiempo perdido ha postergado la tarea de garantizar la sostenibilidad de la economía española.»
Si los nuevos recortes ahogan la débil recueración, se corre el riesgo de que el déficit acabe siendo mayor del esperado. No obstante, hay señales de voluntad política. Después del pánico que vivieron los mercados la semana pasada y de la respuesta extraordinaria de la eurozona, España tenía que demostrar que no acabaría como Grecia. Ahora que Zapatero ha demostrado, aunque con retraso, que tiene agallas, no debería pensárselo dos veces antes de poner en práctica las reformas estructurales que pueden llevar a su país a una senda de crecimiento menos fantasiosa. (FINANCIAL TIMES) DEUTSCHE WELLE.- “Queda claro que las grandes sumas de los fondos de alto riesgo pueden producir variaciones sustanciales en el curso de la moneda justamente en una situación como ésta, en la que los inversores entran en pánico y desciende la liquidez. Pero no está claro si los fondos son los únicos culpables”, explica Michael Leister, del banco WestLB, de Renania del Norte-Westfalia. Eso significa que también otras figuras de los mercados financieros especularon contra el euro, debido a que las dificultades de la unión monetaria son demasiado evidentes. En la bolsa de valores a término de Chicago, EEUU, las acciones que apuestan a ganar gracias a la caída del euro son más solicitadas que nunca. Reino Unido. Financial Times Zapatero coge por fin el hacha España, que llevaba tiempo lamentándose de que se le comparara con Grecia, por fin se ha dado cuenta de que son los mercados, y no los políticos, los que hacen esta distinción. Los recortes presupuestarios anunciados ayer deberían convencer a los inversores de que el esfuerzo de Madrid por contener su déficit ha pasado de la palabrería a las acciones drásticas. No obstante, el tiempo perdido ha postergado la tarea de garantizar la sostenibilidad de la economía española. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero tenía sus razones. Durante el boom, las finanzas públicas eran razonablemente sólidas. Las cuentas públicas tenían superávit y la deuda pública estaba por debajo del 40%. No obstante, el crecimiento en el que se sustentaban estos resultados se basaba en un espejismo, ya que el Ejecutivo avanzaba gracias a un sector privado intoxicado por capital extranjero. Si el enorme déficit del sector privado se hubiera invertido en mejorar la productividad de la economía, no habría pasado nada. En cambio, se dedicó a financiar la construcción de viviendas, que crea empleos e ingresos fiscales pero sólo en situaciones de bonanza. El vacío que quedó cuando se congelaron los créditos provocó la implosión del empleo y las finanzas públicas. Ahora, uno de cada cinco ciudadanos españoles está desempleado. El déficit alcanzó el 11,2% del PIB el año pasado. El sector inmobiliario del país, y los bancos vinculados a éste, son los monumentos a una estéril estrategia económica. La prioridad de España en este momento es recuperar la credibilidad de los tenedores de bonos, sin perder de vista la necesidad de reformar el rígido mercado laboral, que impide que el crecimiento eche raíces. El pasado febrero, Madrid presentó un plan radical para recortar el déficit presupuestario, pero no logró controlar el déficit de credibilidad, el efecto contagio más grave que llegaba desde Grecia. La hasta entonces despreocupación de Zapatero hizo a los mercados dudar de su compromiso al plan y de la veracidad de sus previsiones de crecimiento. El diferencial de un punto porcentual de los bonos españoles a diez años frente a los alemanes es casi el doble de la cifra registrada a principios de año. Hoy Zapatero no tenía más alternativa que someter el estado de bienestar a una especie de ordalía. El presidente ha asumido el riesgo político anunciando el recorte salarial del 5% a los funcionarios. En total, las nuevas medidas representan un recorte del gasto público del 1,5% del PIB frente al anterior plan, que se comprometía a rebajar el déficit al 7,5% del PIB para 2011. No es seguro que estas propuestas funcionen. Por primera vez desde que comenzara la crisis, se ha registrado un tímido crecimiento durante el primer trimestre de este año. Según las previsiones independientes, España sólo crecerá al 1% el próximo año, la mitad de lo que dicen las cifras oficiales; además las primeras calculan que el déficit de 2011 rondaría el 9%. Si los nuevos recortes ahogan la débil recuperación, se corre el riesgo de que el déficit acabe siendo mayor del esperado. No obstante, hay señales de voluntad política. Después del pánico que vivieron los mercados la semana pasada y de la respuesta extraordinaria de la eurozona, España tenía que demostrar que no acabaría como Grecia. Ahora que Zapatero ha demostrado, aunque con retraso, que tiene agallas, no debería pensárselo dos veces antes de poner en práctica las reformas estructurales que pueden llevar a su país a una senda de crecimiento menos fantasiosa. FINANCIAL TIMES. 13-5-2010 Alemania. Deutsche Welle Freno a los especuladores, ¿hasta cuándo se salva el euro? Andi Noll El paquete de estabilización del euro, de 750 mil millones de euros, acordado el 10 de mayo, surtió efecto pasajero. Según expertos, la clara señal política de los ministros de Finanzas de la Unión Europea para proteger la moneda comunitaria ayudó a enfrentar la especulación contra el euro, pero explican que los especuladores, especialmente los que trabajan con los tan criticados hedge funds o fondos de alto riesgo, se han beneficiado de los errores estructurales del sistema. Apuestan a la caída del euro Algunos de estos malabaristas de la economía no tienen empacho en admitirlo. Con su sonrisa de niño travieso, John Taylor no parece justamente la personificación del demonio, que es como muchos ven a los especuladores de la bolsa. Taylor es director y fundador de un fondo de alto riesgo, trabaja con instrumentos altamente especulativos que prometen grandes ganancias. Algunos de esos hedge-funds, también llamados fondos de cobertura, se aprovecharon de la crisis griega y trataron, apostando a la caída del euro y a través de complejas transacciones, hundir aún más el curso de la moneda de la eurozona para sacar jugosos dividendos. “El euro es, en muchos sentidos, un error de construcción y no puede seguir existiendo. El pronóstico de un euro débil se hace obvio”, analizó John Taylor hace poco en la cadena financiera Bloomberg TV. De acuerdo con el mismo Taylor, él posicionó su fondo de divisas de alto riesgo “FX Concepts”, un peso pesado en el ramo, colocándolo en contra del euro. Que lo diga tan abiertamente es algo desacostumbrado. En realidad, no coincide con la estrategia de negocios de los fondos de cobertura anunciar a la opinión pública lo que se tiene entre manos. El euro: ¿a prueba de todo? El sector financiero, muy poco transparente, tiene su sede en Londres o en Nueva York, y, a veces, hasta en las Islas Caimán o en Suiza. Una leyenda entre los ejecutivos es George Soros, cuyo fondo de alto riesgo especuló con éxito contra la libra esterlina en 1992. También John Taylor hizo sonar la caja esa vez, con más de un 40 por ciento de réditos. Ahora parece haber concertado, junto con otros grandes del sector, forzar una caída del euro. Y con expresiones como ésta seguramente intentan conjurarla: “El euro es una gallina degollada”, por ejemplo. Esto para decir que la moneda europea no tiene perspectivas de vida a largo plazo. Si los fondos libres de inversión podrán poner en aprietos a una moneda tan fuerte como el euro, está por verse. “Queda claro que las grandes sumas de los fondos de alto riesgo pueden producir variaciones sustanciales en el curso de la moneda justamente en una situación como ésta, en la que los inversores entran en pánico y desciende la liquidez. Pero no está claro si los fondos son los únicos culpables”, explica Michael Leister, del banco WestLB, de Renania del Norte-Westfalia. Eso significa que también otras figuras de los mercados financieros especularon contra el euro, debido a que las dificultades de la unión monetaria son demasiado evidentes. En la bolsa de valores a término de Chicago, EE.UU., las acciones que apuestan a ganar gracias a la caída del euro son más solicitadas que nunca. Las animosidades contra la moneda europea crecen desde hace meses, y cada vez más inversores se suben a ese tren. Paquete de estabilización: ¿freno a los especuladores? Sin embargo, tanto los fondos de alto riesgo como los bancos o los inversores privados que apuestan todo al curso en baja del euro salieron perjudicados gracias al paquete de estabilidad lanzado por la Unión Europea el domingo pasado. “En general, quedaba claro que los políticos tenían que hacer algo. Especialmente si se tiene en cuenta el viernes 7 de mayo, que se sintió como septiembre de 2008, cuando colapsó Lehman Brothers. Fue sorprendente que el paraguas económico europeo se haya aprobado tan rápidamente”, señala Michael Leister. Ahora John Taylor se mantiene a cubierto. Tal vez ya encontró una nueva víctima, o tal vez simplemente esté esperando. DEUTSCHE WELLE. 13-5-2010