¿Y por qué no un Gobierno de Progreso?

Un Gobierno de Progreso, mediante un acuerdo de las fuerzas con representación parlamentaria que mayoritariamente concentran el voto de una mayoría social: PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos, y al que puedan sumarse formaciones como Compromís, Partido Regionalista de Cantabria, etc… tendría pesos y contrapesos, y de conjunto podría reunir una serie de componentes que lo harían ser una opción sensible a los intereses de las clases populares, al mismo tiempo que un Gobierno con dificultades y barreras para el avance del proyecto de saqueo y degradación que pende sobre el país.

Un Gobierno de progreso de este tipo dejaría fuera a los que hoy por hoy son la «opción alfa» de la oligarquía y los centros de poder mundial, especialmente de Washington, un PP de Pablo Casado que tiene que apoyarse en la ultraderecha de Vox. 

Permitiría llevar adelante la lucha contra los recortes, aplicando políticas de redistribución de la riqueza frente a las políticas de saqueo a la inmensa mayoría de la población y el expolio de las riquezas nacionales. Neutralizando la deriva hacia la derecha de la actual dirección de Ciudadanos.

Permitiría también la defensa de la unidad, la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España, como un valor que no es patrimonio de la derecha, sino un valor de los sectores y el pensamiento más avanzados de nuestro país. Neutralizando las derivas y complicidades con las élites del procés que existen en importantes sectores de la dirección de Podemos o de fuerzas afines como Los Comunes o En Marea.

Y desde luego haría posible la regeneración democrática, luchando contra la corrupción y restaurando y ampliando derechos y libertades. Liquidando lo peor de la herencia de los gobiernos de Mariano Rajoy.

Esta es la opción, la tercera vía, que mejor representa el resultado de las urnas del 28A, que mejor serviría a los intereses populares y de la mayoría social de progreso, y que más obstáculos y cortafuegos pondría a los planes y proyectos de la oligarquía y el imperialismo sobre nuestro país.

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