Al menos 23 migrantes muertos y más de 100 heridos

Represión y muerte en la frontera de Melilla

Ante este brutal crimen contra los derechos humanos, el gobierno español no puede lavarse las manos, ni mucho menos, en el colmo de la vergüenza, agradecer su actuación al gobierno marroquí. El crimen migratorio ocurrido en Melilla tiene que ser investigado a fondo por una comisión independiente con participación de la UE.

Al menos 23 muertos y más de 100 heridos es el balance de la represión marroquí del intento masivo de migrantes de cruzar la valla fronteriza con Marruecos en Melilla. Varias ONG, como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y el colectivo Caminando Fronteras, alertan de que los muertos se elevan a 37 migrantes y a los 63 heridos en el lado marroquí hay que añadir los 57 heridos atendidos en el lado español.

La brutal violencia desatada por la policía marroquí en la frontera ha dejado un panorama dantesco. Los vecinos de Nador describen una multitud de cuerpos amontonados tras el choque entre los antidisturbios y los migrantes, y ya se han hecho virales las imágenes de decenas de cuerpos inertes, ensangrentados, con las extremidades rotas o la piel desgarrada, amontonados en el suelo por las autoridades marroquíes.

La masacre se produjo por la brutal represión con que las fuerzas de seguridad marroquíes, más de 1.500 agentes, trataron de evitar que unos 500 migrantes intentaran saltar la valla de Melilla a primeras horas del viernes.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos de Nador ha denunciado la “manera inhumana” en que se produjo la actuación policial que llenó de muerte y migrantes heridos la frontera, al caer de la valla, por aplastamiento y asfixia… En las imágenes de televisión hemos visto, como denuncian las ONG, a los migrantes amontonados por la policía marroquí con decenas de heridos desangrándose sin atención sanitaria.

Este ha sido el primer intento de entrada masiva de migrantes desde el lado marroquí en Melilla desde que hace tres meses el gobierno español diera un giro completo a su política sobre el Sáhara Occidental, y el gobierno vendiera como uno de los acuerdos con Marruecos el control de la migración en la frontera con España.

El gobierno español no puede lavarse las manos, como ha hecho Sánchez defendiendo la actuación marroquí en la frontera de Melilla diciendo que “si hay un responsable son las mafias”, porque esta masacre es la consecuencia de haber utilizado a los migrantes como moneda de cambio y negociar un acuerdo migratorio con gobiernos que vulneran sistemáticamente los Derechos Humanos y utilizan una implacable represión policial. Además los hechos no están del todo claros, varios medios han denunciado que hay vídeos y fotos que mostrarían cómo policías marroquíes cruzaron la valla de Melilla hasta el lado español golpeando y “devolviendo en caliente” a migrantes que habían conseguido superar la valla.

El crimen migratorio ocurrido en Melilla tiene que ser investigado a fondo por una comisión independiente con participación de la UE. No puede haber migrantes de primera y de segunda. Todos los migrantes que huyen de las guerras y la miseria tienen que ser tratados con los mismos derechos y garantías mediante una política de acogida que respete los Derechos Humanos y el derecho internacional.

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