Un bombardeo de Arabia Saudí mata a una treintena de niños en Yemen

Yemen: una masacre silenciada

La cruenta y silenciada guerra de Yemen no deja de cobrarse víctimas mortales. Un bombardeo de la coalición liderada por Arabia Saudí -y que está respaldada por EEUU- sobre la ciudad de Dahian en el norte del país, alcanzó tres autobuses, entre ellos un transporte escolar. El ataque causó 50 muertos, entre ellos 29 niños.

Mientras la ONU o Cruz Roja han condenado tajantemente el ataque al bus escolar, exigiendo que «los niños no paguen el precio de la guerra», Arabia Saudí ha considerado completamente «legítimo» el ataque y ha acusado a los rebeldes hutíes de «usar niños como escudos humanos».

Cuatro años de cruento conflicto, más de 10.000 víctimas mortales y 23.000 heridos, han hecho de Yemen uno de los puntos más calientes del mundo. La destrucción de las poblaciones ha provocado unos 170.000 refugiados yemeníes. Estos refugiados yemeníes se suman a los 280.000 somalíes que se habían refugiado en Yemen huyendo del conflicto en su propio país, uniéndose en un trágico cóctel, con una hambruna sin precedentes en la región y un feroz brote de cólera, peste y difteria que pone en riesgo la vida de millones de personas. Estamos ante una de las peores -y menos conocidas- crisis humanitarias del mundo.

La guerra -centrada en la provincia de Saada, fronteriza con Arabia Saudí- enfrenta al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, sostenido militarmente por una coalición de potencias árabes -con Arabia Saudí como cabeza pero en la que participan otras petromonarquías suníes como Emiratos Árabes Unidos- y respaldada por EEUU, y a los rebeldes hutíes, una minoría de confesión chií históricamente discriminada, que están apoyados por Irán. Washington y Riad no están dispuestos a que Teherán pase a tener influencia en una zona que linda con el Golfo de Adén, las puertas del Mar Rojo. Una región clave para el control de la ruta por donde transita el 38% del tráfico mundial y buena parte del petróleo y el gas que llega a Europa desde el Golfo Pérsico.

Este ataque se produce solo unas semanas después de otro mortífero bombardeo contra el estratégico puerto de Al Hudayda controlado por los hutíes. Imágenes obtenidas por la agencia Yemeni Press y difundidas por Hispan TV muestran a varios comandantes norteamericanos en la sala de operaciones militares de Arabia Saudí donde se está dirigiendo el ataque al enclave huthi, el principal punto de abastecimiento de los rebeldes.

El año pasado el Gobierno Trump -que ha reforzado sus lazos con Israel y Arabia Saudí en lo que pretende ser el germen de una especie de «OTAN sunnita-sionista»- cerró con Riad el mayor acuerdo de venta de armamento de la historia comercial estadounidense, un trato por valor de 110.000 millones de dólares. Arabia Saudí tiene el ejército mejor dotado de la zona después del de Israel: cuenta con 227.000 efectivos y es cuarto en el mundo por gasto armamentístico, con 63.700 millones de dólares en 2016.

Toda una gigantesca maquinaria bélica dirigida a asegurar el dominio de la superpotencia en la región. Un engendro de muerte que -ante el casi total silencio de los medios occidentales- golpea sin cesar, todos los días, al indefenso pueblo yemení.

3 comentarios sobre “Yemen: una masacre silenciada”

  • Creo que sería honesto por parte del escritor, dejar claro quién subyace principalmente a tal coalición asesina: el Estado israelí. Es evidente que es insoportable para el globalismo utilitarista/supremacismo darwinista-sionista, la cosmovisión iraní-shií: cosmovisión moderna pero social y anti-utilitarista a la vez que alternativa al islam conveniente a «occidente».

  • GUERRA DE COSMOVISIONES dice:

    Donde manda Patrón no manda Marinero. Vamos a denunciar las cosas señalando a los amos en lugar de a los perros de esos amos, «pues el animalillo abusado muerde el palo de madera blandido por el amo» y eso beneficia al amo mismo en la medida que agota de modo estéril las energías del animal y, a la postre, lo torna derrotista (Mijail Bakunin). El Estado israelí y la fracción sionista liberal hegemónica en el triángulo entre Chicago, Boston y New York-Costa Este, es la entidad patrocinadora y directora de los demás «actores» atacantes.
    Se trata de un antagonismo de rango mayor al seno de la humanidad oprimida contra el Imperio, ya que Yemen condensa una cosmovisión (la chía de «los agraviados de la Tierra), cuyos ejes centrales contienen la idea de Mahdi: un mesías de la Justicia Social que no llegaría para sellar la Hegemonía de ningún «pueblo elegido», sino, por contra, empoderando a los parias de la Tierra. Dicha cosmovisión es la antítesis del utilitarismo, consumismo, pragmatismo, inmediatismo e «individualismo» adaptativo y materialista vulgar presidiendo a un tiempo la cosmovisión Imperial y la cosmovisión «islamista moderada»-salafista, ambas utilitaristas-teleológicas de la vida y del sentido del género humano en la historia y en la Tierra.

  • Lo de Yemen es un auténtico escándalo.

    La coalición de Países del Golfo liderada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), apoyado por EEUU y las otras potencias occidentales, está ayudando a la facción del gobierno títere de Hadi, contra los rebeldes Houthis, que apenas tienen apoyos del exterior.

    Es una guerra que está masacrando al pueblo yemení sin ningún tipo de ganancia para ambos bandos. La Coalición Árabe, pese a ser respaldada militar y económicamente por EEUU, Inglaterra y Francia, se está mostrando muy poco eficaz militarmente. Y es que, en general, los ejércitos modernos árabes son poco eficaces a nivel táctico y estratégico, y más condiciones montañosas del territorio De Yemen favorece que los rebeldes Houthis se puedan esconder, hacer emboscadas y hacer una guerra de guerrillas.

    Además, EEUU tiene suficiente poder para terminar en cualquier momento con la guerra, dada la increíble dependencia económica y militar de los Países del Golfo respecto a EEUU.

    Si todos estos países del Golfo dejasen de financiar el terrorismo islámico y exportar su Islam político, no habría tantos grupos terroristas islámicos ni tantos ataques yihadistas. A parte de que la burguesía burocrática árabe mantiene a su pueblo en la ignorancia, el fanatismo religioso, la sumisión y la pobreza.

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