En la verja de Melilla se ha producido un asesinato, de un grupo de entre 35 y 45 inmigrantes. Negros. Del África subsahariana.
Han muerto aplastados, asfixiados y golpeados. No estaban en una guerra, ni ha sido un acto organizado por las mafias. Un Estado ha matado de forma “ejemplar” a 45 personas, casi todas jóvenes, que buscaban mejores condiciones de vida.
Lloramos por ellos y tenemos rabia.
¿Se imaginan las imágenes que hemos visto en televisión con 45 muertos en el suelo en cualquier lugar de España? ¿Podría el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, decir que es responsabilidad de las mafias? ¿Qué pasaría si Marruecos hubiera hecho una matanza entre blancos europeos? ¿Se podría mirar hacia otro lado?
No aceptamos las explicaciones del presidente Sánchez. No aceptamos asesinatos, y no aceptamos asesinatos racistas.
Las imágenes han helado el corazón de todas las personas de bien, de todos los demócratas españoles. ¿Quién no tiene en su familia un emigrante? Nosotros nos sumamos a todas y cada una de las manifestaciones de repulsa de este asesinato que se están produciendo en España. Pero también exigimos que el presidente del gobierno corrija en público sus palabras. Son injustas, son intolerables, no admiten justificación “geopolítica”, y perjudican cualquier idea de progreso y defensa de los derechos humanos.
Antes de las palabras y los análisis para expresar la posición ante estos hechos, lo primero es la repulsa.
Ninguna relación estratégica o táctica con Marruecos justifica que no haya un rechazo público, una reclamación diplomática y unas medidas de reparación ante una matanza que se ha producido en la frontera de Marruecos con Europa, de Marruecos con España.
No se debe relacionar estos hechos con la inmigración, ni con las leyes de inmigración, ni con la presencia o no de inmigrantes en España. Ha sido un asesinato de Estado, un acto voluntario, medido, sopesadas sus consecuencias y totalmente execrable.
Roberto Medina dice:
El esencial derecho a emigrar, a movilizarse, (sóli cercenado en los regimens políticos autoritarios y dictatoriales), se complrmenta con otro fundamental que busca la protección del ser humano en condiciones de vulnerabilidad y persecución: el derecho al refugio y al asilo, recogido también en la carta fundamental fe los derechos del hombre.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 14, se puede leer: *1.- En caso de persecución, toda persona tiene detecho a buscar asilo y a disfrutar de él, en cualquier país*