Huelga General 29-M

Yo estuve allí­

Todas las editoriales del dí­a después, escritas o gráficas, apuntan en una misma dirección con dos caras. Primero serí­a una irresponsabilidad que los sindicatos continuaran con las movilizaciones. Segundo, más teniendo en cuenta las imágenes de violencia vistas en Barcelona. Desde Unificación Comunista de España podemos decir que estuvimos allí­ y que nada de esto tiene que ver con lo que vimos.

 Esta advertencia lanzada por los dos principales medios de comunicación impresos del país coincide con el “augurio” del Citigroup – buque insignia de la oligarquía norteamericana – del probable rescate de España hacia final de año. Parece ser que el éxito de la huelga ya ha obtenido respuesta y, como ocurrió con la del 29-S, hemos de esperar asistir a un par de semanas, por lo menos, de una ofensiva mediática que intente paliar la euforia de la huelga y, especialmente, la energía despertada por la numerosísimas manifestaciones y concentraciones – más de 400 – en toda España.

Dentro de el clima de opinión un papel importante lo han de jugar los piquetes violentos y grupos “antisistema” que se han dedicado a convertir una movilización unitaria y pacífica en un polvorín. Nada más lejos de la realidad. Tan solo un pequeño reducto de provocadores aislados y al margen del desarrollo general de las manifestaciones en todo el país. No hace falta que nos lo cuenten, estuvimos allí y podemos contarlo.

Unidad, Unidad, Unidad

Con estas tres palabras podría resumirse el ambiente de la jornada de huelga y las manifestaciones. En todas las ciudades y en cantidad de pueblos hemos podido vivir de primera mano gestos y actos de unidad como no se habían visto. Esto no cae del cielo, sino que viene construyéndose desde que estalló la crisis, pero la forma y el fondo ha cambiado y se desarrolla.

Empezando por el 95% de paro en Euskadi, donde los sindicatos, nacionalistas y no nacionalistas, han confluido en la convocatoria, con más o menos dificultades, generando por primera vez desde hace décadas una convocatoria única. Lo que ha tenido como resultado el mayor paro de toda España.

Cuentan unas compañeras de Bilbao que participaban en los piquetes con CCOO y UGT, que al cruzarse con los piquetes de ELA y LAB la gente se respondía con aplausos, reconociéndose mutuamente el trabajo de la jornada. Gestos de unidad y apoyo mutuo que no hacen más que multiplicar las simpatías por la movilización.

Pero como decíamos antes, esto no cae del cielo. Y no solo por la trayectoria de construcción de la unidad, aún en pañales, que puede seguirse en el artículo anterior, sino por conciencia con la que los sindicatos también han organizado los propios piquetes. Prácticamente todos han recibido instrucciones precisas de evitar las provocaciones, eludir el enfrentamiento por todos los medios y promover la información y la actitud pacífica. Tal y como nos contaba un compañero de UGT, “somos conscientes de que esto se puede convertir en una encerrona para los sindicatos, provocando explosiones violentas en varios puntos y utilizarlas para desprestigiar la movilización.”«No hace falta que nos lo cuenten, estuvimos allí y podemos contarlo.»

Por otra parte el anuncio de la huelga unitaria, y la incorporación de la mayoría de sindicatos a la convocatoria, sumado, tal y como explica en una entrevista una dirigente de CCOO, a las cientos de asambleas celebradas por todo el país, han permitido que los piquetes no tuvieran prácticamente trabajo. La ente no ha ido a trabajar.

Huelga Social

Pero la unidad no ha sido solo en el terreno sindical. La cantidad de organizaciones, asociaciones, el 15-M, autónomos, estudiantes… que se han movilizado, no solo para acudir a las manifestaciones, sino para organizar piquetes por todas las ciudades, han provocado imágenes como la del Paseo de Gracia en Barcelona lleno de piquetes dando la sensación de una manifestación improvisada, hasta la manifestación verdaderamente improvisada nacida de la concentración convocada por CCOO y UGT por la mañana en Bilbao.

Numerosos grupos de estudiantes han duplicado por todo el país las manifestaciones, acudiendo por la mañana al centro de las principales capitales y haciendo desde allí un llamamiento a acudir a las manifestaciones de la tarde.

Cuentan unos compañeros de Almería que participaron en un piquete con el 15-M que pronto se les unieron compañeros de la CGT, pasando de 20 a 60 personas en cuestión de minutos y organizando una pequeña manifestación que actuó como piquete en el centro de la ciudad. «Somos conscientes de que esto se puede convertir en una encerrona para los sindicatos«
Los gestos son muchos y recorrieron toda España, durante toda la jornada de huelga. Este es el camino pero no es suficiente.

Más y mejor

Para construir la unidad que verdaderamente nos de la fuerza necesaria para hacer frente a los recortes, necesitamos ser consecuentes y poner por delante lo que nos une en cada momento, trabajar por ello y cuidarlo. Para eso hay que empezar por constituir asambleas unitarias por la base. Asambleas en las que participen sindicatos, partidos, asociaciones y ciudadanos. Construir la unidad por la base y darle continuidad. Proponernos el 1º de Mayo como la siguiente cita en la que aumentar la capacidad de movilización y organización de la gente.

No es posible dar esta batalla si no es apoyándose y contando con el 90% de sectores de la sociedad que son los que sufrimos la crisis. No valen reticencias, matices u otras cuestiones que no hagan más que debilitar la unidad.

Los ejemplos de asambleas unitarias son muchos, como el ejemplo de las juventudes de CCOO y UGT en Cataluña, pero en absoluto suficientes. Todavía son muchos los sectores que muestran reticencias o participan con prevenciones. De hecho no ha sido hasta el 29 de Marzo que el 15-M ha participado, aún como bloque crítico, en toda España, en las manifestaciones contra la Reforma Laboral.

Y este trabajo no es de los que se previenen, sino de todos, empezando por las organizaciones mayoritarias que deben actuar con una enorme generosidad política. Solo así lo vivido en la jornada de huelga del 29 de Marzo puede ser verdaderamente el final de nada, y el principio de todo.


Si la línea es justa…
La participación de UCE y su alternativa marcan, cada vez más, una línea que cobra fuerza por sí misma

La defensa de un Frente Amplio de Unidad para defender la redistribución de la riqueza, la ampliación de la democracia y la soberanía nacional, es parte nodular de la línea que desde UCE venimos defendiendo desde hace años, y que hemos ido desarrollando y concretando en programas y propuestas concretas.

En este trabajo el saber señalar a “los enemigos”, a los verdaderos culpables de la crisis e interesados en apropiarse del 40 y hasta del 50% de nuestras rentas y salarios, ha sido clave. Señalar que los recortes forman parte de un ataque que vienen desde fuera, encabezado por Washington y Berlin, y del que participa la gran banca española, con la colaboración del bipartidismo, es parte de la persistencia en esta denuncia.

El 29 de marzo hemos podido comprobar como ese trabajo de propaganda, agitación y organización da sus frutos. Primero porque son cientos de miles los ejemplares de nuestras publicaciones los que hemos distribuido. En segundo lugar porque desde que decidimos presentarnos en el 2009 a las elecciones, hemos ido mejorando nuestros resultados, y, desde luego, aprendiendo de nuestros errores. Pero sobretodo ganando apoyos y creciendo en organización. Y, en tercer lugar, extendiendo nuestra organización a comunidades en las que no estábamos, como Castilla y León, Baleares o Castilla La Mancha, y a todas las provincias de comunidades en las que prácticamente no teníamos presencia, como es el caso de Andalucía, donde vive el 20% de la población española. «Lo vivido en la jornada de huelga del 29 de Marzo puede ser el principio de todo.»

Nuestra participación

Con nuestra presencia en los piquetes en toda España hemos contribuido a la línea de defensa de la unidad, evitando todo tipo de enfrentamiento y promoviendo la colaboración entre las diferentes organizaciones sindicales, políticas y sociales. Hasta el punto de contar con simpatizantes participando en la organización de los piquetes en importantes capitales y siendo determinantes para organizar un piquete colectivo con todos los sindicatos.

Hemos contribuido, igualmente, a darle a esta huelga un carácter social, contribuyendo al entendimiento de organizaciones tan diferentes, y en ocasiones con tantas diferencias, como los sindicatos y el 15-M.

Y hemos hecho posible que las consignas que apuestan por una alternativa a la crisis basada en la redistribución de la riqueza y la denuncia del sometimiento de nuestro país a los principales centros de poder se extiendan.

Miles de semillas

Cuentan los compañeros de Bilbao que un grupo de un sindicato nacionalista portaba una pancarta denunciando que “No es verdad que no haya dinero. El problema es quien lo tiene. Hay que redistribuirlo”

Cuenta una compañera de Valladolid que le manifestación se podía escuchar una canción que decía “Sí, sí, el gobierno es vasallo de Merkel y Sarkozy”, como por la mañana, en el discurso de cierre de la manifestación de los compañeros de “Toma la U.V.A” se denunciaba que “esta reforma está impuesta desde fuera”.

Cuenta un compañero de Alicante que se encontraron un grupo de gente que había cogido pancartas nuestras de Internet, las había impreso y las había llevado a la manifestación. Decía “España, capital Berlín, ¡No gracias!”

Desde toda España nos llegan fotografías de cómo diferentes medios, como no había pasado antes, reproducen la participación de Unificación Comunista de España en las manifestaciones. Parece que las consignas de las pancartas han tenido mucho que ver en ello.

Cualquiera que siga estas publicaciones o que conozca la línea política de UCE reconoce en cada uno de los párrafos anteriores una semilla, una consigna, un idea que señala en una dirección en la que modestamente venimos trabajando desde UCE, y en la que algo hemos contribuido. No queremos movilizarnos para que “por lo menos me dejen como estaba”, queremos una alternativa porque la tenemos. Sabemos quiénes son los culpables y cómo salir de la crisis.

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