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Bajo el contundente lema de “la revuelta de la España vaciada”, el mundo rural va a ocupar Madrid el próximo domingo, en una manifestación que ya anuncia una masiva participación con más de 100.000 asistentes.
Impulsada por colectivos como Teruel Existe y Soria Ya, referencia de movilizaciones históricas,la manifestación ha sido ya apoyada por 90 plataformas representativas del conjunto de la España rural. Recortes Cero-Grupo Verde ha manifestado el apoyo a la convocatoria y participará en la manifestación.
La movilización se convoca para denunciar “la omisión o inacción de los Gobiernos nacional o autonómicos en la defensa de los derechos reconocidos constitucionalmente como son la igualdad, la vertebración, la cohesión o el equilibrio territorial de este país, y que en muchos casos ha provocado la despoblación de sus territorios y ausencia de servicios básicos y oportunidades”.
La España rural abarca el 90% del territorio del país, y en el vive el 20% de la población, con una población de más de nueve millones de habitantes.
La despoblación es la punta del iceberg de una situación que condena al mundo rural al subdesarrollo.
En 14 provincias más del 80% de los pueblos están en peligro de extinción. Y el 63% de las ciudades, pequeñas y medianas, pierden población desde 2011. Mientras, según el informe AROPE, el 35% de la población rural vive en España en riesgo de pobreza o exclusión social.
Esta no es un fenómeno natural e inevitable. La despoblación del mundo rural tiene responsables.
Está determinado por los problemas que enfrentan la agricultura o la ganadería, atrapada entre las imposiciones de la UE y las draconianas condiciones de los grandes monopolios de la distribución, que arruínan a pequeños y medianos productores.
Y viene agravado por los efectos de unos recortes, especialmente en educación y sanidad, que han hecho retroceder las condiciones de vida de los habitantes de la España rural.
La despoblación rural está provocada en primer lugar por el hundimiento de las rentas en el medio rural y la falta de apoyo de las instituciones. Lo que el mundo rural necesita es un proyecto de desarrollo propio. Protegiendo a los agricultores y ganaderos, con una política de precios justos en origen. E impulsando las industrias de transformación de los productos agropecuarios y forestales. Y un plan que garantice los servicios básicos, frente a los efectos de unos recortes que están negando el acceso a la educación o la sanidad a muchas zonas rurales.
El mundo rural ya no quiere ser mas una víctima paciente. En la manifestación del próximo domingo va a aparecer como un protagonista que exige que sus demandas sean satisfechas.