Hachazo contra las pensiones

¡Ya está aquí­!

Hace ahora exactamente dos años, en diciembre de 2010, en estas mismas páginas dijimos que «el gobierno se dispone a ejecutar la mayor agresión, el más virulento ataque a los intereses del 90% de la población jamás planteado. Nuestra respuesta debe de estar a la altura de esta provocación: ¡Las pensiones a referéndum!» Entonces ya advertí­amos que tocar las pensiones «va mas allá de una rebaja de salarios y rentas, es diseñar directamente nuestro empobrecimiento y el de nuestros hijos y nietos. ¡Ni Franco se atrevió a tanto!»

El gobierno de Rajoy no revalorizará las pensiones en función de la subida del IPC. Lo que en los hechos supone un recorte abierto de su cuantía. Recorte que se suma a los ya acumulados por las distintas medidas tomadas, primero por Zapatero, ahora por Rajoy. Y que han conducido, según un estudio elaborado por el Imserso y la Unión Democrática de Pensionistas, a que la renta de nuestros jubilados se haya reducido desde que estalló la crisis entre un 20 y un 35%. A que más de la mitad de los hogares con pensionistas, cerca de 5 millones, tengan dificultades para llegar a fin de mes. Y a que casi medio millón de familias que tienen ya como única o principal fuente de ingresos la pensión de sus mayores vean todavía más reducidos sus ingresos. El pensionazo de Rajoy sólo va a provocar que miles de pensionista se sumen en el futuro inmediato a los mas de dos millones de jubilados que viven en España por debajo del umbral de la pobreza. ¿Qué es lo que pretenden, condenarnos a la miseria total como en Grecia o Portugal?Pero el ataque contra las pensiones públicas no termina aquí. El gobierno de Rajoy también ha decidido cambiar la regulación del Fondo de Reserva, la “hucha” donde se guarda el superávit de años anteriores. Suspendiendo el límite del 3% que el gobierno podía retirar para pagar los gastos anuales.«Tras el recorte, miles de pensionista se sumarán a los dos millones de jubilados que viven por debajo del umbral de la pobreza» Al fulminar, en los hechos, la obligatoriedad legal de revalorizar las pensiones, el FMI y Berlín han abierto la veda para dar un nuevo salto en su proyecto de intervención y saqueo, dirigiéndose ya abiertamente, como objetivo prioritario, a apoderarse de la caja de las pensiones. Uno de los botines más amplios y suculentos –que recauda cada año 110.000 millones de euros por cotizaciones sociales– que busca apropiarse el gran capital financiero internacional.Y las siguientes medidas –elevación de la edad de jubilación hasta los 70, aumento a toda la vida laboral del tiempo para calcular la cuantía de la pensión o la eliminación de las prejubilaciones– ya están, de hecho, pactadas con el FMI y Berlín. Es sólo cuestión de tiempo su aplicación, con la consiguiente rebaja de las pensiones públicas entre un 30 y un 40% y la entrada masiva de aseguradoras alemanas y francesas y grandes fondos de pensiones norteamericanos para hacerse con el control de una parte sustancial del sistema de pensiones, hasta hoy mayoritariamente público.Pensionistas no, banqueros síEste nuevo ataque a las pensiones se produce, además, justamente la misma semana que se han entregado otros 36.000 millones de euros de dinero público a la banca. Y que se ha regalado el Banco de Valencia a La Caixa por un euro después de inyectarle 5.500 millones de euros y de que el Estado, con dinero de todos, se haga cargo del 72% de las pérdidas que tenga el banco durante los próximos 10 años. La inmensa mayoría de la sociedad se indigna al observar cómo no hay dinero para los pensionistas, pero si para los bancos. Una apreciación que si bien es cierta, se queda en la superficie del problema.No es que no haya dinero para los pensionistas pero sí para los banqueros. Sino que el dinero de los pensionistas se lo están dando a la banca extranjera, bien directamente mediante el pago de la deuda pública, bien entregándoselo a la banca española para que pague sus deudas con los bancos alemanes, franceses o norteamericanos. Eso es lo que está pasando. Cada euro del copago sanitario, cada euro por receta en Madrid y Cataluña, cada euro que sale de los recortes en pensiones, sanidad o ayuda a la dependencia, cada euro recaudado en las subidas de impuestos directos e indirectos… es un euro que va a parar a la cuenta de beneficios del Deutsche Bank, el BNP Paribas o el JP Morgan de los Rockefeller. Y son muchos euros. «El dinero de los pensionistas se lo están dando a la banca extranjera» Mas de 150.000 millones que entre Zapatero y Rajoy han dado ya a los bancos nacionales para que éstos puedan liquidar sus deudas con los bancos extranjeros. Un autentico robo, una extorsión sacada de nuestras horas de trabajo y de vida, de la salud y la calidad de vida de nuestros mayores, de la educación y el futuro de nuestros hijos. Ahora empezamos a ver, con todas sus consecuencias, porqué Merkel impuso la reforma de la Constitución a Zapatero y Rajoy para asegurar que sí habría dinero para la banca alemana, aunque fuera a costa del dinero de los pensionistas españoles. No hay un ejemplo más claro de cómo un puñado de bandidos financieros, de dentro, pero sobre todo de fuera, están decidiendo que la mayoría tenemos que ser más pobres para ser ellos cada vez más ricos. Una batalla del 90%Consciente del elevadísimo coste político que supone, Rajoy se ha resistido hasta el último momento a ejecutar el nuevo recorte a las pensiones. Sabe que nada provoca un rechazo tan abrumador entre nuestro pueblo como el ataque a las pensiones. La inmensa mayoría de la sociedad –al margen de sus preferencias políticas o ideológicas, sea votante de la derecha o de la izquierda– siente que tocar las pensiones es una agresión masiva y a gran escala contra el 90% de la población. Incluso entre las fuerzas del modelo bipartidista provoca serios conflictos y contradicciones. El rechazo en el PSOE es tan amplia que el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ya se ha sumado públicamente en tres ocasiones –la última de ellas, hace apenas 24 horas– a la propuesta lanzada por nuestro partido en abril de este mismo año de que las pensiones se blinden en la Constitución. En el seno del PP, por su parte, las vacilaciones de Rajoy expresan mejor que nada la oposición y el rechazo que el ataque a las pensiones provoca entre sus bases. Entre las fuerzas políticas, sociales, sindicales,… que forman parte de las filas populares el rechazo y la indignación es patente. Y los sindicatos ya han denunciado cómo las presiones del FMI y Berlín y las medidas del gobierno apuntan claramente a la privatización parcial o total del sistema público de pensiones. Ahora que el gobierno de Rajoy ha desvelado sus intenciones, es el momento de ampliar, extender y organizar mucho mas ampliamente la campaña que nuestro partido hemos puesto en marcha hace 7 meses para exigir, mediante un referéndum democrático en el que pueda participar toda la población, una reforma de la Constitución que prohíba expresamente, a éste o a cualquier otro gobierno, tocar las pensiones, recortarlas o privatizarlas.Es imperativo que todas las fuerzas, sindicatos, asociaciones y colectivos ciudadanos, organizaciones sociales, fuerzas políticas,… que nos oponemos a este brutal ataque, que todas las personas conscientes de lo mucho que nos estamos jugando nos unamos desde ya mismo para llevar adelante la exigencia del referéndum y para acabar de recoger en las próximas semanas el primer bloque de medio millón de firmas exigiendo el referéndum para presentarlas en el Congreso de los Diputados el próximo mes de enero. Extendiéndola a todos los rincones de la geografía española y potenciando la creación de plataformas sociales unitarias que la hagan suya y la lleven adelante. Una amplia unidadEstamos ante una batalla, la de las pensiones, donde por primera vez estamos en condiciones de obligar a nuestros enemigos a darla en el terreno más desfavorable para ellos y más favorable para nosotros. Y esto puede suponer, si sabemos hacerlo, un éxito de valor incalculable. Pero para ello necesitamos unidad. En ningún otro terreno como en el de exigir un referéndum para establecer en la Constitución que nadie pueda tocar o privatizar las pensiones se puede dar la más amplia unidad del 90% de la población. Obligar al gobierno y a las fuerzas del hegemonismo a dar la batalla en un referéndum sobre las pensiones es, si sabemos unirnos y organizarnos para hacerlo, una ocasión inmejorable para golpear y debilitar a nuestros enemigos, al tiempo que sumamos y acumulamos fuerzas en las filas del pueblo. Llevados de su voracidad, Washington, Berlín y la oligarquía se han metido en un terreno pantanoso donde su capacidad de maniobra es limitada. Ahora es el momento de asestarles un golpe contundente.

Deja una respuesta