Selección de prensa nacional

¿Y si la crisis dura 2 años?

¿Y si la crisis dura dos años más? Esa es la hipótesis -desfavorable pero previsible, muy previsible- en la que se han puesto las cajas de ahorro españolas, según informa hoy ABC. Y en consecuencia han pedido al gobierno que establezca un protocolo, unas normas claras y definidas de intervención bancaria. Para que todo el mundo sepa a que atenerse. Las intervenciones «clásicas» de intervención del Fondo de Garantí­as de Depósitos están descartadas. Pues el alargamiento de la crisis otros dos años afectarí­a a demasiadas entidades, lo que dejarí­a al Fondo agotado con el rescate de las dos o tres primeras.

Tener reparado un plan rigurosos y meditado, y no tener que improvisar a última hora es el objetivo que dicen perseguir. Pues de lo contrario, afirman, la crisis “tomaría un rumbo totalmente descontrolado y difícil de atajar”. Tan difícil que el propio presidente de la Confederación de Cajas ha utilizado, como metáfora, la necesidad de que el sistema financiero español se arme de “bombas atómicas”, es decir, de ingentes cantidades de dinero público, tal y como están haciéndolo ya los bancos del resto de países europeos. Según él, el sistema financiero español, o parte de él, puede salir escaldado de la crisis si frente a las “bombas atómicas” que los gobiernos europeos están ofreciendo a sus bancos con problemas (ayer mismo, sin ir más lejos, el gobierno británico proporcionaba otros 240.000 millones de euros a Lloyds), el gobierno español no hace lo mismo. Demasiado clima de opinión el que se está creando ya estas últimas semanas para preparar a la opinión pública. Parece inminente un nuevo plan de rescate que, posiblemente, deje en mantillas al anterior. El Periódico de Cataluña sorprende hoy con una editorial que se sale completamente de su línea. Titulada expresivamente “El presidente en su laberinto”, el periódico llama en su última línea a explorar “un entendimiento con el PP para hacer frente a la crisis”. Algo completamente insólito en la línea editorial de un diario que, haciéndose portavoz del PSC, había interiorizado completamente hasta ahora y hecho suyo el contenido del Pacto del Tinell, es decir la política de perseguir, aislar y acosar totalmente al PP, intentando radicalizarlo hacia la derecha para poder presentarlo posteriormente como una fuerza “al margen” del sistema. ¿Está la inoperancia del gobierno Zapatero ante la crisis llevando a una reconducción en su política, buscando algún tipo de acercamiento al PP que le permita sumar fuerzas y tratar de compartir el desgaste político-electoral? Madrid. ABC LAS CAJAS PIDEN UN PROTOCOLO POR SI LA CRISIS DURA DOS AÑOS Miguel Portilla Las cajas de ahorros han reclamado al Ministerio de Economía en las conversaciones mantenidas tanto con Pedro Solbes como con el secretario de Estado, David Vegara, que tenga establecido y definido un protocolo de intervención o de ayudas a las entidades financieras por si la crisis financiera se alarga un par de años. Las entidades de ahorro consideran que es mejor prevenir que curar. Por ese motivo han reclamado en varias ocasiones al Gobierno que se ponga a diseñar cuanto antes un plan de ayudas similar al que estén tomando o vayan a tomar en otros países por si se produce una situación de emergencia en el sistema financiero como consecuencia de un alargamiento excesivo de la crisis que afecta al sector. Las cajas han manifestado que el Fondo de Garantía de Depósitos sólo sirve para ayudar en casos excepcionales, como ocurre ahora para sanear Caja Castilla-La Mancha ante su inminente fusión con Unicaja, o como mucho para un par de situaciones similares más. Pero en el caso de que el sistema financiero español entre en un par de años en una profunda crisis, habrá que tener dispuesto un protocolo de actuación para intervenir de forma inmediata, y no que haya que improvisar en ese momento medidas que puedan convertirse en simples parches y no lleguen a arreglar un problema de fondo. De no ser así, la crisis económica de nuestro país tomaría un rumbo totalmente descontrolado y difícil de atajar. Las entidades consideran que a ese plan de ayudas, en un principio, deberían acogerse de forma voluntaria aquellos bancos o cajas que consideraran necesaria la intervención del Estado. Si bien, apuntan que a partir de ese momento sería el Estado quien controlaría la gestión de la entidad. Tanto los bancos como las cajas españolas vienen reclamando a través de sus patronales -AEB y CECA- jugar con las mismas condiciones que el resto de sus competidores europeos. Es decir, insisten en que en Europa sólo se realicen recapitalizaciones estatales sobre aquellas entidades a las que haya que sacar de la quiebra. Recientemente, Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), reclamaba esa «igualdad de oportunidades» para el sistema financiero español, y en ese sentido Quintás era muy claro al decir que los bancos y cajas de nuestro país pueden competir con las entidades de otras naciones, pero no con sus gobiernos. Por esa razón enviaba un mensaje al Ejecutivo español diciéndole que el sistema financiero de nuestro país debería armarse con «bombas atómicas» si en otras naciones lo hacían, aunque luego tuvieran que sentarse todos a negociar un «desarme». Quintás también señaló que, a su modo de ver, la crisis financiera durará todavía año y medio, y advirtió de que varios gobiernos acometerán pronto una segunda oleada de nacionalizaciones, después de las llevadas a cabo en Estados Unidos y en el Reino Unido. En ese momento, Quintás advirtió de que las entidades españolas habían aguantado bien la primera «catarsis» del sistema financiero mundial, pero predijo momentos difíciles a partir de ahora, pues indicó que estamos entrando «en el túnel de la crisis». ABC. 9-2-2009 Editorial. El Periódico ELPRESIDENTE EN SU LABERINTO Un año después de las elecciones generales que brindaron a José Luis Rodríguez Zapatero su segunda mayoría simple, el balance presenta más sombras que luces. El súbito cambio de ciclo económico, el violento tránsito de un notable crecimiento del PIB a una recesión sin fecha de caducidad conocida, la sustitución del superávit presupuestario por un creciente déficit y la incesante escalada del paro han marcado el arranque de una legislatura que el presidente inauguró, como en campaña, relativizando las adversidades financieras e incluso negando una crisis que ha acabado por arrollarlo. Que lo mismo les haya sucedido a los mandatarios de todo el mundo no es suficiente consuelo. El sabor agridulce de la victoria electoral del 9-M –que dejó al PSOE lejos de la ansiada mayoría absoluta y al PP, reconfortado por una derrota menos severa de lo temido– ha impregnado la ejecutoria del presidente, privado en el Congreso de unos respaldos parlamentarios de los que anduvo sobrado en su primer mandato. Y se ha agudizado tras las elecciones del pasado 1 de marzo, con la dolorosa pérdida de la Xunta de Galicia y una endiablada aritmética parlamentaria en Euskadi que no le deja otra alternativa que desbancar al PNV de Ajuria Enea, aun a costa de perder su apoyo en Madrid. El descalabro gallego, la presión del socialismo vasco y la amenaza de una ofensiva españolista del PP si cede el poder al PNV estrechan hasta la asfixia el margen de maniobra de Zapatero. La tarea de reconstruir los puentes de diálogo con sus antiguos aliados, por lo demás, se antoja misión imposible. Las minorías de izquierdas, de las que primero se desmarcó y a las que luego engulló en las urnas, fijan un precio demasiado alto y no le bastan para completar su exigua mayoría. Y la negativa de CiU, aún dolida por la reedición del tripartito, será más inflexible cuanto más se aproximen las elecciones catalanas, previstas, a más tardar, para otoño del 2010. Tampoco en el diálogo social hallan cura los males del Gobierno, que, por temor a una huelga general, ha fijado unas reglas del juego –ninguna reforma estructural sin el acuerdo de sindicatos y patronal– que abocan su política económica al inmovilismo. Lo que, sumado al desgaste del equipo económico que encabeza el vicepresidente Solbes, presagia un largo calvario para Zapatero si no vigoriza pronto su Gabinete ni explora un entendimiento con el PP para hacer frente a la crisis EL PERIÓDICO. 9-3-2009 Editorial. El País EL AUTOMÓVIL SE HUNDE La fabricación de automóviles es la actividad industrial que está sufriendo el impacto más grave de la recesión mundial y de la crisis financiera que la ha provocado o favorecido. Los daños económicos en el mercado automovilístico incluyen el hundimiento de las ventas en casi todos los países del mundo, que en algunos casos, como en España, superan el 50%, y el riesgo de quiebra de empresas emblemáticas no sólo de la producción de coches, sino incluso del propio capitalismo, como General Motors. Chrysler, Ford y sus filiales mundiales atraviesan también por agobiantes dificultades. La mística de Detroit agoniza. Si General Motors y Chrysler no han cerrado se debe a la respiración asistida de las ayudas públicas. GM perdió casi 31.000 millones de dólares en 2008 y necesita de ayudas públicas de 30.000 millones de aquí a 2011 sólo para sobrevivir; y ello con el requisito añadido de un ajuste draconiano del empleo que implicará el despido de 47.000 trabajadores este año. No es un secreto que una quiebra de GM o de Chrysler y Ford arrastraría a gran parte de la riqueza y el empleo que genera la industria automovilística en el mundo. GM ha advertido -o amenazado- con el cierre de tres plantas de Opel en Alemania si no recibe apoyos públicos para mantener la producción y el empleo. En España, la planta de Opel en Figueruelas todavía no está en el punto de mira del ajuste mundial, pero puede estarlo. Y los mismos temores cabe expresar sobre la producción de Ford en Almusafes. A efectos de cálculo sobre el daño que puede causar una crisis prolongada del automóvil, recuérdese que en España, directa e indirectamente, representa en torno al 5% del PIB y casi el 8% del empleo. Pero si la crisis es única, las razones son diversas. GM, Ford y Chrysler son ejemplos de deficientes modelos de producción y comercialización. Fabricaban, y todavía lo hacen, automóviles demasiado grandes para las nuevas condiciones financieras y de consumo y, además, no cortaron la excesiva proliferación de marcas. En su caso, requieren una reconversión profunda que el gobierno de Obama tendrá que imponer a cambio de las ayudas. Y el primer paso de ese ajuste tiene que ser la venta de gran parte de las marcas que lastran sus cuentas de resultados. En España, la ruina del mercado se debe al desplome de la demanda. Los compradores potenciales temen por sus empleos y no encuentran facilidades financieras para adquirir bienes duraderos. Tampoco ayudan las disensiones políticas sobre la forma más adecuada para apoyar el mercado automovilístico. El primer Plan Vive no consiguió incentivar la modernización del parque automovilístico. Pedro Solbes y Miguel Sebastián no se ponen de acuerdo sobre si han de concederse ayudas directas a los compradores. Las discrepancias momentáneas importan poco si, a cambio, se trabaja conjuntamente para ofrecer soluciones eficaces. Pero, de nuevo, se ha recurrido al parcheo con un Plan Vive II cuyos beneficios están por ver. EL PAÍS. 9-3-2009

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